Carmen Dina Guitián Pedrosa

(Socióloga, Doctora en Ciencias Sociales, Profesora Titular de la Facultad de Arquitectura de la UCV, Coordinadora Adjunta del Sistema de Líneas de Investigación (SiLI) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande y Coordinadora de Investigación desde 1991 de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE, ciscuve.org/web; ciscuve@gmail.com; @ciscuve, ciscuve-Facebook)

 

(Publicado en: Revista ITER Humanitas, Instituto de Teología para Religiosos/Facultad de Teología de la UCAB (Caracas, Venezuela) 3: 123-136, enero-junio 2005)

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Resumen:

Esta presentación es el resultado del análisis comparativo de tres investigaciones llevadas a cabo en América Latina, en Estados Unidos y en Venezuela. La investigación de la pobreza realizada conjuntamente entre la Pontificia Universidad de Chile y la Universidad Católica de Uruguay, una investigación de la pobreza de negros residentes en la ciudad de Chicago, EEUU, y una investigación realizada en Venezuela. Se seleccionaron estas investigaciones porque coinciden en centrarse en el enfoque del capital social y, específicamente, en el enfoque del capital cultural. Nos interesa mirar la pobreza desde la perspectiva del modo como los sujetos sociales adquieren y administran los distintos tipos de capital social, cultural, económico, político y ambiental y cuales son las disposiciones que propician u obstaculizan la superación de la pobreza; ahora bien le corresponde a la sociedad proveer, mas que garantizar como suelen establecer las disposiciones legales, las condiciones necesarias y suficientes para que los sujetos sociales dispongan de la capacidad de adquirir y administrar dichos capitales. Es el propósito de este artículo desarrollar el tema de pobreza y la exclusión desde la perspectiva de las teorías de la reproducción social (Bourdieu) y de la sociología reflexiva, para establecer la relación que existe entre lo social estructurado y lo estructurante o la experiencia vivida del sujeto social en la vida cotidiana. Pretende ser, a fin de cuentas, un aporte para intervenir en el debate acerca de la pobreza en la Venezuela contemporánea.

Palabras Clave: Pobreza, Exclusión, Capital Social, Capital Cultural,  Reproducción social.

 

Introducción.

 Esta presentación es el resultado del análisis comparativo de tres investigaciones llevadas a cabo en América Latina, en Estados Unidos y en Venezuela. La investigación de la pobreza realizada conjuntamente entre la Pontificia Universidad de Chile y la Universidad católica de Uruguay, una investigación de la pobreza de negros residentes en la ciudad de Chicago, EEUU, y una investigación realizada en Venezuela. Se seleccionaron estas investigaciones porque coinciden en centrarse en el enfoque del capital social y, específicamente, en el enfoque del capital cultural. Independientemente de las diferencias conceptuales entre los autores, en ocasiones sólo de matices, los autores penetran el mundo de la pobreza apartándose, aunque de ninguna manera negando su importancia, de los enfoques convencionales de tipo económico los cuales hacen descansar el problema de la pobreza en temas como el desarrollo económico, el ingreso o el acceso a oportunidades de ascenso social. En este caso nos interesa mirar la pobreza desde la perspectiva del modo como los sujetos sociales adquieren y administran los distintos tipos de capital social, cultural, económico, político y ambiental y cuales son las disposiciones que propician u obstaculizan la superación de la pobreza; ahora bien le corresponde a la sociedad proveer, mas que garantizar como suelen establecer las disposiciones legales, las condiciones necesarias y suficientes para que los sujetos sociales dispongan de la capacidad de adquirir y administrar dichos capitales, por lo que el problema no se resuelve unilateralmente. Por mucho que una política social pretenda resolver el problema de la pobreza, no será suficiente con hacer intentos de redistribución del ingreso en servicios públicos pues, si bien es innegable que incide en la calidad de vida, difícilmente incidirá en la capacidad de desarrollar dispositivos culturales que permitan una administración eficiente de los capitales adquiridos…mas aún cuando no fortalece el empleo formal ni provee un sistema de seguridad social compartido entre el Estado, el trabajador y el empresario; la informalización de la economía más que la formalización de la economía informal no es un juego de palabras, es una de las muchas estrategias necesarias para la adquisición y administración de capitales. Para desarrollar el tema, el artículo recorre lo que ha sido convencionalmente la caracterización del problema de la pobreza, la desigualdad y la exclusión para luego centrarse en la proposición de un análisis cultural que pone su énfasis en las disposiciones para la interpretación y construcción de la realidad y en los recursos –capitales- para enfrentar la construcción de la vida futura, en el marco de estructuras sociales que propician, obstaculizan o impiden las trayectorias sociales de los sujetos.

 

Reproducción social, trayectorias sociales y pobreza

Construir el objeto de estudio de las desigualdades inherentes a la antroponomía política de la sociedad, es decir al “proceso de producción/distribución/consumo de los seres humanos en una estructura de posiciones sociales”(Cachón,1989:538), ubica las  nociones de pobreza y exclusión en el problema de la reproducción social y los modos cómo el sujeto social construye sus posibilidades de transitar distintas posiciones mediante el trazado de trayectorias que guían su acción de una posición a otra o cómo se ve imposibilitado de realizar tales tránsitos sociales y por qué y cómo interviene en el problema, la estructura social y sus implicaciones como obstáculo, impedimento o factor estimulante de trayectorias sociales.

 

Es el propósito de este artículo desarrollar el tema de pobreza y la exclusión desde la perspectiva de las teorías de la reproducción social (Bourdieu) y de la sociología reflexiva, para establecer la relación que existe entre lo social estructurado y lo estructurante o la experiencia vivida del sujeto social en la vida cotidiana. Para ello recurro a investigaciones realizadas en algunos países de América Latina (Katzman y Worlman) así como una investigación realizada entre negros pobres urbanos en Chicago, EEUU, (Young) y a mi Tesis Doctoral cuya característica común es abordar el tema de la pobreza urbana tanto desde la perspectiva de las posibilidades que brinda la estructura social como de las posibilidades que pueden manejar los sujetos sociales para enfrentar situaciones de pobreza; se reconocen recursos y limitaciones, fortalezas y debilidades, de los que dispone el sujeto social para enfrentar el proceso de construcción de la realidad social, así como se señalan las limitaciones más importantes que imponen las estructuras sociales respectivas.

 

Finalmente se retoma la idea de la transdisciplinariedad para dar cuenta de cuanto se han cruzado las miradas en las investigaciones aludidas y hacer una alusión a la relación entre democracia, igualdad, ciudadanía y la pobreza en el marco de la globalización.

 

Las miradas disciplinares.

Múltiples han sido las miradas para abordar la pobreza en el mundo y en América Latina, en particular (Álvarez y Martínez: 2001). Innumerables informes, reportes, investigaciones, artículos de revista, libros producidos por agencias nacionales e internacionales, públicas y privadas, y por la academia. Muchas han sido las definiciones del tema y los modos de abordarlo. Desde las preocupaciones iniciales de las condiciones de vida de los pobres urbanos en Inglaterra, pasando por los aportes de los higienistas del siglo XIX en América Latina, hasta los últimos procesamientos estadísticos y los enfoques centrados en los derechos humanos, la democracia y los tipos de desarrollo –para mencionar los planteamientos de Amartya Sen, el economista Indio que ganó el premio Nóbel de Economía-. Más aún, desde la perspectiva de la academia la economía, la demografía, la sociología cuantitativa, la sociología política, la sociología cualitativa, la sociología de la cultura, la antropología urbana, entre otras, han sido disciplinas que han abordado el problema con profundidad y han propuesto explicaciones y modalidades de acción política para su superación.

 

Difícil resulta, entonces,  abordar el tratamiento de tres nociones tan transitadas en las Ciencias Sociales y, a la vez, estigmatizadas por ciertos circüitos teóricos de estas ciencias que pretenden ubicar la producción académica científica en las metateorías y hasta negar la importancia de la relación entre la teoría y el mundo de vida social, bien porque consideran que la producción del conocimiento se ubica en el texto o porque jerarquizan la producción intelectual en sociología de primera y sociología de segunda o porque intentan producir filosofía y no un conocimiento científico.

 

Ante estas dificultades teóricas y metodológicas, me inscribo en la sociología reflexiva la cual rescata la importancia de la relación con el mundo de vida social, mientras rescata, también, la acción del sujeto social que se revierte sobre su propia vida y sobre la sociedad que estructura cotidianamente. Es en ese mundo de la vida cotidiana donde pretendo sumergirme para encontrar los momentos de encuentro entre el sujeto social y la estructura social, lo que se ha dado en denominar lo dado y lo vivido, lo estructurado y lo estructurante y para ello acudo a la sociología cultural y sus análisis de la reproducción social, siguiendo las pautas teóricas que desarrolló Pierre Bourdieu, con especial énfasis en los conceptos de capital y habitus. Me interesa demostrar cómo la lógica de la reproducción social y en especial de la vida cotidiana, se conectan con la pobreza y la exclusión.    

 

El problema en su condición contemporánea.

La globalización se ha convertido en uno de los temas más controversiales de las Ciencias Sociales; para unos todo lo explica, para otros es anatema. El caso es que la globalización ha llegado para instaurarse como fase actual del sistema mundial y negarla es enajenarse pero adorarla es negar la condición local, la posibilidad de adentrarnos en lo social vivido como expresión de la conjunción entre lo propio y lo ajeno, lo local y lo global. El debate de la inserción en la internacionalización de los mercados, la incorporación de tecnologías de comunicación (ineludible e insustituible para el mundo contemporáneo), la consideración de la multiculturalidad como composición étnica prevaleciente en el mundo, el reconocimiento de las implicaciones del sistema mundial de ciudades no puede hacerse sólo desde el impacto de la globalización en la situación local sino, también desde cómo esta situación procesa tales relaciones y construye un determinado proyecto societal, bien sea para generar un nuevo ethos social constituido por valores o conjuntos de orientación de prácticas sociales, definidos en términos del bienestar y la calidad de vida de toda su población, no una parte de ella; bien para dejar al libre juego de las relaciones de poder internacional el modo de relacionarse con el mundo y reproducir las condiciones de desigualdad, exclusión y pobreza de la sociedad, favoreciendo sectores y clases de esa sociedad en detrimento de su población empobrecida, dando la espalda a la posibilidad de construir una sociedad basada en los valores de la ciudadanía  plena y la democracia.

 

El impacto de la globalización si bien ha sido más duro en las sociedades más vulnerables del planeta, no ha dejado de afectar a las sociedades postindustriales que han visto aumentar el volumen de su población empobrecida por los cambios estructurales que han sufrido, así como por su condición de receptoras de población pobre de las sociedades vulnerables mencionadas. El mapa etnogeopolítico de la pobreza ha venido cambiando en los últimos 25 años así como las corrientes migratorias preponderantes desde la formación del sistema capitalista mundial. Por distintas razones, desde el siglo XVI los europeos, los asiáticos y los africanos se desplazaron al continente americano para constituirse en grupos étnicos privilegiados o desfavorecidos, sentando las bases de la desigualdad social en todo el continente, manteniendo las poblaciones autóctonas en condiciones de extinción o exclusión, según el caso. Europa occidental mantuvo una corriente migratoria constante de sus pobres hasta mediados del siglo XX, convirtiendo este proceso en acumulación de capital pues, mientras se descargaba del peso de población poco o nada productiva, lograba insertarla en las sociedades americanas y recibir sus divisas cuando se convertían en población productiva, para mantener la población pobre que había permanecido en sus lugares de origen. Si bien el impacto en las sociedades receptoras resultó en producción de riqueza local, no tuvo las mismas consecuencias en la calidad de la vida de las distintas sociedades del continente americano.

 

Aunque no es mi intención  hacer un análisis histórico de la composición y constitución de la riqueza y la pobreza de las naciones, si lo es el destacar que la globalización ha profundizado la internacionalización del problema de la pobreza, la desigualdad y la exclusión, y si se plantea estudiarlo con detenimiento, no se puede obviar que está presente en todas las sociedades moderno industriales y post industriales del mundo contemporáneo, con su especificidad y peculiaridad pero también con su común condición estructural capitalista.

 

Reconocer esta condición estructural implica plantearse el reto de enfrentar la inevitabilidad de la pobreza o la posibilidad de revertirla o minimizarla. El tema del debilitamiento del sistema capitalista mundial como lo ha planteado Wallerstein o de su redimensionamiento, es un ejercicio de prognosis que se aleja del propósito de esta ponencia pero que debe estar presente cuando las ciencias sociales se plantean el reto de abordar la pobreza, la desigualdad y la exclusión. 

 

Las mil caras de la pobreza.

Desigualdad social, movilidad e inmovilidad social, vulnerabilidad, pobreza estructural, exclusión, sociedades fragmentadas, segmentación social, aislamiento urbano son algunas de las nociones prevalecientes en las investigaciones revisadas. Organizadas, refutadas o aceptadas según la orientación epistemológica del investigador, resultan en múltiples miradas y modos de caracterización del problema. Comoquiera que se defina la pobreza desde la carencia o insatisfacción de necesidades hasta la exclusión de derechos, el investigador no puede desprenderse de la tensión entre el saber y el hacer. El dilema se presenta en el fin último de la ciencia, conocer para prever, prever para controlar o para permitir y propiciar el desarrollo pleno del ser humano y entramos, entonces, en el terreno de la ética del cual no puede escapar el científico social.

 

Los análisis prevalecientes asocian el desarrollo económico y social, específicamente el crecimiento económico y los modelos de desarrollo, con los modos como se presenta y expresa la pobreza, la desigualdad y la exclusión en las sociedades modernas contemporáneas. Por lo que la producción de riqueza, la creación de empleos, fundamentalmente en el sector formal moderno de la economía, y la distribución de la riqueza aparecen como las estrategias más recurrentes en los discursos dentro y fuera del ámbito académico.

 

La labor de indagación de las fuentes para abordar el problema de la pobreza desde la perspectiva de la reproducción social, se facilitó al definir como criterio de selección investigaciones dirigidas a considerar la estructura social y las condiciones del sujeto social en un entramado de redes sociales de relación, desde los ámbitos genealógicos de la sociedad hasta sus ámbitos institucionales más abstractos. De esta manera, se detectaron investigaciones que reconocían la importancia de las orientaciones culturales claves de una sociedad con respecto a valores tales como la igualdad, la justicia y la democracia, para adentrarse en el análisis de desigualdades más allá de los ingresos, en los que la estructura familiar, el género, la raza, la edad, el componente étnico, la condición residencial urbana, constituyen factores de diferenciación social y ubicación en la topología de posiciones sociales. Análisis en los que la exclusión se asocia a la segmentación, la segregación y el aislamiento social para reconocer que las barreras sociales que se imponen entre los pobres y no pobres no son infranqueables, que existe una permeabilidad permitida en la medida en que la articulación entre la inclusión y la exclusión ocurra en el campo de los intereses de las distintas clases y se vea atravesada por la dimensión del poder. Excluidos de la ciudadanía plena, los pobres se incluyen en los circuitos entre la economía formal y la economía informal, en los procesos electorales y en los consensos básicos de la sociedad para mantener el orden institucional. Reconocidos para otorgar legitimidad política al Estado, desconocidos para el disfrute de los derechos humanos en su plenitud.

 

De la misma manera, se encontraron investigaciones dirigidas a establecer los puentes entre condiciones de la estructura social – tales como la desindustrialización, la incorporación de innovaciones tecnológicas de producción, el redimensionamiento del Estado, las exigencias de alta calificación laboral, la carencia de sistemas de seguridad social integral- y las condiciones de la vida cotidiana -tales como el debilitamiento de la asociatividad (y por ende, de la capacidad de negociación y protesta social en la lucha por reivindicaciones y por la ciudadanía plena) y la agudización del aislamiento urbano (expresado en la pérdida de espacios públicos de encuentro multicultural y multisocial capaces de propiciar un intercambio de visiones y versiones de la realidad)- Condiciones que obstaculizan la superación de la pobreza, tanto en lo que se refiere a producir matrices culturales propiciadoras de la integración y la inclusión social  como en lo que se refiere al mejoramiento sustancial de las condiciones de vida de los pobres, sus oportunidades, sus capacidades y de su calidad de vida, en general.

 

Las exigencias de un modo de vida moderno y urbano, con un mercado laboral formal cada vez más excluyente de los descalificados; un proyecto de sociedad urdido desde los sectores dominantes, nacionales e internacionales, cuya factibilidad consiste en la capacidad social instalada para generar y desarrollar herramientas de transformación, es decir los saberes y los comandos de orientación de prácticas sociales necesarios y suficientes para el logro de las metas propuestas. Una sociedad signada por un intenso y extenso proceso de producción, distribución, intercambio y uso del conocimiento, cuyas implicaciones en la dinámica de la transformación de las sociedades contemporáneas ha conducido a los intérpretes de la sociedad actual a denominarla la sociedad del conocimiento, más allá de la sociedad globalizada. Es por ello que hoy en día el conocimiento resulta una de las riquezas más importantes de la sociedad. Mientras se mantienen grandes contingentes de población sin los instrumentos necesarios para insertarse en esta visión de la sociedad, dando lugar, así, a la fragmentación entre modos de vida urbanos, modernos, tecnologizados, formalmente institucionalizados y modos de vida aún caracterizados por sus condiciones genealógicas en los que la residencia, el parentesco, la amistad, la vecindad y el paisanaje resultan el capital social más relevante para enfrentar la experiencia de vida.

Investigaciones en las que se visualizaba un tenue hilo conductor que se desplazaba entre la estructura y el sujeto social, aún sin avizorar la relación entre la reproducción social, la vida cotidiana y el acopio de disposiciones culturales necesarias y suficientes para imaginar y construir un proyecto de vida individual y colectivo.

El análisis cultural, un asunto de capitales.

La tesis central de esta ponencia consiste en afirmar que la lógica de la reproducción social se manifiesta en las lógicas de la vida cotidiana y que las diferencias entre las lógicas de estructuración de la vida cotidiana de los pobres y los no pobres, se intensifican y se extienden en la medida en que la pobreza es progresivamente más estructural y, por ende,  mas difícil de superar.

 

El mundo del trabajo formal pierde su capacidad de organizar la cotidianidad, la rutina, el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio, la disciplina y la regularidad como ordenadores del mundo de vida; lo sustituyen el trabajo informal y el consumo. El aislamiento urbano circunscribe la vida cotidiana al barrio y estratifica los servicios, con especial énfasis en los circuitos educativos pero también la asistencia de salud, el transporte y la recreación se segmentan y se privatizan, provocando la diferenciación del uso de los servicios y de los espacios públicos.  Ya los tiempos ordinarios y extraordinarios no se comparten socialmente por lo que la producción de significaciones en la sociedad se va fragmentando también. Si a ello añadimos la polarización política, el rechazo al otro y la aceptación de los nuestros indiscriminadamente, se desarticulan progresivamente las redes sociales que podrían posibilitar la igualdad y la inclusión.

 

La gran interrogante de las investigaciones del corte señalado fue ¿con qué cuentan los pobres para enfrentar su situación de vida e intentar superarla? ¿Por qué unos logran salir de la pobreza y otros fracasan? Reiteradamente aparece el concepto de capital como recurso, definido en términos que van  más allá de lo económico. Así se definieron los conceptos de capital social, capital cultural, capital humano y capital financiero como recursos para enfrentar la experiencia de vida y tener la capacidad para imaginarse y formular un proyecto de vida, con sus estrategias y trayectorias para salir de la pobreza. Las historias de vida construidas evidencian la posibilidad que ofrecen los capitales, así como sus limitaciones, obstáculos, recursos y potencialidades.

Coinciden los autores (Guitián,1998; Young,1999; Katzman,2001,2002) en la afirmación que conduce a interpretar que las redes sociales de las que dispone el sujeto (desde las residenciales hasta las institucionales), los modos de interpretar la realidad de los que dispone, las titulaciones y entrenamientos recibidos y el ingreso económico, sobre todo el ingreso familiar y los mecanismos de seguridad social, constituyen el patrimonio básico cuya fortaleza o debilidad incide directamente en la posibilidad de salir o no de la pobreza. Sin olvidar que la formación y acumulación de los capitales así como su descapitalización, se insertan en la dimensión de la estructura social la cual, de hecho, constituye la posibilidad real que tienen los sujetos de adquirir capitales.[i] Ahora bien, el abordar la reproducción social desde el análisis cultural significa centrarse en develar cómo los sujetos sociales son capaces de construir esquemas de interpretación de la realidad (Goffman) a partir de conjuntos de dispositivos de interpretación de los que los proveen los capitales aludidos, que les permitan transformar esa realidad, lo que Bourdieu denominó el habitus.[ii] El asunto se perfila, entonces, hacia la interrogante ¿en qué consiste un habitus transformador y configurador de un proyecto de vida que supere la pobreza? Y ¿en qué consiste un habitus obstructor?

Antes de responder es importante referirse a  la dimensión de la vida cotidiana. Esta dimensión es el escenario de lo vivido social que actúa como un campo social en el que concurren los sujetos sociales para producir y reproducir su vida, al tiempo que se involucran en el proceso de producción y reproducción de lo social, mediante sus prácticas sociales cuyas coordenadas son establecidas por el tiempo y el espacio en que ocurren. De aquí que la vida cotidiana es el escenario de la reproducción social, con una particular lógica que da cuenta de los modos cómo se origina tal reproducción. Es nuestra tesis que la herencia social constituye el modo como se expresan las lógicas de la reproducción social en la vida cotidiana.

 

Las respuestas a las interrogantes planteadas surgieron de las construcciones de las historias de vida de los sujetos sociales. Rastrear la pobreza en historias de familia durante todo el siglo XX nos permitió reconocer las estrategias y trayectorias exitosas y fracasadas, así como los dispositivos que los sujetos sociales construyeron en su esfuerzo por enfrentar sus condiciones de vida. Familias que configuraron un patrimonio (constituido por el conjunto de capitales disponibles) cimentado en una herencia familiar obtenida mediante un proceso de socialización y consolidada en la propia experiencia de vida de la familia, de tal manera de constatar cual fue el aporte de cada generación en la formación de este patrimonio. Ahora bien, ¿Cómo se construye la herencia familiar? Es aquí donde interviene el análisis cultural para proponer dos tipos de habitus que aparecen, con distintos grados de intensidad, en las historias familiares. Me refiero a la herencia cultural tipo cúmulo y a la herencia familiar tipo legado y su incidencia en la capacidad de urdir un proyecto familiar exitoso.

 

El cúmulo constituye la herencia familiar poco estructurada en los diversos tipos de capitales que resulta en un patrimonio familiar incoherente y débil, que ha sido elaborado, organizado y acumulado de acuerdo a saberes poco legitimados por la sociedad y tiene un escaso o ningún dominio de los saberes dominantes y, por ende, su imaginación y creatividad están dirigidas a un imaginario social que corresponde más a las mentalidades premodernas o no modernas, aplicando dicha imaginación y creatividad para reforzar, recrear, renovar o innovar el escenario de representación de la realidad, insertos en las formas de representación de los sectores dominados, permitiendo el mantenimiento de una determinada posición social y dificultando su transformación, en términos de ascenso social. Pensamos que las familias cuyos patrimonios son muy débiles y muy poco estructurados, son aquellas que están formando parte de la llamada pobreza extrema. Por lo general, no han sido capaces de forjar un proyecto familiar basado en una eficaz captación de la realidad ni en la capacidad para resolver las limitaciones que se le imponen. Más que un proyecto son sueños y deseos de superar sus condiciones de pobreza (Guitián, 1998:149)

 

El legado constituye la herencia familiar estructurada en capitales, sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales en forma de un patrimonio coherente y consolidado que ha sido elaborado, organizado y acumulado de acuerdo a los saberes dominantes de la sociedad, aplicando la imaginación y la creatividad para reforzar, recrear, renovar o innovar el escenario de representación de la realidad, insertos en las formas de representación de los sectores dominantes de la sociedad, garantizando el mantenimiento de una determinada posición social o su transformación, en términos de ascender en la estructura de posiciones de la sociedad. La herencia familiar tipo legado es propia de los sectores dominantes; sin embargo, es posible que familias ubicadas en posiciones no dominantes sean capaces de estructurar una herencia familiar para transformar su posición en la sociedad. La medida de transformación dependerá del lugar social de partida y de la capacidad para usar sus capitales por lo que, en este caso, el proyecto familiar juega un papel preponderante. Sólo familias capaces de partir de una captación eficiente de la realidad serán capaces de elaborar un proyecto igualmente eficiente para sus fines. (Guitián, 1998:149)

 

Este planteamiento nos lleva a la interrogante ¿qué significa “captación eficiente de la realidad?” ¿Significa mientras más se acerca a la interpretación de la realidad que imponen los sectores dominantes mas se adecua a las relaciones predominantes de la sociedad, incorporándose como un ciudadano de la sociedad moderna, como sujeto político movilizado y capaz de movilizar a otros, como trabajador incorporado al aparato productivo, como sujeto social inmerso en una mentalidad moderna racional con arreglo a fines, disciplinado para una vida social organizada entre el trabajo y el ocio? ¿Significa que un relegado o un excluido social sólo tiene la oportunidad de dejar esa posición para pasar a formar parte de una clase consolidadamente dominada y su proyecto se circunscribe a la posibilidad de incorporarse a la contienda por las posiciones sociales, con  las limitaciones que han descubierto los autores en las sociedades centro (Bourdieu) si nos atenemos a la estructura social de las sociedades capitalistas? ¿Cuál es el futuro posible de los pobres y cuál el camino garante de su realización como sujeto social? ¿Es posible que un sujeto social carente o precario en propiedades pertinentes para la producción de riqueza social –en toda la extensión del término- pueda llegar a constituirse en sujeto productor de prácticas transformadoras de la realidad social? ¿Cuál, en todo caso, es el papel del Estado, la sociedad política y la sociedad civil para conducir un proceso hacia la obtención de condiciones ciudadanas plenas que capaciten al sujeto para producir prácticas transformadoras, generadoras de riqueza social? (Guitián, 1998:151). Estas y muchas otras interrogantes tendrán que ser respondidas por la investigación acerca de la constitución de la ciudadanía y la profundización de la democracia.

Conclusiones.

Hemos evidenciado cómo las múltiples miradas conducen a plantear la complejidad, la intensidad y la extensión del problema de la pobreza, la desigualdad y la exclusión en las Ciencias Sociales. Conviene reflexionar acerca de la producción de investigaciones en este problema en el país. Investigaciones tan importantes como el  proyecto pobreza de la UCAB,  las del CENDES y las de algunos científicos sociales dispersos ameritan una intensa discusión académica que supere los obstáculos epistemológicos que producen las prenociones acerca de los modos que asume la reproducción social en sociedades contemporáneas y las implicaciones de la globalización. 

 Además de obtener resultados concretos de la investigación, hemos estado avizorando la existencia de problemas igualmente importantes y relevantes tales como la democracia, la ciudadanía y la globalización de la pobreza, sin descuidar que aún falta mucho por recorrer en el análisis cultural de las lógicas de reproducción de la vida cotidiana, así como establecer los vínculos entre todas estas vertientes y muchas más, estamos seguros.

 

Bibliografía.

-Alvarez Maya, María E. y Martínez Herrera, Horacio (2001).-El desafío de la pobreza. Bogotá. Siglo del Hombre editores, Fundación Social y Confederación Colombiana de ONG-CCONG. Pp. 180

-Bourdieu, Pierre (1979).-La Distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Madrid. Taurus. Pp.597

_____________ (1990).-Sociología y cultura. México. Grijalbo. Pp317

_____________ (1997).-Capital cultural, escuela y espacio social. México. Siglo XXI

_____________ y Wacquant, Loic J. D. (1992).-An Invitation to Reflexive Sociology. Chicago, The University of Chicago Press.

 

-Cachón R., Lorenzo (1989).-¿Movilidad social o trayectorias de clase? Madrid. Centro de Investigaciones Sociológicas y Siglo XXI Editores. 597

-Guitián, Carmen Dina (1998).-Biografía y sociedad. Una lectura desde la sociología del habitar. Caracas. Tesis Doctoral. Doctorado en Ciencias Sociales. FACES-UCV. Pp. 357

-Katzman, Rubén (2001).-“Seducidos y abandonados.” Artículo extractado de la Revista CEPAL No. 75, diciembre 2001. Versión no editada. www.eclac.cl/cgi-bin

-Katzman, Rubén (2002).-“Convergencias y divergencias: exploración sobre los efectos de las nuevas modalidades de crecimiento sobre la estructura social de cuatro áreas metropolitanas de América Latina.” En Katzman y Wormald (Comp.).-Trabajo y ciudadanía, los cambiantes rostros de la integración y la exclusión social en cuatro áreas metropolitanas de América Latina. Santiago de Chile-Montevideo. PUC y PUCU. www.ucu.edu.uy/Facultades/Ciencias Humanas/  

 

-Mateo, Cristina (1996).-Entre cuentas y cuentos. Caracas, Tropykos-FACES, UCV.

 

-Ugalde, España, Lacruz y otros (2004).-Detrás de la pobreza. Percepciones, creencias y apreciaciones. Asociación Civil para la Promoción de Estudios Sociales. UCAB. Pp259

 

-Young, Alford A (1999).-“The (Non) Accumulation of Capital. Expliciting the Relationship of Structure and Agency in the Lives of Poor Black Men”, Sociological Theory 17:2, Chicago. pp. 201-227

                          

 

 

 

 


[i]  Las constricciones estructurales se expresan en algunos determinantes claves para propiciar desarrollo y progreso de la población. Uno de los más importantes ha sido la incapacidad del aparato productivo y el aparato escolar de engranarse para consolidar un mercado laboral urbano formal capaz de crecer en momentos de bonanza económica y capaz de resistir los embates de las crisis del sistema capitalista.  Otro determinante importante fue la inadecuación del Estado para atender las necesidades de la población más vulnerable, sobre todo en materia de seguridad social, dejando el costo de la manutención de los miembros de la familia extendida en manos de un proveedor que, por lo general, era sólo el jefe del hogar

[ii]  Según el autor de La Distinción, los habitus son sistemas de disposiciones durables y transferibles -que integran las cargas biográficas- y funcionan como matriz estructurante de las percepciones y apreciaciones contenidas en las acciones de los sujetos sociales que concurren para propiciar la práctica social. Estas disposiciones, cargadas de  formas de valoración y asignación de sentido a la realidad (procesos de percepción y apreciación) son las contenedoras del poder simbólico, como lo denomina el autor, donde se constituye la matriz de orientaciones para la acción y cuya consolidación constituye, a su vez, el ethos de acción de un sujeto social e incluso, de la sociedad en su totalidad, cuando se trata de asuntos concernientes a la definición de su condición social esencial, lo que para algunos autores se denomina la identidad social (Guitián,1998:147)

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