Enrique Alí González Ordosgoitti
(Doctor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Folklorólogo, Filósofo, Teólogo, Locutor, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB y del Instituto de Teología para Religiosos-ITER.
-Co-Creador y Coordinador General (desde 1991) de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE.
-Co-Creador y Coordinador (desde 1998) del Sistema de Líneas de Investigación Universitaria (SiLIU) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande.
-Co-Creador y Coordinador General (desde 2011) de la Página Web: www.ciscuve.org.
-Para contactarnos: www.ciscuve.org; ciscuve@gmail.com; @ciscuve; ciscuve-Facebook; @enagor; enagor2@gmail.com;
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(Publicado en: “Agenda Cultural para la Venezuela del Tercer Milenio” (15-40) en: Moraiba Tibisay Pozo (Compiladora).-Diversidad Cultural de Comunidades Residenciales Venezolanas. Caracas, Fondo Editorial Tropykos, Asociación Civil INDICEV (Asociación para la Investigación y Divulgación sobre Comunidades Étnicas de Venezuela), Asociación Civil CISCUVE (Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela), CONAC, Dirección de Desarrollo Regional, pp. 295. Al final de este Artículo anexo la Presentación y el Índice del libro)
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Resumen.
Pudiéramos comenzar esa reflexión sobre el caso venezolano, haciendo un juicio acerca de lo que ha sido nuestra constitución como nación independiente, nueva, a partir del siglo XIX. Es necesario hacer un juicio y una revisión crítica de aquellos parámetros que conformaron lo que se ha dado en llamar nacionalidad venezolana, especialmente en etapas posteriores al ciclo de guerras y de batallas que se realizaron en el siglo XIX.
Adelantando la hipótesis que sostiene nuestras investigaciones; creemos que los acuerdos y compromisos que nos conformaron como nación independiente han fracasado. No siguen teniendo vigencia los parámetros con que se inició un mundo de acciones cuyas fechas estelares fueron fundamentalmente el 5 de julio de 1811; 1.830 con la separación de la Gran Colombia; la Guerra Federal y especialmente el período del guzmancismo desde 1.870.
Esas visiones se soportaban en un conjunto de ideas que es necesario analizar críticamente, para poder avanzar y superar la crisis de nación que tenemos. Porque hay una crisis de proyecto nacional que se presenta en distintos ámbitos y que solamente podría ser solucionada a través de un nuevo pacto nacional. Pacto que pasaría entre otras cosas por algo que detallaremos un poco más adelante: un nuevo pacto regional.
Esta posibilidad de construir una nación debe hacer primero un ajuste con el pasado, pero ese ajuste debe comenzar por comprender qué es el pasado. El pasado no existe, solamente existe el presente, lo demuestran las teorías de la física, lo que existe son aquellos discursos construidos en un presente sobre lo que se supone ocurrió, pero el pasado por su propia definición no existe, lo que existen son diversos discursos sobre lo que supuestamente pasó.
Palabras Claves: América Latina, Venezuela. Proyecto Nacional. Historiografía. Simón Bolívar. Guerra de Independencia. Guerra de Secesión. Ética. Etnia Afroamericana-Negra, Etnia Bicultural-Binacional, Etnia Criolla, Etnia Indígena. Provincia. Cultura. Campo Cultural Académico, Educación Básica. Campo Cultural Industrial-Masivo. Campo Cultural Residencial, Fiestas. Tradición, Modernidad.
Índice.
1.-Reflexiones para la Reformulación de un Proyecto Nacional
1.1.-El Pasado no existe
1.2.-Bolívar No Es el Padre de la Patria: Es el Padre de la República y Nuestro Héroe Cultural
1.3.-No existió Guerra de Independencia: Sólo de Secesión
1.4.-Lo Ético y lo Étnico: cualidades distintas del ser social
1.5.-El Sentir de Clase no es igual al Sentir Nacional
1.6.-Provincia y provincias
2.-La Crisis Cultural hacia el III Milenio: Agenda Sugerida
2.1.-La Reformulación Étnica
2.1.1.-Los Indígenas
2.1.1.1.-Los nombres mixtos
2.1.2.-Lo Criollo
2.1.3.-Lo afroamericano
2.1.3.1.-Nuevos africanos esclavos en Venezuela hasta el XVIII
2.1.3.2.-Nuevos africanos esclavos en Cuba en el XIX
2.1.4.-Los Nuevos Pobladores
2.1.4.1.-La despoblación del siglo XIX
2.1.4.2.-El repoblamiento del siglo XX: los Inmigrantes
2.1.5.-Los Biculturales-Binacionales
2.2.-El papel de los Campos Culturales
2.2.1.-El Campo Cultural Académico
2.2.1.1.-La Educación Básica Aculturadora
2.2.1.2.-Las Universidades y el desdén hacia el universo cultural del pueblo
2.2.1.3.-Débil formación de Especialistas de alto nivel
2.2.2.-El Campo Industrial Masivo: Hacia el mercado latinoamericano
2.2.3.-El Campo Cultural Residencial
2.2.3.1.-100.000 Fiestas Residenciales cada año
2.2.3.2.-Aumentar el Consumo Cultural: Crear Público
2.2.3.3.-Fiestas, Sectas y Aculturación
3.-¿Tradición versus o conjuntamente con la Modernidad?
4.-¿Sobre cuál espacio estamos?
Anexos
-Presentación del libro: Diversidad Cultural de Comunidades Residenciales Venezolanas, Caracas, 1999
-Índice del libro: Diversidad Cultural de Comunidades Residenciales Venezolanas, Caracas, 1999
1.-Reflexiones para la Reformulación de un Proyecto Nacional
Hay momentos importantes, como el actual, que propician reflexiones especiales[i]. Dentro de siete años quienes estamos aquí habremos nacido en el siglo pasado, es más, habremos visto la luz en el milenio anterior. Los venezolanos, dentro de apenas siete años seremos personajes con un privilegio que muy pocas personas han tenido: el de vivir en dos milenios diferentes. El cambio de milenio se ha dado una sola vez, estamos hablando por supuesto de nuestra era, de aquellos países que mundialmente se rigen por el calendario cristiano.
Hemos leído de algunos historiadores acerca de lo que sucedió en la llamada edad media europea, cuando en el siglo X, en el 920, o en el 930, comienza a surgir la idea del próximo siglo. Nos dicen que se generó un proceso de crisis social, de interés masivo, de reflexiones colectivas, que van a dar orígen -en una de sus acepciones- a lo que se llama en la literatura, la sociología y la historia, los movimientos milenaristas.
El hombre es obligado a ser pensado en una dimensión mucho más pequeña de lo acostumbrado. El hombre imbuido en una visión antropocéntrica, pensando que el mundo gira alrededor de él, cuando se acerca el primer milenio empieza a darse cuenta de que es más diminuto de lo que creía, de que puede acercarse el fin del mundo. Se crea una situación proclive para reflexionar en profundidad acerca de qué somos, cuál es nuestro destino, a qué podemos aspirar.
Al pasar del segundo al tercer milenio, indudablemente que no pesará tanto la visión apocalíptica habida en Europa cuando se pensó que en el cambio del primero hacia el segundo, el mundo se acabaría. Dentro de siete años la Tierra seguirá existiendo. No es posible imaginar que el mundo va a desaparecer, pero eso no le quita el dramatismo –en el mejor sentido de la palabra- a la fecha y es dable intentar aprovechar esa coyuntura para reflexionar en profundidad como ciudadanos del mundo, pero desde Venezuela.
Es importante introducir o ayudar a que se desarrolle, un pensamiento estratégico acerca de qué vamos a hacer nosotros, o qué queremos que sea la Venezuela que comenzará dentro de apenas siete años[ii]. Y dentro de este pensamiento preguntarnos por la cultura, con las diversas visiones o versiones que podamos tener; cuál es el papel de la cultura, el papel de nosotros, hombres y mujeres que hemos hecho de nuestra vida una permanente acción cultural -sea en su sentido amplio o en su sentido más restringido-; que hemos sido protagonistas en diversos niveles de la acción cultural en el país; en la reflexión artística, en la reflexión teórica, en la docencia y que podamos quizás ir diseñando un pensamiento estratégico en esta área inmensa en la cual estamos incluidos.
Pudiéramos comenzar esa reflexión sobre el caso venezolano, haciendo un juicio acerca de lo que ha sido nuestra constitución como nación independiente, nueva, a partir del siglo XIX. Es necesario hacer un juicio y una revisión crítica de aquellos parámetros que conformaron lo que se ha dado en llamar nacionalidad venezolana, especialmente en etapas posteriores al ciclo de guerras y de batallas que se realizaron en el siglo XIX.
Adelantando la hipótesis que sostiene nuestras investigaciones; creemos que los acuerdos y compromisos que nos conformaron como nación independiente han fracasado[iii]. No siguen teniendo vigencia los parámetros con que se inició un mundo de acciones cuyas fechas estelares fueron fundamentalmente el 5 de julio de 1811; 1.830 con la separación de la Gran Colombia; la Guerra Federal y especialmente el período del guzmancismo[iv] desde 1.870.
Esas visiones se soportaban en un conjunto de ideas que es necesario analizar críticamente, para poder avanzar y superar la crisis de nación que tenemos. Porque hay una crisis de proyecto nacional que se presenta en distintos ámbitos y que solamente podría ser solucionada a través de un nuevo pacto nacional. Pacto que pasaría entre otras cosas por algo que detallaremos un poco más adelante: un nuevo pacto regional[v].
1.1.-El Pasado no existe
Esta posibilidad de construir una nación debe hacer primero un ajuste con el pasado, pero ese ajuste debe comenzar por comprender qué es el pasado. El pasado no existe, solamente existe el presente, lo demuestran las teorías de la física, lo que existe son aquellos discursos construidos en un presente sobre lo que se supone ocurrió, pero el pasado por su propia definición no existe, lo que existen son diversos discursos sobre lo que supuestamente pasó.
En relación al siglo XIX, se fabricó un conjunto de discursos que es necesario someter a una crítica sana, pero fuerte y contundente, porque sin esta crítica estaremos obstruyendo el camino para reconocernos tal cual somos, saber qué es lo que somos. Si no hacemos este ajuste es imposible llegar a comprender lo qué realmente somos[vi].
1.2.-Bolívar No Es el Padre de la Patria: Es el Padre de la República y Nuestro Héroe Cultural
Esta es la primera idea central, la cual es vital hablando de Venezuela. Bolívar no es el Padre de la Patria: Bolívar es el Padre de la República, lo cual es distinto.
-Si nosotros seguimos sosteniendo -y eso no le quita méritos a la personalidad de Bolívar- que Bolívar es el Padre de la Patria, significaría aceptar que la patria comienza en el siglo XIX. Y eso no es cierto. -Si nosotros dijéramos que la patria sólo comienza en el siglo XIX, tendríamos la imposibilidad real de reconocer lo que se hizo antes de ese momento.
-Si seguimos pensando que la patria comienza en el XIX no puede reconocerse en profundidad, por ejemplo, el papel de los indígenas. Es imposible valorar justamente el aporte indígena[vii].
-Igual impedimento para justipreciar el aporte africano, porque si la patria es del siglo XIX en adelante, los africanos que llegaron desde el XVI hasta el XVIII, verían mermada la importancia que tuvieron en la construcción de la nacionalidad.
-Igualmente, no podemos reconocer a uno de nuestros principales componentes étnicos: el idioma español. Siendo nuestra lengua materna el castellano -toda lengua materna da una configuración cognoscitiva, una manera de conocer y de comprender el mundo- nosotros la negamos al no valorarla adecuadamente, haciendo imposible el que lleguemos a reconocernos tal como somos.
Aquí hay entonces una primera idea central que se complementa de la manera siguiente: Bolívar no es el Padre de la Patria, es el Padre de la República, y además es lo que antropológicamente se llama un Héroe Cultural.
Un héroe cultural desde el punto de vista antropológico se define como: aquella persona surgida dentro de una comunidad quien encarna los máximos valores a los cuales pueden aspirar quienes viven en ella. Es el ideal de los seres humanos y eso es y sigue siendo gran parte de lo que algunos despectivamente han llamado el culto a Bolívar y que tildamos de positivo, del culto a Bolívar, pero como héroe antropológico, como héroe nuestro. Lo máximo en cualidades éticas -en desprendimiento, en amor a la patria, en amor a la verdad, en honradez- a las cuales puede aspirar un venezolano, y eso es válido y debe seguir siendo válido pero sin confundir los términos. Bolívar es Padre de la República y Héroe Cultural Venezolano.
1.3.-No existió Guerra de Independencia: Sólo de Secesión
Otra idea principal es: No hubo Guerra de Independencia[viii]. No hubo. ¿Por qué no hubo? Porque lo que se llama guerra de liberación nacional -por ejemplo las realizadas en Vietnam y otras naciones del sureste asiático y de África en contra del imperialismo europeo- lleva implícito el concepto de colonia en sentido estricto, el cual es distinto al concepto de colonia en sentido amplio.
El término de colonia puede ser visto en dos formas, término amplio y término estricto. En el término estricto, la relación colonial es aquella mediante la cual un Estado-nación invade y domina a otro Estado-nación, lo que puede dar lugar a que ese Estado-nación dominado emprenda una lucha de liberación hasta expulsar al invasor. Este fenómeno se puede observar a lo largo de la historia del siglo XX, especialmente en lo que los historiadores han llamado, la segunda oleada de expansión imperialista de Europa por el mundo, la cual tuvo lugar fundamentalmente en Asia y en África desde finales del siglo XIX.
En nuestro caso específico, a principios del siglo XIX no existían dos naciones, una que se llamara España y otra Venezuela. No había dos naciones. Había una sola nación que era el imperio español y dentro de éste, lo que era la parte peninsular o central y las partes llamadas, dentro de la literatura política de la época, “provincias”.
Entonces, lo que realmente hubo fue una Guerra de Secesión, mediante la cual una parte de la nación española, llamada Capitanía General de Venezuela, se separa de la nación de la cual formaba parte y entonces sí constituye una nación independiente con la forma de república, llamada Venezuela. Es este el caso y no es una idea original mía, hay historiadores que la han trabajado antes, como Mario Briceño Iragorri, Mariano Picón Salas, Laureano Vallenilla Lanz y otros.
¿Por qué es importante este planteamiento? Porque se nos ha narrado una historia que nos dice que hubo una guerra entre españoles y venezolanos y eso es falso. Hubo una guerra entre españoles patriotas y españoles realistas. Españoles Repúblicanos y Españoles Monárquicos (apoyaban la Realeza por eso eran Realistas). No hubo una guerra de dos naciones. Fue una guerra civil que terminó en secesión.
¿Y esto por qué es tan importante? Porque una cosa fueron las razones que motivaron a que en el siglo XIX se hablara de dos naciones en los discursos de Bolívar y del frente patriota, debido a que existía la necesidad imperiosa de diferenciarse, pero otro asunto es que el discurso político válido en esa lucha en el siglo XIX, pueda seguirnos siendo útil en el siglo XX. Debemos analizarlo más objetivamente, aprovechando la circunstancia de que hoy en día no somos parte tan inmediata de los factores en pugna.
Eso significa por ejemplo -que a pesar de que no hubo una guerra entre dos naciones, sino una guerra dentro de la nación española- que el seguir insistiendo en que existían dos naciones, creó un obstáculo epistemológico para poder comprendernos mejor. Se generó una actitud antiespañola que deviene en suicidio de quienes tenemos como lengua materna el castellano, ya que este discurso niega una parte fundamental de nuestras raíces, llevando de esta forma a la carencia de identidad. Al negar una parte tan importante de tu raíz, es imposible encontrar una identidad fuera de ella.
Esa negación ha generado un discurso y unas actitudes tan emocionales como carentes de lógica. Por ejemplo cuando se reivindica a los indígenas, con lo cual, sin lugar a ninguna duda estoy de acuerdo, o cuando se reivindica lo afro, con lo cual obviamente también estoy de acuerdo, se pretende reivindicar dos raíces sin reivindicar la tercera. Aquí estamos en contra del sentido mínimo de la lógica que Bertrand Roussell explicaba muy bien cuando decía: un error no se soluciona cometiendo otro error, sino actuando correctamente.
El error de que en la literatura historiográfica del siglo XIX y aún del siglo XX, se haya menospreciado casi absolutamente y hasta denigrado del aporte indígena y del africano, no se soluciona hablando bien de dichos aportes y negando los ibéricos. No, porque la lógica nos impide pensar con el hígado. La lógica nos dice que hay que reivindicar todas nuestras raíces. Si no reivindicamos enteramente todas nuestras raíces estaremos imposibilitados de comprender cómo nosotros -digamos hablando desde lo criollo, que tenemos lo ibérico, lo indígena y lo africano, racial y culturalmente- podamos sentirnos ciudadanos del mundo y dejar de seguir pensando que somos algo nuevo, que no tiene unas raíces milenarias.
1.4.-Lo Ético y lo Étnico: cualidades distintas del ser social
Uno de los hechos que ha impedido -adicionalmente a lo que venimos hablando- reconocer el aporte ibérico, es la confusión que existe entre dos esferas del conocimiento humano: la ética y la étnica.
La ética se refiere al comportamiento, a la visión que la gente tiene de su conducta y de los valores que deben regir esta conducta en la sociedad y cuya acción práctica se denomina moral. Lo ético es diferente a lo étnico, lo cual tiene que ver con el bagaje de etnicidad que se expresa a través de una lengua, de una religión, de una estructura de parentesco y de otro tipo de costumbres compartidas.
La confusión entre ética y etnicidad ha llevado a que, cuando se crítica la parte militar de la implantación española[ix] las guerras y matanzas contra los indígenas, se rechaza desde el punto de vista ético tales sucesos y a la vez se niegan los aportes a la conformación étnica, que igualmente estuvieron presentes en dichos encuentros.
Uno debe estar en contra de cualquier acción de despojo violento que se llevó a cabo, no solamente en esa época sino que también se sigue efectuando en la época actual y que se ha realizado igualmente en otros países. Pero el criticar éticamente lo que significa una posición de conquista y dominio de otro, no nos puede llevar a negar la herencia étnica que tenemos de los ibéricos, expresada por ejemplo en lengua, religión, estructura de parentesco y otras costumbres. Uno puede sin ningún problema enjuiciar y criticar toda la empresa bélica y de expoliación económica que se hizo antes, que se sigue haciendo y que se realizó también en otros países. Pero este enjuiciamiento y esta crítica no pueden conducirme irracionalmente, a negar un conjunto de elementos que forman parte de mi etnicidad, porque sería confundir los ámbitos y creemos que el juicio ético no colide, con el valorar al mismo tiempo las riquezas culturales que trajeron los conquistadores y que además son tan nuestras, como las que nos legaron los indígenas y los africanos, todas ellas sin excluir ninguna, son parte de nosotros mismos.
Si nosotros no reconocemos la importancia de la lengua, no nos estamos reconociendo a nosotros mismos. Si no reconocemos la importancia de las diversas cosmovisiones que coexisten en Venezuela -una de ellas, no me atrevería a calificarla como importante o menos importante que otra pero sí la más extendida, es la cosmovisión que tiene que ver con la religiosidad católica, sea popular u oficial- tendríamos siempre una mirada incompleta sobre nosotros mismos. Negar nuestra herencia étnica por una crítica ética, es combinar dos elementos que no tienen relación obligante entre sí. Uno puede perfectamente tener una crítica ética contra la opresión, pero sin embargo no desconocer la importancia del aporte étnico.
1.5.-El Sentir de Clase no es igual al Sentir Nacional
A esta segunda idea -dentro de lo que podemos llamar la crítica del papel de Bolívar- de afirmar que no hubo Guerra de Independencia sino de Secesión, también debemos agregarle otro elemento crítico. A lo largo de los siglos XIX y XX, se nos ha presentado toda esa lucha de Secesión por la República, como que hubiese sido una lucha de toda la nación, como si los intereses de los diferentes habitantes de lo que entonces era la Capitanía General de Venezuela, hubiesen estado representados en contra de una potencia extranjera expoliadora.
Esta es una explicación ideologizada de los sectores dominantes, porque no es casual que quienes encabezan esta lucha de Secesión sean los sectores dominantes internos del momento, quienes no representaban los intereses del pueblo, tales como la liberación de los esclavos, el cese de la explotación de los peones, una justa redistribución de la tierra. Hablando en el lenguaje actual: era una lucha de los «cogollos» nacidos en Venezuela, en contra de los «cogollos» que controlaban la centralidad política ubicada en España.
Estas realidades nos permiten entender el porqué, la provincia de Coro no firmó el acta del 05 de Julio, debido a que las reivindicaciones económicas esgrimidas por los mantuanos de Caracas no atañían con la misma intensidad a los corianos.
Es así como se va a conformar la República. Es falso que esta conformación haya obedecido a un interés totalmente compartido, obedecía y obedeció a los intereses de la oligarquía central, esclavista, explotadora de peones, terrateniente. Esta iniciativa puede tener ciertos valores, por supuesto, pero no podemos seguir pretendiendo que ellos representaron realmente los intereses de los pobladores de las provincias que conformaban en ese momento, lo que hoy es la República de Venezuela.
Cuando analizamos algunas de las protestas que realizaron los mantuanos en Caracas contra los decretos de la corona, como el de las Gracias al Sacar. Debemos preguntarnos ¿Qué eran las Gracias al Sacar? Esta era una manera mediante la cual se permitía a los pardos ascender en la sociedad, a través del disfrute de algunos privilegios, por supuesto, después de haber cancelado el costo económico de los mismos a las arcas del Tesoro Real. Eso lo decreta la Corona y contra este Decreto van a estar los terratenientes y los grandes cacaos dominantes de Caracas, quienes pertenecían a la élite blanca que estaba en contra y quería seguir manteniendo un sistema de diferenciación racial, el cual podía llegar a transformarse en castas. Desde este punto de vista, la Corona Española era socialmente más progresista que los mantuanos blancos dominantes.
Estos planteamientos nos permiten hacer una revisión crítica de los elementos intervinientes en el proceso de conformación de la República, darnos cuenta de que la nación venezolana, en su forma republicana, surge no representando todos los intereses de los sectores nacionales y mucho menos los de los sectores populares. Por el contrario, surge representando a un tipo de sector dominante. Y esa realidad, la cual han querido mantener los dirigentes del país hasta la actualidad, es la que no resiste más y está en crisis.
1.6.-Provincia y provincias
Esa visión surge a través de un pacto expresado en las siete[x] estrellas de nuestra bandera, el cual era un pacto entre provincias, un pacto de igualdad. Pacto que quienes han vivido en las diferentes regiones, fácilmente pueden afirmar que no se cumplió nunca. Los pobladores de nuestras diferentes regiones pueden aseverar que, aunque el pacto decía siete estrellas y siete provincias que se unificaban en igualdad de condiciones, en la práctica acentuó el dominio de la provincia central, la provincia de Caracas, la cual no era solamente la ciudad de Caracas, sino que incorporaba parte de los estados Miranda, Aragua y Guárico. El pacto permitió que la oligarquía caraqueña se impusiera sobre las demás y desde 1830, con la separación de la Gran Colombia y el surgimiento de Páez, sería no sólo la oligarquía capitalina sino también la oligarquía valenciana.
Va a ser esa provincia la que le impondrá su dominio al resto, sobreviviendo a los efectos de la Guerra Federal de 1859 a 1863. Esta guerra intentaba corregir la manera desigual como se estaban dando las relaciones entre las provincias, pero no pudo lograrlo. Y esa deficiencia arrastrada desde esa época, ha llevado a Venezuela a esta especie de callejón sin salida. Los Estados reclaman su derecho a participar en un nuevo pacto nacional. Se acentúa la crítica a la conformación política de la Venezuela del siglo XIX que se extiende hasta el XX. Cuestionan la conformación desigual de la nación en franca crisis, irrecuperable desde ese viejo e injusto punto de vista.
2.-La Crisis Cultural hacia el III Milenio: Agenda Sugerida
Hay unos elementos que vienen del siglo XIX, otros son propios del siglo XX, los cuales van a incidir en lo que denominamos “la crisis del proyecto nacional”. Esta crisis tiene toda una dimensión cultural. Es esta dimensión la que por el momento nos interesa abordar.
Sugerimos una Agenda ineludible para el Siglo XXI, si es que queremos comenzar a superar la dimensión cultural de la crisis. Creemos que ésta deberá contemplar los siguientes elementos:
-una reformulación étnica,
-una rediscusión sobre el papel de los campos culturales,
-una relación más equilibrada y más justa entre lo que se ha venido llamando tradición y modernismo
-y una reformulación de lo que son nuestros espacios habitables.
2.1.-La Reformulación Étnica
En relación a la parte étnica, se hace necesario comprender y aceptar la actual diversidad, pero con una reformulación histórica del alcance que ha tenido este concepto. Me voy a referir en orden de llegada o de estadía en estas tierras, a los indígenas, los criollos, los afrovenezolanos y las comunidades étnicas biculturales-binacionales.
2.1.1.-Los Indígenas
En relación a los indígenas[xi], se ha difundido una idea sumamente reaccionaria -digo reaccionaria políticamente, aunque algunos de los encargados de transmitirla son personas, que en otras esferas de la vida se ubican como progresistas- que con fachada de rigurosidad histórica se ha dedicado a transmitir, entre otras, una imagen muy negativa en contra de los indígenas.
El primer error es pensar que los españoles destruyeron absolutamente a los indígenas. Cuando se afirma esto desde el hígado se pretende ilustrar el barbarismo español, sin darse cuenta que esto puede llevar a otra lógica y lo que es peor, ha llevado a otra lógica: bueno, si los españoles los destruyeron, aquí no hay indígenas. Imagínense lo fácil que resulta decir que si los españoles destruyeron a todos los indígenas, no existe la necesidad de defender los derechos de los mismos en los siglos posteriores. ¿Cómo hacer para no compartir esta lógica?
Ha sido una visión reaccionaria pensar que no hay indígenas pues desaparecieron desde el siglo XVI, porque eso solamente ha servido para ocultar a los indígenas actuales y seguirlos explotando aún en pleno siglo XX. Esta visión se percibe, por ejemplo, cuando uno lee los cinco tomos de la Historia de Venezuela, escrita por Guillermo Morón y observa que de las 2.648 páginas, sólo le dedica 42 (1,58%) a los indígenas, pues ya ellos quedaron eliminados en el siglo XVI.
Esa posición ha servido para ocultar a un porcentaje muy importante de indígenas existentes en Venezuela, en parte de las comunidades denominadas campesinas, tal como ha sido demostrado por algunos estudiosos de la actual estructura agraria nacional. Y que si se le da una atención adecuada y se logra ayudarlos a recobrar su dignidad, seguro que el número de indígenas en Venezuela subiría aceleradamente. Nosotros -por haber estado tan desentendidos del punto de vista del tiempo histórico- no podemos comprender por ejemplo, que nuestros tatarabuelos, que son más o menos inmediatos, son del siglo pasado y que gran parte de los tatarabuelos de muchas de las personas que aparecen como criollos son o fueron indígenas o siguen teniendo posibilidades de reencontrar su herencia indígena, que es mucho más la que existe, que la explícitamente aceptada. Seguir insistiendo en que los indígenas fueron eliminados: sólo sirve para explotarlos y borrarlos de la historia.
Por ejemplo es impensable -y los documentos históricos lo atestiguan- imaginar la construcción de una ciudad o un pueblo en la Venezuela del siglo XV, XVI, XVII y el XVIII, sin contar con la presencia indígena. Porque cuando los españoles llegan a América ¿dónde iban a construir sus casas? Tenían que construir sus pueblos en los lugares ya domesticados por la presencia indígena, quienes ya sabían cuáles eran los mejores sitios y donde conseguir la alimentación adecuada.
2.1.1.1.-Los nombres mixtos
Es posible señalar que gran número de los pueblos fundados en los siglos XVI, XVII y XVIII, pudieron ser creados, gracias a la presencia indígena previa en esos lugares. Hay que rescatar lo que Miguel Acosta Saignes llamaba los pueblos con nombres mixtos (indígena y español), como son entre otros: Nueva Segovia de Barquisimeto, Santiago de León de Caracas, San José de Maracay, San Fernando de Apure, que expresan –evidentemente- la mezcla de lo español con lo indígena. Ese es un elemento a reivindicar como evidencia de que el indígena no desapareció en el siglo XVI, que sigue estando en el XX y además, su participación fue fundamental para la ubicación del espacio y la construcción de los principales centros poblados; de nuestras costumbres alimenticias; de vivienda, etc.
Una de las maneras de reivindicarlos en profundidad, es no seguir aceptando que desaparecieron en el siglo XVI, aún cuando eso signifique que haya que aminorar -y en este caso tranquilizar al hígado- el relato de la devastación. Porque si aceptamos que hubo exterminio absoluto entonces debemos negar la presencia actual de los indígenas. El que exista en nuestro territorio, puede estar demostrando que las matanzas fueron más localizadas y espaciadas en el tiempo.
Por supuesto que eso no significa que uno esté hablando de un exterminio bueno y otro malo. Cualquier ataque, o agresión es algo negativo y éticamente condenable, pero seámos lógicos. Si los indígenas desaparecieron en el XVI ya no existen y esa es la visión que se ha implantado, especialmente en la literatura historiográfica surgida en el siglo XIX y que se mantiene.
Creemos que parte de lo que habría que reivindicar de los indígenas, es su importancia en la construcción, en la toponimia, en la alimentación, en el gentilicio y en la ubicación física de parte importante de las ciudades de Venezuela.
2.1.2.-Lo Criollo
Otro elemento en la indagación del qué somos, tiene que ver con la definición del criollo y creemos -además es fácil de demostrar- que una misma palabra puede tener distintos significados, de acuerdo al momento en el cual se desarrolla. Una cosa es el término criollo tal como surge y es utilizado en América Latina, por ejemplo en Venezuela hasta el siglo XIX y otra cosa es la definición actual del término criollo.
Hasta el siglo XVIII y parte del siglo XIX, los criollos[xii] eran vistos simplemente como blancos nacidos en América, hasta allí alcanzaba su cobertura, tal como se demuestra al observar las distintas tablas de clasificación de los rasgos etnoraciales, las cuales nos hablaban de criollos, negros, zambos, etc. Es evidente que lo criollo solamente designaba a un tipo de mestizaje social: los españoles nacidos en América, los demás eran llamados negros, sambos, lobos, salto atrás, «tente» en el aire, etc.
Pensamos que es insuficiente la noción de criollo que aún se utiliza en algunos países de la América Andina y de la América Central, para explicar el mestizaje ocurrido en Venezuela. Creemos que criollo actualmente puede ser, aceptándolo con toda profundidad, la mezcla de lo indígena, lo ibérico y lo africano. Sostenemos que ese concepto de criollo es correcto y hay que aceptarlo en toda su dimensión, porque evidencia que en toda Venezuela el mestizaje se dió en profundidad, se dió de verdad y creó un nuevo tipo de poblador que es el criollo. Este criollo al menos hasta el siglo XIX, constituyó un porcentaje de la población cercano a un poco más del 90%. Un alto número de nuestra población era criolla y lo sigue siendo. Hay que aceptar lo criollo, tanto en su mestizaje racial como en su mestizaje cultural.
Saber además que somos un nuevo tipo, el cual nos diferencia -cuando hacemos historia comparada- de otras realidades como la ocurrida en el siglo XIX y en el siglo XX con la expansión europea en Asia o en África o la ocurrida al final del siglo XVI e inicios del XVII con los ingleses en Estados Unidos. Mientras en esos contextos se mantuvo una clara separación racial, la cual dió origen a que se constituyeran comunidades racialmente segregadas, en el nuestro no, aquí se dió una mezcla y esa mezcla es importante reivindicarla, porque es lo que somos nosotros, al menos gran parte de nosotros.
2.1.3.-Lo afroamericano
Un tercer elemento dentro de lo étnico es lo afrovenezolano[xiii]. Es necesario discutir lo que es la presencia africana y afrovenezolana -que tiene que ir necesariamente más atrás del siglo XIX- que se incorporó -especialmente entre el XVI, XVII y XVIII- no solamente como mano de obra esclava en plantaciones cañeras, o en las haciendas, sino que -especialmente en el XVII y en el XVIII- también pasó a ocupar un puesto privilegiado en las zonas urbanas. Lo afro presente en lo rural y en lo urbano, contexto en donde participó en cantidad de mezclas.
2.1.3.1.-Nuevos africanos esclavos en Venezuela hasta el XVIII
Quiero señalar una característica de lo afro en Venezuela que lo diferencia de lo afro en Brasil y en Cuba. Producto de todas las luchas y las guerras que van a desarrollarse en el siglo XIX, la importación de mano de obra esclava de origen africano -bien sea del Caribe o de la propia África- se suspenderá -prácticamente en su totalidad- en el hoy territorio venezolano. No entraron esclavos en número significativo, de origen afrocaribeño o africano, durante el siglo XIX.
2.1.3.2.-Nuevos africanos esclavos en Cuba en el XIX
¿Qué significa eso? Una relación totalmente contraria a lo que sucedió en Cuba, por ejemplo, cuyas principales entradas de esclavos se van a dar en el propio siglo XIX, mientras aquí será sólo hasta el siglo XVIII. Al no haber nuevas entradas de personas racialmente negras, venidas del Caribe o de África, los afrovenezolanos ya ubicados aquí tuvieron que profundizar su mezcla con otros elementos raciales presentes, como eran los indígenas y los criollos, acentuando el mestizaje, de manera tal que lo afro, al contrario de lo que es en Cuba, no es un elemento tan fácilmente aislable del resto del contexto, sino que lo afro es un elemento constitutivo de la propia nacionalidad venezolana y de la criollización.
Lo afro en sus diversas versiones, afroamericano o afro de África más directamente -lo que en la época de la Provincia de Venezuela se distinguía como criollo y bozal- es una parte consustancial de nuestra cultura, la cual no puede ser fácilmente desagregada debido a que esa separación no se mantuvo, obligada entre otras cosas, por las necesidades biológicas de intercambio sexual causadas por la falta de suministro de nuevos esclavos -a grosso modo- durante el siglo XIX. Este sería el tercer elemento étnico que tenemos que reivindicar.
2.1.4.-Los Nuevos Pobladores
El cuarto elemento, que ya tiene que ver con la conformación actual de Venezuela es el siguiente: estamos hablando de un siglo XIX con gran porcentaje de criollos, un porcentaje aún importante de indígenas y también algunos bolsones de afrovenezolanos en el Sur del Lago de Maracaibo, en Barlovento, en la Península de Paria. O sea, teníamos esas tres grandes divisiones de los grupos étnicos y raciales, más étnicos que raciales, en la Venezuela del siglo XIX.
¿Pero qué pasó durante ese siglo? Algunos estudios realizados por miembros de la Academia de la Historia en Venezuela, han llegado a la conclusión numérica siguiente: la guerra -que duró de 1810 a 1822- significó que la mitad de la población venezolana muriera, víctima de todas las secuelas del enfrentamiento bélico, no solamente de las balas sino debido a las migraciones compulsivas (migración a oriente) por la violencia o por el hambre, porque la guerra se va a dar fundamentalmente en los escenarios más productivos del país, en los sitios donde había gran actividad agrícola; la producción cacaotera o de ganado para la exportación. La lucha trajo miseria, hambre, muertos, fue una guerra bastante sangrienta, considerada en América Latina como la que costó más vidas.
2.1.4.1.-La despoblación del siglo XIX
Venezuela en ese tiempo tenía casi dos millones de kilómetros cuadrados -en la actualidad tenemos menos de un millón- y muy baja densidad demográfica. Imaginemos un país con casi dos millones de kilómetros, con baja densidad demográfica y el cual pierde la mitad de su población. Esa mitad de población no puede recuperarse tan fácilmente, debido a las desastrosas condiciones económicas y de salud generadas por la guerra, además, después de 1822 van a continuar pequeñas batallas, hasta que entre 1859 y 1863 estalla la Guerra Federal o la llamada Guerra Larga.
Esa guerra de cinco años provocará la muerte de un tercio de la población remanente en ese momento. Para finales del siglo XIX ¿cuánta gente podía haber en Venezuela? Estábamos sumamente despoblados, sin recursos económicos, sin desarrollo de la agricultura y sin unidad política, porque el pacto regional no se había cumplido y cada caudillo se consideraba en el deber de alzarse para defenderse de los privilegios de los oligarcas de Caracas.
2.1.4.2.-El repoblamiento del siglo XX: los Inmigrantes
Asistimos con la entrada del siglo XX, a un país despoblado. Esta debilidad no va a ser superada por las propias fuerzas internas, debido a que las condiciones de salubridad sólo comenzarán a mejorar a finales de la década del 30. La baja densidad demográfica sigue siendo una característica de la República.
¿Cómo se va a recuperar? Comenzará a hacerlo desde la década de los 40, cuando se inicia una política de migración masiva que va a permitir una cierta recuperación demográfica y formar la Venezuela que tenemos hoy. Quienes elaboraron esa política tuvieron una visión acertada, al proponer que los inmigrantes tenían que ser culturalmente afines a los venezolanos. Por eso vendrán fundamentalmente -en la primera etapa- españoles e italianos; luego hacia los 50, se le agregarán portugueses y finalmente, otro conjunto de diferentes grupos pero ya en calidad de minorías.
2.1.5.-Los Biculturales-Binacionales
De lo anterior se desprende lo siguiente: en la actual composición demográfica venezolana, una parte sustancial de ella no proviene de los procesos de criollización realizados e intensificados en el siglo XIX, ni de grupos indígenas revitalizados demográficamente, ni de grupos afrovenezolanos, sino de la migración llegada desde la década de los 40. Esos grupos han conformado una nueva comunidad macroétnica, que nosotros hemos llamado Comunidades Étnicas Biculturales-Binacionales[xiv].
Pensamos que estas comunidades de acuerdo a distintas proyecciones estadísticas y manejando otro tipo de insumos que nos han servido de fuentes, forman parte entre el 46 y el 56% de la población actual del país. No estamos hablando de extranjeros, estamos hablando de venezolanos biculturales-binacionales. Antropológicamente pudiéramos acotar su definición diciendo que: son aquellas personas que en algunas de las tres generaciones inmediatas tiene a alguien nacido en otro país, digamos el abuelo, el padre o el hijo.
Este tipo de comunidades, muchas de ellas con bastante vigor y conscientes de su doble identificación, presentan un grave problema de identidad. Este problema es el que hemos intentado contribuir a solucionar, porque el mismo se expresa en una terrible angustia existencial, cuando la gente les dice: «bueno, es que tú no eres de aquí ni de allá!». Porque aquí le dicen ¡musiú! o colombiano o si no: ¡tú eres gallego! Sí, pero cuando ese gallego va a Galicia le dicen: tú eres sudaca. Y entonces se produce esa pregunta de: bueno ¿qué soy yo? No soy ni de aquí, ni de allá, generándose una gran tensión espiritual. Y es por eso que decimos, no es que tú no seas de aquí ni de allá, sino que eres de aquí con tu característica específica, tú eres de aquí, tan igual como yo soy de aquí y soy criollo y no soy indígena.
Los indígenas, los criollos (genérico, ibérico, ladino o afro) y las comunidades biculturales-binacionales, somos venezolanos. Debemos reconocer y aceptar que somos un país multiétnico, que no somos ya lo que éramos cuando se constituyó la República de Venezuela, que se nos decía que estaba constituida básicamente por el elemento criollo, en su acepción de blancos nacidos en América. Es por esta razón que habría que ir más allá de la Carta de Jamaica, cuando Bolívar decía: no somos ni esto, ni lo otro. No, habría que ver lo que realmente somos: criollos, indígenas y también biculturales-binacionales.
Esto significa una redefinición de lo que realmente es Venezuela, un país multietnico. Y esa visión multiétnica tiene que expresarse en diversos ámbitos, entre otros en el campo de la historia oficial, en una historia que reivindique desde siempre el papel de los indígenas, de los criollos y de los biculturales-binacionales. No es justo que se intente explicar la Venezuela desde los años 50 del siglo XX, sin la participación de los inmigrantes y sus descendientes. No es lógico, porque además, no existiría la Venezuela tal cual como la conocemos hoy.
La Venezuela actual le debe bastante a la migración. Si uno ve el origen de la pequeña y mediana industria, de acuerdo al ramo verá en calzado a los italianos, en imprenta a los venidos de España y hay que reivindicar ese papel fundacional económico. Por ejemplo, el gran desarrollo del comercio al detal sería impensable sin la participación de los sirios y los libaneses, llamados turcos en su momento. Estas serían algunas líneas a desarrollar en lo concerniente a lo étnico.
2.2.-El papel de los Campos Culturales
2.2.1.-El Campo Cultural Académico
Otra gran área a trabajar dentro de lo que pensamos sería una agenda cultural para la Venezuela del tercer milenio, se refiere a una rediscusión de la relación entre los campos culturales. Esto es entre el Campo Cultural Académico (la educación oficial), el Campo Cultural Industrial Masivo (la radio, la prensa, la televisión) y el Campo Cultural Residencial (la cultura que la gente realiza en las comunidades en donde vive).
Creemos que las relaciones que se han dado entre esos tres campos han sido negativas. Casi siempre han terminado por afectar el desarrollo cultural, especialmente el de los sectores populares. Por ejemplo, en el campo cultural académico habría que plantearse una relación más profunda con el área cultural residencial, en el sentido de encargarse de desarrollar procesos de construcción de identidad local, regional y nacional.
2.2.1.1.-La Educación Básica Aculturadora
En ese proceso creemos que hay algunas debilidades actuales que deben ser superadas. No es posible que siga existiendo un divorcio casi total entre la cultura académica, expresada en los diversos niveles del sistema educativo y las culturas que realiza el pueblo en sus comunidades, el folklore[xv] y el etnilore. No puede seguir existiendo una ignorancia, un desdén tan grande. Mientras en Canadá el 55% y en Estados Unidos el 60% de los objetivos de la educación básica, están relacionados con elementos propios de sus culturas residenciales, en Venezuela es 0,0% de primer a tercer grado, de 3,3% de cuarto a sexto y nuevamente de 0,0% de séptimo a noveno año.
Es posible afirmar que nuestro sistema educativo desde básica a superior, se ha convertido en uno de los principales elementos de desnacionalización[xvi] del país, de aculturación total, de ignorancia de nuestras raíces y de absoluto olvido de los procesos que han conformado culturalmente a nuestra nación.
Y es aún más grave la situación cuando hablamos de educación básica, ya que esta ocurre en momentos cuando se efectúa la socialización primaria en la edad temprana del individuo, edad especialmente sensible para captar del medio las principales influencias. Cuando el alumno va a la escuela lo que aprende es a desconocer el país, a no aceptar, ni siquiera saber que existe una gran riqueza cultural, una diversidad cultural local, regional, étnica. La educación básica venezolana actual es una de las principales fuentes de aculturación. Más responsable en la desnacionalización del país es la educación básica –por su desvinculación absoluta de las Culturas Residenciales[xvii]– que los medios de comunicación masiva.
2.2.1.2.-Las Universidades y el desdén hacia el universo cultural del pueblo
Situándonos un poco más arriba, quiero hacer algunos señalamientos sobre la educación superior. En el II Congreso Nacional Universitario Sobre Tradición y Cultura Popular realizado en Maracaibo en junio de 1991, descubrimos que solamente en tres universidades -dos de ellas privadas- existía una asignatura obligatoria sobre Cultura Residencial Popular dentro de los Curricula. En el resto de las universidades, incluyendo a la Universidad Central de Venezuela[xviii] (UCV) y a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), no existía y -hasta lo que conozco- al presente no la hay. En algunas instituciones hay asignaturas optativas pero no obligatorias y en algunos casos, ni siquiera se ofrecen actualmente, como sucede en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC).
Mientras en México existen Maestrías sobre cultura popular mexicana, en Venezuela apenas en algunas universidades existen materias obligatorias. No existe una atención importante de la educación superior hacia las Culturas Residenciales Populares y eso es algo que indudablemente habría que superar a corto plazo. La Maestría de Cultura Popular de la Universidad de Carabobo es admirable como iniciativa, pero adolece de innumerables fallas y potencia académica por carecer del sustento de líneas de investigación robustas.
2.2.1.3.-Débil formación de Especialistas de alto nivel
De la misma forma, ha habido muy poca atención a la formación de especialistas de alto nivel en el área cultural, que atiendan las vinculaciones entre los Campos Culturales Académicos, Industrial Masivo y Residencial. Existen algunos intentos muy recientes en áreas de la formación artística los cuales me parecen plausibles, como es la creación del Instituto Universitario Armando Reverón (IUSEPAR) para las artes plásticas; el Instituto Universitario de Teatro (IUT) y el Instituto Universitario de Música (aunque no le destina recursos a la investigación, debido a la desviación de querer formar unicamente ejecutantes para la Orquesta Simón Bolívar).
Se deberían ampliar estas iniciativas y crear una institución de alto nivel que forme licenciados y futuros egresados de postgrado, quienes trabajen una visión más amplia de la dimensión cultural venezolana, especialmente de la dinámica cultural de los barrios y pequeñas poblaciones, es decir las Culturas Residenciales Populares.
Algunas instituciones han intentado realizar algo en este sentido como ha sido el CLACDEC, organismo que hizo esfuerzos interesantes en la formación de personal vinculado a esta área, pero aquí estamos hablando de crear una institución con rango universitario, lo cual debería ser parte de la agenda que puede y debe haber, en el campo de la cultura académica en relación con el desarrollo cultural.
2.2.2.-El Campo Industrial Masivo: Hacia el mercado latinoamericano
En cuanto al Campo Cultural Industrial Masivo, pensamos que sería importante desarrollar una visión de integración latinoamericana, porque uno de los problemas de este campo es el financiamiento, pero el financiamiento tiene que ver también con la posibilidad de alcance de mercado, lo que hace indudable, que el esfuerzo de potenciar este Campo Industrial Masivo tiene que estar vinculado a una ampliación del mercado, en primer lugar hacia América, ya no solamente la que tradicionalmente se ha llamado América Latina, sino toda América, incluyendo las comunidades latinas de los Estados Unidos de América y de Canadá, porque los 20 millones de hispanos que viven en los Estados Unidos significan 4 veces la población de Bolivia, dos veces la población de Ecuador y una vez la población de Venezuela.
Tendría que haber un deseo de integración latinoamericana que permitiera un financiamiento de grandes obras -pensando no solamente en la más inmediata, de un alcance más limitado que pudiera cubrirse con el mercado venezolano, como puede ser la producción de radio y de televisión- pienso en lo importante que sería desarrollar y fortalecer una industria de cine. Una industria de cine que pudiera, entre algunas de sus líneas de trabajo, no la única por supuesto, trabajar la historia de Venezuela con su diversidad, con la creación de imágenes, con la creación de héroes que podemos llegar a tener. El papel del cine norteamericano y el papel del cine mexicano en la afirmación de sus estereotipos culturales han sido innegables. La invención de Superman en Estados Unidos, expresa claramente una visión de su yo colectivo y por eso es que Superman es totalmente cónsono con la cultura norteamericana.
Es necesario que podamos desarrollar nuestros propios héroes, algunos con nombres de la historia, otros tomados de la psicología, que permitan competir en el imaginario colectivo con todas las otras imágenes que nos vienen de afuera y que van a seguir invadiéndonos y lo malo no es que lleguen, sino que nosotros no tengamos tampoco alternativa que ofrecer.
Igualmente deben ser abordados los elementos de gran tiraje publicitario, como pueden ser las tiras cómicas. Hay un ejemplo que me parece muy valioso realizado por el Profesor Julio Carrillo del Centro de Investigaciones de Culturas Populares de la ULA. El transformó en lenguaje de tira cómica una leyenda indígena sobre el origen de la Cordillera de Mérida. Intentos como este tendrían que estar contemplados en una agenda cultural del siglo XXI, que dentro de escasos años comienza.
2.2.3.-El Campo Cultural Residencial[xix]
Y finalmente, dentro de los campos culturales quisiera señalar algunas cosas sobre el Campo Cultural Residencial. Creemos que en lo residencial, en la cultura que realiza la gente en sus comunidades, sean populares o no populares, es donde se ha venido gestando el mayor esfuerzo de resistencia y de apoyo hacia la construcción de una identidad. Revitalizando una identidad que combina sin ninguna tragedia lo tradicional y lo moderno. Acciones que han venido surgiendo como esfuerzo importante de la sociedad civil por mantenerse unidas en una vocación de creación nacionalista.
Deseo señalar un elemento que considero muy representativo de esta cultura residencial, como lo es la fiesta colectiva- nos hemos venido encontrando en las investigaciones que hemos realizado, con una vitalidad impresionante de las fiestas[xx], que nos lleva a afirmar que la realización de las mismas, constituye uno de los momentos más importantes de tensión sociocultural en las comunidades, ya que en ellas se expresa más claramente la competencia por la búsqueda del prestigio entre las redes culturales, políticas y económicas en el interior de las comunidades residenciales.
Un fortalecimiento a través de políticas culturales de las fiestas colectivas sería bastante importante. Fortalecimiento que implique no solamente protección patrimonial, legal, sino también un estudio amplio del fenómeno festivo, una difusión mayor luego de profundizar en los calendarios de fiestas regionales.
Acerca de estos últimos quisiera hacer una pequeña acotación, porque creemos que la visión que se tiene de la importancia de las fiestas colectivas en Venezuela es muy reducida y pobre. Por ejemplo, lo que tenemos de información nos dice que -hasta no hace mucho- el principal calendario de fiestas en Venezuela, el que publicó CONAHOTU en 1973, señalaba 302 fiestas en el país. Después de haber realizado una muestra significativa del calendario en Caracas, encontramos, sin haber agotado el tema, que en el área metropolitana de Caracas[xxi] se efectúan cada año 2.201 (dos mil doscientas una) fiestas colectivas[xxii].
2.2.3.1.-100.000 Fiestas Residenciales cada año
Indudable que nos hemos tropezado con un universo completamente desconocido. Aventuramos la idea de que, por lo menos en Venezuela, deben producirse alrededor de 100.000 (cien mil) fiestas colectivas anuales. Por supuesto, no estoy contando ni cumpleaños ni cosas similares, estoy hablando de fiestas colectivas que pueden agruparse al menos en 500 (quinientos) temas, el mayor número de los cuales tiene que ver con lo religioso, bien sea religioso católico -tanto oficial como popular[xxiii]-, cristiano ortodoxo, judío e islámico.
Este universo pudiera servir -es una hipótesis- como eje articulador de las políticas culturales de animación de base. Ya se han adelantado algunos proyectos bastante interesantes, en algunos lugares en donde la sociedad civil ha tomado en consideración esas potencialidades y la han desarrollado en unos niveles bastante grandes. Señalo por ejemplo, la celebración de la Virgen de Chiquinquirá en Maracaibo[xxiv]. Desde hace cuatro años las celebraciones se extienden durante el mes de noviembre y han venido publicando unos suplementos de doce (12) páginas, con el programa de las Ferias, el cual es encartado en diarios de circulación nacional. Imaginémonos en lo que se ha convertido el programa: en un gran eje articulador de múltiples aristas, el cual combina lo tradicional y lo moderno sin ningún problema.
Otro ejemplo es la Feria del Sol, en Mérida, que ha sido una manera de celebrar el Carnaval. La Feria de la Virgen de la Divina Pastora, en Lara. La de la Virgen de la Candelaria en Valle de la Pascua. En otros lugares los elementos articuladores son otras fiestas populares como el Carnaval[xxv], por ejemplo en Margarita, Carúpano, Ospino, Quibor, El Tocuyo y San Antonio del Táchira.
2.2.3.2.-Aumentar el Consumo Cultural: Crear Público
¿Qué ha sucedido? Que la sociedad civil ha tomado conciencia de esos elementos. Pensamos que a través de esta articulación, se puede resolver un problema que en la política cultural se ha eludido con subterfugios y cortinas de humo. Es el problema que se le plantea a un animador cultural o a un promotor cuando por ejemplo, hace venir desde Caracas un Cuarteto de Metales hasta San Cristóbal, lo presenta en la sala del Ateneo de San Cristóbal y a la misma asisten sólo seis personas. El promotor termina hablando mal de los tachirenses: «¡No, te fijas, aquí la gente uno le trae esto y no vienen, porque no les gusta, no son cultos, etc. etc!» Ese, por supuesto, no debiera ser el juicio. Allí hay que preguntarle es al promotor, él es el único responsable de que una actividad que amerita tantos esfuerzos económicos, materiales, de tiempo y de recursos humanos, no haya producido el resultado deseado. Si una acción cultural exige tantos recursos para su producción, tiene que haber un equivalente en cuanto al consumo de ese espectáculo. El problema del público no se ha querido plantear hasta sus últimas consecuencias por los promotores y los encargados de las políticas culturales. Continúan utilizando rodeos para dar explicación a estos problemas.
Pensamos que al vincularse las actividades de los entes institucionales de la cultura a los calendarios de fiestas que se vienen produciendo en el país, se participa en una convocatoria natural y espontánea de la comunidad, que asegura que la gente esté esos días en el sitio, posibilitando la presentación de toda una gama de variedades para que el público escoja. Creemos que sería una de las maneras de contribuir en la resolución del problema de la escasez de público en muchos casos. Hay que discutir el hecho cultural no solamente en su producción -cuando los promotores presentan un informe en el cual establecen por ejemplo: «nosotros presentamos 50 actos», pero nunca dicen cuánto público asistió a cada uno de ellos, quizas estuvieron las mismas 10 personas- sino en el circuito completo de realización social: producción, circulación y consumo.
2.2.3.3.-Fiestas, Sectas y Aculturación
Hablando sobre fiestas, creemos que existe un grave problema que está afectando a las mismas, por lo menos en algunas localidades y regiones del país. Este es el papel jugado por las Sectas Fundamentalistas. De una muestra significativa que tomamos en 1991, 2.023 fiestas del país (no incluimos las Fiestas Indígenas[xxvi] que son igualmente importantes y numerosas), encontramos que el 94,5 de esas 2.023 fiestas obedecían a una convocatoria religiosa católica, popular y oficial. El 25% de las mismas estaban relacionadas con la Virgen María[xxvii] a través de 45 advocaciones. Y un porcentaje cercano al 60% estaba relacionado con los santos, San Juan Bautista[xxviii], San José, San Antonio, San Benito, San Pedro Apóstol[xxix], Santos Inocentes[xxx], con la celebración en Honor a la Cruz[xxxi], al Corpus Christie[xxxii], con la Semana Santa[xxxiii], etc. Un porcentaje tan alto como el 94,5% tenía que ver con una religiosidad en específico, que es la religiosidad católico-popular.
Hemos encontrado este problema de las sectas en trabajos de campo. Llamamos sectas a las sectas evangélicas, diferenciamos las sectas evangélicas de lo que pueden ser las Iglesias Protestantes Históricas como los Bautistas. Nos referimos casi fundamentalmente a Testigos de Jehová, Mormones y especialmente a los Pentecostales.
Estas Sectas obedecen a un plan político diseñado en 1980 por Ronald Reagan a través de la Asociación de la Mayoría Moral. Pude comprender más fácilmente su práctica, cuando observaba a individuos de estas sectas atacar a alguna comunidad, con un discurso fundamentalista en contra de la Virgen y de los Santos. En la medida que las personas entraban en esas sectas se desvinculaban de la creencia en los santos, la creencia en la Virgen. Esto repercutía inmediatamente sobre la no celebración de las fiestas y la desaparición de un gran circuito sociocultural. Señalamos lo anterior tratando de plantear la necesidad de analizar el hecho -por demás espinoso- de las consecuencias antropológicas de esta aculturación compulsiva: la destrucción de la dignidad cultural de la personalidad básica tradicional venezolana.
Desde el punto de vista de la lucha cultural uno de los principales intentos de aculturación es esta y se ha venido desarrollando en algunos casos con bastante éxito, como en los estados Apure y Bolívar, en cuanto al surgimiento y avance de las sectas. Este auge siempre va en detrimento de la realización de las festividades católicas y de lo que se vincula con estas actividades: lo estético, las comidas, la música, la danza, el arte popular. La proliferación de las sectas evangélicas fundamentalistas constituye uno de los intentos más exitosos para destruir, lo que pudiéramos considerar elementos bastante significativos de la actividad cultural residencial, los cuales se expresan en las fiestas colectivas.
3.-¿Tradición versus o conjuntamente con la Modernidad?
Estos son algunos puntos de la agenda cultural que proponemos, debe considerarse para el siglo entrante en cuanto a la relación entre los campos culturales. Otro punto para la discusión, es la manera como se han venido enfrentando la relación entre tradición y modernidad[xxxiv] en los discursos políticos y en los discursos culturales.
En Venezuela a través de ese impulso de modernización iniciado desde la década del 40, se comenzó a identificar tradición con atraso, con algo que había que superar, que impedía el desarrollo nacional. Esa vinculación de tradición con atraso lo colocaba en la parte mala de la película, había que cambiarlo, que aniquilarlo y la parte buena era lo moderno, entendiendo lo moderno no de una manera más amplia, sino como lo proveniente de los Estados Unidos de América, porque lo moderno para nosotros tiene esa connotación.
Esta concepción llevó a formar en la mentalidad colectiva del venezolano un rechazo, una verguenza por sentirse depositario de lo tradicional, de cualquier elemento tradicional, hasta pensar que lo tradicional significa automáticamente atraso y que el mundo avanza hacia una aldea global moderna y modernizadora. Premisa desmentida por los hechos posteriores, porque si algo se ha venido acentuando es la necesidad de diferenciación de los países, porque las guerras -lamentablemente una expresión muy negativa- se han venido dando no porque la gente quiera ser igual, sino por querer ser diferente, por ejemplo los serbios quieren ser serbios-ortodoxos, los musulmanes, musulmanes y los croatas católicos-croatas.
La represión ideológica de la modernidad ha llevado a un debilitamiento muy grande de lo tradicional. Pensamos que en algunos casos pueden haber desaparecido, momentáneamente, muchas manifestaciones culturales que pueden y deben ser revaluadas, reimplantadas, porque ante esto hay un argumento que se ha venido dando el cual termina siendo el argumento del conquistador. ¿Cuál es ese argumento? Afirmar que si algunas manifestaciones desaparecieron es porque la sociedad las considero sustituibles. No puede aceptarse de manera pasiva lo que ha sido una imposición, diciendo: sí, verdad, ya no se puede hacer nada. Sí se puede hacer algo. Indudablemente tiene que haber un esfuerzo importante en revaluar la tradición, revaluarla críticamente y defender los espacios para que se desarrolle suficientemente. Porque además la idea de que la tradición es inmutable, incambiable es errónea. La dinámica de la tradición oral es precisamente la re-creación. Así debemos procurar que la tradición se difunda en lo académico, en lo industrial masivo y en lo propiamente residencial. Esto significa darle prioridad a las distintas formas expresivas de las culturas tradicionales y aceptar que no hay ninguna oposición de principio entre lo tradicional y lo moderno, siempre que ambos sean sometidos a una discusión amplia, fructífera, a una mutua influencia, porque fácilmente la tradición debería difundirse a través de la escuela, que es un aparato moderno. Igualmente, la tradición pudiera utilizar los medios industriales masivos asegurando así la reproducción de su memoria.
No podemos pensar que para llegar al siglo XXI debemos cada vez más perder nuestra memoria histórica, ¿perder lo que somos para ser qué cosa? Ser nada, porque solamente podemos ser algo si partimos de lo que somos, de lo que hemos sido. Si no partimos de lo que somos no somos nada, ni podemos llegar a ser nada. Y si algo están demostrando los países es que, en la medida que conservan su tradición -y lo expresan los porcentajes de expresiones tradicionales que se dan en los programas educativos formales de Estados Unidos y Canadá- en la medida que se expresa y se desarrolla esa tradición, se está en mejores condiciones de enfrentar el mundo, de enriquecerse con el intercambio cultural, sin necesidad de rechazar esa parte tradicional.
A la modernidad no hay que verla como algo negativo, lo que hay que ver como algo negativo es a la manera como se ha intentado imponer sobre la tradición, sin una discusión previa, sin promover diálogos. Pero también es cierto que los beneficios de la modernidad se han quedado en élites, no han trascendido al grueso del pueblo. Los servicios públicos cada día están más encarecidos, se quiere -y se ha logrado- excluir a los sectores populares -cada vez más- de gran parte de los beneficios de la modernidad. Señalo especialmente lo atinente a los medios de reproducción cultural, la dificultad de acceder a la difusión y producción de discos, de libros sobre los eventos, etc.
Habría que pensar cómo establecer una relación más acorde entre lo tradicional y lo moderno sin rechazar de plano lo tradicional, permitiendo su reproducción, intentando que las ventajas de la modernidad puedan ser compartidas por el grueso de la población.
4.-¿Sobre cuál espacio estamos?
Finalmente debemos destacar ahora, que las manifestaciones culturales de las comunidades residenciales se expresan en espacios que –a grosso modo– se llaman o se han venido denominando espacios urbanos y espacios rurales, es necesario que podamos comprender y aceptar las consecuencias de los cambios de ubicación poblacional que ha habido en Venezuela, redimensionando tanto lo que es urbano como lo que es rural.
En relación a lo rural -que quizás ocupa el 20 % ó un poco menos de este porcentaje, aunque significa un cambio muy drástico en relación a lo que existía antes y lo que hay ahora de población diseminada en el espacio rural- no debe verse como algo que va a extinguirse, porque no se va a extinguir. Lo rural va a seguir existiendo. No puede seguirse viendo lo rural como el sitio donde se depositan las carencias de Venezuela, un paisaje deprimido. Hay que revalorar en lo rural su aporte cultural -en otras áreas como la económica es fácilmente descubrir su importancia-. Reconocer que lo rural, aún cuando cuente con menos población, posee también una gran potencia cultural. Porque algo que se nos ha venido transmitiendo y que ha desvirtuado la importancia de las cosas, es tener como patrón de referencia el que un hecho es importante, sólo en la medida en que participa mucha gente.
Nos hemos acostumbrado a hablar de masas en vez de hablar de pueblo y que mientras se cuente con más masa, es más importante un hecho determinado. Debemos hacer nuestra la revaluación de algunos teóricos europeos, latinoamericanos y norteamericanos acerca de la importancia de las diversas escalas. Tenemos que reivindicar lo pequeño, la escala micro, las pequeñas poblaciones. De esa manera valorar aún más toda la potencialidad cultural que puede estar presente en lo rural y por la misma vía reivindicar la complejidad de las culturas urbanas. No seguir pensando que cuando la gente llegó a la ciudad se desarraigó, que ya no tiene vínculos, que es un ser sin alma, un ser sin empuje creativo, ni cultural. Lo que nos demuestran los períodos vacacionales de Carnaval y Semana Santa es que de Caracas se van hacia el interior a visitar a sus familiares, a sus amigos, entre 800.000 y un millón de personas. La relación personal campo-ciudad, o lo urbano y lo rural es constante y no existe -o existe en un menor grado y muy pequeño porcentaje- el desarraigo total del ser urbano, sino que el ser urbano ha logrado construir su entorno. Pensamos que no es correcto hablar de la cultura caraqueña o de la cultura merideña, o de la cultura de la ciudad, sino que hay que hablar de las culturas, en plural, porque no existe una Caracas: sólo existe la unidad urbana llamada Caracas en los mapas que han diseñado los geógrafos o los urbanistas.
Cuando se habla con las personas que habitan en Caracas, Caracas no existe, existe el pedazo que a ella le toca vivir, el pedazo por el cual ella transita diariamente de su casa al trabajo, suponiendo que son dos lugares diferentes. Lo que existe es la percepción de su espacio inmediato y no una gran ciudad con una cultura homogénea. Congregando el espacio urbano alrededor del 80% de la población venezolana, es indudable que ahí existe toda una complejidad cultural, una complejidad étnica, una manera de mezclarse armónicamente y creativamente. Una cantidad de expresiones culturales que están vitalizadas, tanto tradicionales como modernas, invenciones de esa creatividad. La ciudad no puede seguir siendo observada como una ciudad homogeneizada en la cual solamente existe el hombre masa. No existe la ciudad, existen las ciudades formadas por las percepciones ciudadanas que tienen sus habitantes. Y hago hincapié en los habitantes, porque creo en el hombre que es habitante, cultor, poblador urbano. En esto debemos hacer mucho más énfasis y quizás implique la reformulación de una agenda cultural que hasta ahora en Venezuela, ha estado concentrada en la capital, en una visión desde arriba, institucional, centralista.
En esta nueva agenda el centro debe ser el hombre. Partir desde el hombre hacia el resto de la sociedad. El hombre y su entorno micro, su entorno local. El hombre y sus necesidades reales, el desarrollo comunitario, porque en definitiva Venezuela debe avanzar hacia una de las tendencias minoritarias pero más optimistas de la humanidad, la cual es el desarrollo de los poblados pequeños, de las comunidades pequeñas, sin renunciar a los beneficios de la modernidad, pero también rechazando los elementos de desintegración cultural.
Creemos y con esto finalizamos, que en la nueva agenda cultural que habrá que desarrollar para la Venezuela que entra en el tercer milenio, el centro debe ser el hombre y uno de los objetivos a perseguir, de acuerdo a las tendencias mundiales, no es a que desaparezcamos como nación sino a que nos conservemos, a que nos desarrollemos y podamos seguir siendo como venezolanos, una nación inmortal.
Gracias.
Anexos.
Presentación del libro:
Diversidad Cultural de Comunidades Residenciales Venezolanas, Caracas, 1999.
Los trabajos compilados abarcan un período de 14 años (1985-1999) de producción intelectual de los autores. En su mayoría son trabajos o ensayos desarrollados a partir de resultados obtenidos en Investigaciones de Campo y/o documentales o en el análisis posterior de esos resultados. En el caso de Enrique Alí González Ordosgoitti, se recoge parte de su experiencia -desde 1985 hasta el presente- a través de su desempeño académico en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), en la Asignatura Proceso de la Cultura en Venezuela, en la Universidad de la Tercera Edad (UTE), en la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y en la Escuela de Filosofía de la UCV, como fundador y Coordinador de la Cátedra de Pensamiento Latinoamericano, y parte de su experiencia personal como investigador sociocultural.
En el caso de Moraiba Tibisay Pozo, se refleja parte de su experiencia académica como Profesora de la Asignatura Proceso de la Cultura en Venezuela en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), en el lapso 1995–1997; en el curso Culturas Residenciales Venezolanas desde 1998 y en la Cátedra Libre de Culturas Residenciales Populares “Eloy G. González” desde 1996, en el mismo IPC. Otros trabajos dan cuenta de sus investigaciones en el área sociocultural, desde 1989 hasta el presente.
Ambos autores han desarrollado un extenso trabajo de investigación sobre Comunidades Criollas y Biculturales-Binacionales del país, pero la edición de un libro -por diversas razones- impone una necesaria selección, lo que en este caso, nos llevó a la decisión final de excluir algunos trabajos y escoger sólo aquellos que -con mayor frecuencia- utilizamos con propósito de formación de otras personas en el área.
Así, en Lo Cultural en Perspectiva incluimos el trabajo Agenda Cultural Para la Venezuela del Tercer Milenio, en el cual Enrique Alí González Ordosgoitti establece una visión prospectiva, de lo que debería plantearse la sociedad venezolana en relación a su desarrollo cultural desde ya y de cara al siglo XXI. Entre otros aspectos, este ensayo destaca las Macroetnias o Comunidades Étnicas Venezolanas Actuales y algunas de sus características, subrayando el nuevo mestizaje producido en el país a partir de la mitad del siglo XX, el cual ha llevado a que la Macroetnia Bicultural-Binacional, como bloque, represente aproximadamente la mitad de nuestra población actual. El trabajo enfatiza entre otras propuestas; la necesidad de la Reformulación Étnica dentro del Proyecto Nacional para el milenio que se inicia.
En Comunidades Biculturales-Binacionales, incluimos el trabajo En Venezuela Todos Somos Minorías, en el que Enrique Alí González Ordosgoitti nos proporciona una visión teórica sobre lo que es la Macroetnia Bicultural-Binacional o las Comunidades Biculturales-Binacionales en la Venezuela del presente. Para dar una visión general sobre estas comunidades, se incluyó el trabajo Comunidades Biculturales-Binacionales en el Área Metropolitana de Caracas, de Moraiba Tibisay Pozo. Para concluir y aun cuando disponemos de varios trabajos sobre comunidades nacional-americanas y asiático-americanas, presentamos sólo la visión particular de dos comunidades euro-americanas estudiadas por Moraiba Tibisay Pozo, pues reunían las características de ser investigaciones inéditas, basadas en Trabajos de Campo sobre esta temática. Esta segunda parte concluye con la visión de Enrique Alí González Ordosgoitti de lo que son los venezolanos residentes en otros países: biculturales-binacionales, cuyo país de origen es Venezuela, a través del trabajo Efectos Sociales de la Globalización. Nuevas Etnias: La Diáspora Venezolana.
En Comunidades Criollas, reunimos dos de los trabajos desarrollados por Moraiba Tibisay Pozo en relación al tema de Juegos Infantiles Tradicionales de comunidades residenciales del país, incluyendo inclusive, la escasa información sobre juegos de comunidades indígenas a la que la autora ha accedido. El primero de ellos presenta una visión teórica y general y el segundo, una visión particular sobre juegos de la región oriental del país. El tema Juegos constituye una línea de investigación de INDICEV.
Finalmente, en Lo Metodológico -con el objetivo de seguir orientando la realización de investigaciones en el área- incluimos la propuesta para realizar trabajos de investigación exploratoria sobre Comunidades Étnicas en Venezuela, desarrollada por Enrique Alí González Ordosgoitti en el Instructivo para la realización de la Monografía de la Investigación Exploratoria acerca de una Manifestación Cultural Residencial Popular y/o No-Popular, Étnica, Tradicional y/o Moderna de Venezuela, en versión actualizada por el autor, para esta edición.
Es nuestra aspiración que la presente compilación sirva los propósitos divulgativos y de apoyo formativo de investigadores en el área, propósitos que INDICEV se ha trazado como Fundación. Agradeceríamos comentarios y observaciones al respecto, de los lectores.
Moraiba Tibisay Pozo
Compiladora y Coordinadora de edición
–Índice del libro:
Diversidad Cultural de Comunidades Residenciales Venezolanas, Caracas, 1999
Presentación
I. Lo Cultural en Perspectiva
Agenda Cultural para la Venezuela del Tercer Milenio (https://ciscuve.org/?p=4741)
Enrique Alí González Ordosgoitti
II. Comunidades Biculturales-Binacionales
II. a. Visión Teórica
En Venezuela todos somos minorías (https://ciscuve.org/?p=534)
Enrique Alí González Ordosgoitti
II. b. Visión General
Moraiba Tibisay Pozo
II.c. Visión Particular
II. c.1. Euro-Americanos
Los griegos-caraqueños. Estudio de Una Comunidad Bicultural-Binacional, Su Escuela y Manifestaciones Socio Culturales https://ciscuve.org/?p=
Moraiba Tibisay Pozo
Diferencias en la Dinámica Cultural del Culto a la Virgen de Fátima y otras manifestaciones de comunidades portuguesas-venezolanas en Araira, Los Teques, Chacao, Las Minas y Urb. Week-End Catia La Mar (https://ciscuve.org/?p=)
Moraiba Tibisay Pozo
II. d. Los Venezolanos en el Exterior
Enrique Alí González Ordosgoitti
III. Comunidades Criollas: Juegos Infantiles
III. a. Visión Teórica y General
Juegos Infantiles Residenciales Populares Tradicionales de Venezuela: Aproximación a un Inventario, Propuesta Preliminar de Clasificación y Estadísticas (https://ciscuve.org/?p=)
Moraiba Tibisay Pozo
III. b. Visión Particular
Juegos Infantiles Residenciales Populares Tradicionales del Oriente de Venezuela (https://ciscuve.org/?p=)
Moraiba Tibisay Pozo
IV. Lo Metodológico
Enrique Alí González Ordosgoitti
Sobre los Autores.
Sobre los Textos.
[i] .-Debido a que este Artículo tuvo su gestación como Conferencias Centrales Orales que finalmente dieron origen a una Ponencia escrita, requirió de un arduo trabajo formal de transcripción y correcciones de estilo, procesos en los cuales participaron varias personas a quienes quiero dejar constancia de nuestro agradecimiento:
-Transcripción: Señora. Mercedes Rizzo.
-Revisión, Discusión de Contenido y Corrección de estilo, mi Esposa, Profesora Soc. Carmen Dyna Guitián Pedrosa (1944-2013), Universidad Central de Venezuela (UCV)
-Revisión y Corrección de estilo, mi colega, Profesora Moraiba Tibisay Pozo, Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).
-Revisión y corrección final de estilo: el Autor.
[ii] .-El pensamiento estratégico requiere de un esfuerzo arduo y sostenido por pensar la “cosa en sí” de manera permanente y confrontada, tanto con la práctica-práctica como con la práctica teórica, por eso este Artículo requirió de diversos momentos de concreción y confrontación con la realidad académica, de cuyo debate salimos enriquecidos. He aquí el itinerario de este escrito:
-Conferencia Central Oral dictada por primera vez en la ciudad de Mérida, Venezuela, el martes 21 de septiembre de 1993, en el marco del Encuentro Internacional de Investigadores en Folklore y Cultura Popular de Venezuela y sus Áreas de Interinfluencia, organizado por la Universidad de Los Andes (ULA), del 19 al 25 de Septiembre de 1993.
-Conferencia Central Oral dictada por segunda vez en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), el martes 01 de febrero de 1994, en el marco de las Primeras Jornadas de Evaluación Curricular 94, del 31 de enero al 8 de febrero de 1994.
-El martes 14 de junio de 1994, se presenta como Ponencia en su versión escrita definitiva en las “Primeras Jornadas sobre Política Cultural Universitaria. Propuesta para el Cambio”, Organizadas por la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela (UCV), del 13 al 17 de junio de 1994 en la Sala de Conciertos de la UCV.
-Para esta edición realizamos una revisión de forma y de estilo, pero sin ningún agregado importante de contenido, pues la idea era respetar la versión original, tal como se fue gestando. Hoy martes 29 de abril en la ciudad de Medellín, Colombia.
[iii] .-Esta afirmación la argumento en: “La Agresión Existencial. Venezuela: una nación que aún no es”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 80, Noviembre 2015. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=311
[iv] .-Llamamos la atención fundamentalmente al período de Gobierno de Guzmán Blanco denominado el Septenio (1870-1877): “Para un estudio de la Lucha Cultural durante la Presidencia de Guzmán Blanco de 1870-1876.”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 82, Enero 2016. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=561
[v] .-En otros Artículos diserto sobre la importancia de lo Regional:
-“La construcción de identidades culturales regionales en Venezuela. Tendencias prospectivas en el siglo XXI”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 65, Agosto 2014. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=
–“Problemas de las Culturas Regionales de Venezuela: Análisis de la Encuesta Nacional Estado y Cultura organizada por la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado en 1988”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 70, Enero 2015. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=
[vi] .-Ver: “1810-2010: ¿Doscientos años de qué? De construir un Camino con 32 Piedras” https://ciscuve.org/?p=2590
[vii] .-Valga la visión historiográfica del Historiador español Morales Padrón: “La ¨Reconquista¨ de España en América por Francisco Morales Padrón o como desacreditar la Ciencia Histórica”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 55, Octubre 2013. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=4097
[viii] .-Si queremos evitar anacronismos y situarnos en la conformación etno nacional existente para finales del siglo XVIII y principiosdel siglo XIX, en cuanto a la relación América-Europa, ver: “Las Rupturas de América Latina con España y Francia en el siglo XIX. (A propósito del 19 de Abril de 1810).” Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 49, Abril 2013. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=3309
[ix] .-A su vez los españoles habían sido víctimas de los musulmanes y tal situación no impidió el florecimiento de una cultura arábigo-española, tal como lo trato en mi Artículo “La Cultura Arábigo-Islámica-Ibérica o la Mentalidad Colectiva de los “Españoles” que vinieron hacia América Latina La Grande”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 29, Nro. 30, Septiembre 2011. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=147
[x] .-La Capitanía general estaba conformada por diez provincias, de las cuales dos (Coro y Maracaibo) no aceptaron firmar el Acta de Independencia del 5 de julio de 1811 y las otro ocho si lo hicieron, pero la delegación de la provincia de Guayana no llegó a tiempo, razón por la cual nuestra Bandera sólo tenía 7 Estrellas. Guayana fue incorporada para ser la octava Estrella de nuestra Bandera en el Gobierno del Presidente Chávez.
[xi] .-La importancia del componente indígena en nuestro proceso étnico lo he abordado en otros momentos en esta Revista:
-La importancia del Calendario de Fiestas Indígenas en Venezuela. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 67, Octubre 2014. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=
[xii] .-Para una breve disertación acerca de qué entendemos por Etnia-Criolla, ver: “¿Qué es la Etnia Criolla Latinoamericana? Un ensayo de respuesta en 20 Notas”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 54, Septiembre 2013. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=4088
[xiii] .-La importancia del componente afroamericano-negro lo he abordado en otros Artículos publicados en esta Revista:
[xiv] .-Ver: “Las Comunidades Étnicas Biculturales-Binacionales en Venezuela”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 29, Nro. 28, Julio 2011. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=144 y “Efectos Sociales de la Globalización. Nuevas Etnias producidas por la Diáspora Venezolana: Venezolanos-Mundo”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 43, Octubre 2012. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=2564
[xv] .-En algunos trabajos he disertado sobre las diversas formas como ha influido el Folklore en la dimensión cultural venezolana:
[xvi] .-Para detalles, ver: “Educación, Cultura e Identidad Nacional”: 964. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 70, Enero 2015. www.familiacristiana.org.ve https://ciscuve.org/?p=
[xvii] .-Recordemos la polémica en contra del Área de Pensamiento, Acción Social e Identidad Nacional (PASIN), al comienzo de la implantación de la Educación Básica en el Gobierno de Luis Herrera Campins: “Contra la historia en PASIN: ¿cuáles intereses?”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 90, Septiembre 2016. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=586
[xviii] .-Ver: “Historia de la Educación en Venezuela: 50 Años de estudio de las Culturas Residenciales Populares en la UCV (1948-1998)”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 51, Junio 2013. (www.familiacristiana.org.ve),
[xix] .-Los conceptos de Campos Culturales los desarrollo más sistemáticamente en: “31 Tesis para la delimitación de 116 Subtipos del Campo Cultural Residencial Popular y No-Popular en América Latina”, Anuario FUNDEF, Fundación de Etnomusicología y Folklore, CONAC, (Venezuela) 1: 109-135, diciembre, 1990, incluye 15 cuadros. https://ciscuve.org/?p=974
[xx] .-Entre la gran diversidad de Fiestas que encontramos en Venezuela, para muestra vale el botón de algunos Artículos que hemos publicado en esta Revista: “La Religiosidad Popular Venezolana en un Fresco”, Revista Familia Cristiana Digital, Año 29, Nro. 17, Agosto 2010. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=168 y “Parranda de Negros o Baile de los Pintaos en Altagracia de Orituco”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 39, Junio 2012. (www.familiacristiana.org.ve),
[xxi] .-Ver una pequeña muestra de la diversidad de Fiestas en Caracas: “Las Culturas Residenciales Caraqueñas en Siete Fiestas: Acercamiento a un análisis comparativo”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 47, Febrero 2013. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=3274
[xxii] .-Una pequeña Muestra Significativa soble la importancia cuantitativa de las Fiestas: “Estadísticas de lo Divino: 2.023 Fiestas Residenciales Populares Venezolanas”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 37, Abril 2012. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=1201
[xxiii] .-Para graficar en algo la complejidad presente en el Catolicismo Popular Venezolano, ver: “La visión del Otro: Catolicismo Popular”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 106, Enero 2018. www.familiacristiana.org.ve,
[xxiv] .-Ver: “La Virgen de Chiquinquirá en Barinas, Lara, Zulia y Colombia”, Revista Karimao, Grupo Cultural Quibure, Casa de la Cultura Jermán Ubaldo Lira, Consejo Nacional de Venezuela (CONAC) (Venezuela) 6 (7): 13-14, enero-marzo de 1995
[xxv] .-Ver: “El Carnaval Caribeño: Naiguatá y Trinidad”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 59, Febrero 2014. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=4609
[xxvi] .-Ver: “La importancia del Calendario de Fiestas Indígenas en Venezuela”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 67, Octubre 2014. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=
[xxvii] .-Ver: “Visión sociológica, fenomenológica y antropológica de la Virgen María. Ciclo Eortológico (Primera Parte)”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 62, Mayo 2014. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=2534
[xxviii] .-Ver: “San Juan Bautista de Negros y Blancos”, Revista Familia Cristiana Digital, Año 29, Nro. 15, Junio 2010. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=163
[xxix] .-Ver: “A quién Dios se la dio, San Pedro de Coche se la Bendiga”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 40, Julio 2012. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=2493
[xxx].-Ver: “El Gobierno y la Revolución son Inocentes”, Revista Familia Cristiana Digital, Año 29, Nro. 21, Diciembre 2010. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=171
[xxxi] .-Ver: “Ocho Cruces de Mayo de la Barcelona del siglo pasado”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 29, Nro. 26, Mayo 2011. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=174
[xxxii] .-Ver: “Los Diablos danzaban en Honor de San Juan Bautista en la Venezuela de 1947”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 38, Mayo 2012. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=2037
[xxxiii] .-Ver: “Semana Santa en Bailadores, Mérida, Venezuela y en la Comunidad Haitiano-Cubana”. Revista Familia Cristiana Digital, Año 30, Nro. 61, Abril 2014. www.familiacristiana.org.ve, https://ciscuve.org/?p=4711
[xxxiv].-Acerca de la compleja relación entre Tradición y Modernidad ver:
-“Tradición-Modernidad: un par de múltiples significados”. Ponencia presentada en las VI Jornadas de Investigación Humanística y Educativa, celebrada en la (UCV), organizada por la Facultad de Humanidades y Educación (FAHE), durante los días 03 al 05 de marzo de 1998.
-“¿Puede la Tradición cambiar y continuar igual?” Nuevo Mundo, Revista de Orientación Pastoral, Hermanos Menores Capuchinos (Venezuela) 193: 45-52, enero-marzo 2001.