Enrique Alí González Ordosgoitti[i]
Itinerario de este Artículo[ii]
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Debo comenzar por confesar, que cuando al comienzo del semestre iniciamos la lectura de Hegel y posteriormente la de Marx, algo de mis antiguas ideas sobre ambos empezó a ser removida. Sobre el primero, su estatura intelectual crecía como un gigante, mientras que sobre el segundo, la importancia intelectual del mismo se desplazaba hasta concentrarse en sus aportes sobre la economía capitalista y las proposiciones sobre el desarrollo histórico de la humanidad.
En mi caso, el haber sabido de la filosofía hegeliana desde una visión marxista, que la vulgarizaba a través de la archi conocida frase de que “Marx invirtió la dialéctica de Hegel, le colocó los pies en la tierra”, visión recibida en aulas universitarias, no hace más que ruborizarme y es tanto este rubor, que me obliga a no intentar que este breve trabajo sea sobre Hegel, pues me reservo para cuando lo haya leído más.
Por lo tanto voy a circunscribirme a Marx, en una reflexión libre, realizada desde la comodidad que nos dan los cientos de años que nos separan.
Pensamos que los grandes aportes de la obra de Marx tienden a concentrase fundamentalmente en dos áreas temáticas: la economía política del capitalismo y el desarrollo histórico de la humanidad[iii].
En cuanto a la economía política del capitalismo, Marx efectúa una radiografía exhaustiva y profunda acerca de los orígenes del capitalismo mercantil y su desarrollo hasta llegar al capitalismo industrial y sus revoluciones industriales, en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX.
A partir de ese análisis Marx realizó una visión prospectiva que evidentemente fracasó, pues algunas de las tendencias del capitalismo actual aún no se habían manifestado, a la par de que algunos de los elementos centrales en su análisis –como la lucha de clases- se mostraron insuficientes para explicar la dinámica del cambio social.
Marx describe acertadamente las fases iniciales del capitalismo hasta el siglo XIX: capitalismo mercantil y capitalismo industrial, y a partir de las mismas elabora una proposición sobre sus tendencias futuras que evidentemente no resultaron ciertas, pues su idea central de la imposibilidad de continuar desarrollando las fuerzas productivas en el capitalismo, se vio contrariada por la práctica.
El posterior desarrollo de las siguientes fases del capitalismo va a contrapelo de las predicciones de Marx, así por ejemplo se desarrollará -especialmente desde finales del XIX- el área financiera por sobre el área industrial, lo cual llevará a la fase descrita por Lenin, del capitalismo monopólico de Estado, sustentado en la altísima composición orgánica del capital, basado cada vez más en la plusvalía absoluta que en la plusvalía relativa.
Esta fase del capitalismo financiero-monopólico-nacional, comenzará a mostrar cambios cualitativos a partir de la década de los sesenta del siglo pasado. Se iniciará conformando un capital trasnacional, para el que las fronteras nacionales ni son vocación, ni son obstáculos, ayudada esta tendencia por el amplio desarrollo del sector servicios y comunicación, expresado especialmente en el dinero electrónico y en la posibilidad instantánea de traslado del mismo a cualquier lugar del mundo, especialmente a los paraísos fiscales.
Luego en la década de los setenta, a la transnacionalización del capital se le unirá la transnacionalización de la mano de obra, conocida como la maquila, mediante la cual las partes de un producto terminado son elaboradas en diversos lugares del mundo, dependiendo de la tendencia hacia la baja de la remuneración por el trabajo.
La suma de la transnacionalización del capital, más la transnacionalización de la mano de obra, más la revolución en las comunicaciones radioeléctricas, de cuarta, quinta y sexta generación, da origen a una cuarta fase del capitalismo: el capitalismo globalizado.
Tendríamos así que en el modo de producción capitalista se han producido cuatro fases:
-el capitalismo mercantil,
-el capitalismo industrial,
-el capitalismo financiero-monopolista de Estado
-y el capitalismo globalizado.
De las mismas Marx sólo pudo dar cuenta de las dos primeras, y las tendencias prospectivas planteadas por él –en cuanto a que las contradicciones del capitalismo impedirían su reproducción en un mediano plazo- van a ser desmentidas por las dos fases subsiguientes, incluyendo a la actual.
Este desmentido de las predicciones de Marx, pensamos que se basa fundamentalmente en la insostenibilidad de algunas de sus premisas fundamentales como:
-la primacía de lo económico para explicar el cambio social,
-la simplificación de toda la realidad no económica de la sociedad al término de superestructura, que supone tanto un comportamiento similar entre sus componentes, casi subsumibles, como su determinación por la infraestructura económica,
-la supuesta contradicción esencial entre fuerzas productivas y relaciones de producción,
-la definición de clase, exclusivamente desde el punto de vista socioeconómico, cuando es un concepto que puede aplicarse también a otros aspectos societales como lo serían las clases sociopolíticas, las clases socioculturales, las clases socio étnicas entre otras,
-la violencia física como partera de la historia, que si bien es cierto que pueden ilustrarse numerosos ejemplos históricos que la avalen, igual podría atestiguarse de numerosos otros ejemplos históricos de cambio social, en los cuales no ha habido grandes niveles de violencia física, aunque sí de violencia simbólica, pero este es un concepto ajeno a la época que vivió Marx, no era parte del Horizonte Intelectual de la Época,
-y finalmente aun destacando Marx, que de la fase del capitalismo mercantil se pasó a la del capitalismo industrial gracias a la acumulación originaria del capital y que esta acumulación se producía por el aumento de la plusvalía absoluta por encima de la plusvalía relativa, tendencia que lucía irreversible:
-¿Cómo hablar de socialismo?
-¿Cómo se daría una reversión de esa tendencia de primar la plusvalía absoluta?
-¿Cómo desconcentrar el trabajo acumulado en forma de capital?
Ante esta imposibilidad económica de acceder al socialismo Marx cifró vagas esperanzas en un voluntarismo humano, que a través de lo propiamente político revirtiera esas tendencias y se enrumbará hacia un socialismo, luego hacia un comunismo que sería una especie de reedición del “comunismo primitivo”.
Proposición carente de rigurosidad científica aún en el momento de ser formulada, totalmente rebatida por la experiencia histórica posterior y que sólo puede ser entendida desde la historia de las religiones, a través del concepto acuñado por Eliade de “nostalgia del paraíso”.
Algo que antes pudiera parecer irónico, el que un ateo como Marx hiciera suyo un planteamiento religioso, pero hoy en día no lo es, después de la solvencia que ha tomado en el análisis de la historia de las religiones, el concepto de religiones ateas inmanentes[iv] –nuevamente Mircea Eliade- que explica como un judío como Marx:
-sustituye el pueblo elegido de los judíos por el pueblo elegido del proletariado,
-al igual que sustituye el concepto de juicio final y vida eterna (la verdadera vida), por el derrumbe completo del capitalismo -luego de la fase transicional del socialismo- y el comienzo de la nueva vida eterna –perdón, fin de la prehistoria de la humanidad- el comunismo.
Lástima que la teleología de esta religión atea, haya originado regímenes tan monstruosos como la URSS estalinista, la China de la revolución cultural, la Camboya de Pol Pot y la Cuba de los Hermanos Castro.
[i] .-Enrique Alí González Ordosgoitti.
Doctor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Folklorólogo, Filósofo, Teólogo, Locutor, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB (2000-2016) y del Instituto de Teología para Religiosos-ITER (1991-2016).
-Co-Creador y Coordinador General -desde 1991- de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE.
-Co-Creador y Coordinador -desde 1998- del Sistema de Líneas de Investigación Universitaria (SiLIU) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande.
-Co-Creador y Coordinador -desde 2011- de la Página Web de CISCUVE: www.ciscuve.org
-Para contactarnos: ciscuve@gmail.com; @ciscuve; ciscuve-Facebook; @enagor; enagor2@gmail.com; Skype: enrique.gonzalez35
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[ii] .-Itinerario de este Artículo
1.-Trabajo presentado en la Asignatura: Filosofía Contemporánea, dictada por el Profesor: Rafael García (qepd), en el Cuarto semestre del Baccaleurato Filosófico, dictado en la Sección de Filosofía, de la Escuela de Teología, de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y del Instituto de Teología para Religiosos (ITER), en el semestre abril-julio 2003.
2.-Publicado en www.ciscuve.org, el 18 de junio de 2016: https://ciscuve.org/?p=https://ciscuve.org/?p=14841
[iii] .-Sobre el desarrollo histórico de la humanidad, el libro –de edición póstuma- donde mejor lo trató fue en Las Formaciones económicas pre capitalistas (los Formen), donde presentó su famoso esquema de evolución: Comunidad Primitiva-Modo de Producción Esclavista (Greco-Romana)-Modo de Producción Feudal-Modo de Producción Capitalista. Este esquema era básicamente europeo, por lo que se verá obligado a abrir una rendija para el Asia Occidental y planteará que habrá otras posibles maneras de descomponerse el MP de la Comunidad Primitiva en Asia, que dará origen al MP Asiático o Despotismo Asiático, asimilable quizás a lo que Darcy Ribeiro llamará Imperios Teocráticos de Regadío. Esta proposición, ya en el propio siglo XIX será contestada por el Evolucionismo inglés y americano de Tylor y Morgan, con sus fases de Salvajismo, Barbarie y Civilización, que tomaba en cuenta muchas más características societales para la clasificación de las sociedades. La crítica histórica a la que será sometida esa clasificación y orden de sucesión de los MP, en el siglo XX será demoledora. Una de ellas es que sabiendo que el hombre ha venido conformando sociedades desde al menos 3,2 millones de años, no es racionalmente aceptable, que al lapso comprendido entre la Grecia clásica-siglo XIX (2.600 años) se le atribuyan tres MP (Esclavista, Feudal y Capitalista) y a todo lo anterior (3 millones ciento noventa y siete mil quinientos, 3.197.500) un solo MP llamado Comunidad Primitiva. Por eso hoy en día, esa proposición de sucesión de MP planteada por Marx en el siglo XIX es estudiada como parte de la Historia de las Ideas, pero no tiene sustancia como para convocar un debate científico sobre ella.
[iv] .-Muy diferente de las Religiones Ateas Trascendentes, como el Budismo por ejemplo.