(El libro se encuentra en la Biblioteca del ITER)

 

Enrique Alí González Ordosgoitti

(Sociólogo, Doctor en Ciencias Sociales, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB, del Instituto de Teología para Religiosos-ITER, del CEJ y de la SVAJ, Coordinador del Sistema de Líneas de Investigación (SiLI) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande y Coordinador General desde 1991 de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE, ciscuve.org/web; ciscuve@gmail.com; @ciscuve, ciscuve-Facebook)

 

(Publicado en: Revista de Filosofía y Humanidades ITER-Humanitas (Instituto de Teología para Religiosos/UCAB) (Venezuela) 1 (1): 162-168, enero-junio, 2004).

 

 

          Reseñar un libro de las dimensiones cuantitativas y cualitativas de “Psicología de la Religión” de Bernard Grom, no resulta sencillo, pues debemos eludir dos tentaciones, la primera, hacer unos muy breves comentarios como los que ya vienen en la contraportada de la obra, con lo que no estaríamos dando cuenta de la importancia de la misma. La otra tentación es la de establecer un diálogo muy cercano con el autor, con lo que seguramente nos estaríamos excediendo de lo que en el mundo editorial se considera una reseña, la ventaja de esta desviación es que estaríamos rindiendo justa atención a la importancia del libro. Veremos si logro salvar ambos obstáculos.

 

          Bernard Grom es un acreditado Psicólogo de la Religión, quien se desempeña como Profesor de “Psicología de la Religión” y “Pedagogía religiosa” en la Facultad de Filosofía de Munich, Alemania. Los principales datos empíricos manejados por Grom, proceden de investigaciones realizadas en los EEUU y en segundo lugar de Europa.

 

          El libro “Psicología de la Religión” está dividido formalmente en dos partes, un anexo y bibliografías y cinco capítulos. Incluso pensamos que este Anexo, podría igualmente constituir una tercera parte.

 

          Su división en dos partes obedece a su manera de entender los principales ámbitos de estudio de la psicología: el “nosotros” y el “yo”, siendo el primero entendido como el ámbito de lo psicosocial y el segundo, como el ámbito de la psiquis individual. La Parte Primera; “La religiosidad bajo la forma “nosotros”: Sus condicionantes básicamente psicosociales”, se extiende entre las páginas 23-88 (56), mientras que la Parte segunda; “La religiosidad bajo la forma “yo”: Sus condicionantes básicamente psíquicos”, va de la página 89 a la 402 (314). Estas diferencias de 56 páginas a 314, ya nos evidencia hacia adonde apunta el grueso de su discurso, el cual hará énfasis más en lo intra psíquico que en la psicología social. Incluso si observamos que la parte del Anexo –sin contar con la bibliografía- va desde la página 403 a la 448 (46), no andamos errado en considerarlo como una tercera parte, asunto que destaca la amplitud de los temas tratados en la obra, aunque con evidente énfasis en lo religioso vivido intra psíquicamente.

 

Desde el Prólogo.

          Grom aprovecha el “Prólogo” para de una vez dejar sentado la importancia de las religiones y de la religiosidad en el mundo moderno, a contrapelo de la imagen más divulgada sobre los alcances de la secularización occidental:

“En un estudio internacional sobre los valores llevado a cabo en 1990-1991, afirmaron que creían en “Dios” el 93% de los estadounidenses y el 71% de los europeos occidentales de más de 18 años. El 48% de estos últimos declaraban que, además de participar en los servicios litúrgicos, oraban con frecuencia, o algunas veces. Prácticamente el mismo número, un 47%, confirmaron que “extraían de la fe consuelo y fortaleza personal”. El índice más bajo lo daban los franceses, con un 33%, ampliamente superado por los españoles, con el 53%. La cota más elevada correspondía a los iraníes, con el 82%.” (p.11)

 

          Tan elevado porcentaje de la población vinculado a algún tipo de práctica religiosa se le presentan situaciones en su vida diaria que influyen sobre psiquis y que al buscar explicaciones sobre las mismas, las respuestas dadas por los especialistas consultados no le han resultado satisfactorias:

“Las personas que desean conocer lo que viven como “voz de la conciencia” o quieren saber por qué una determinada manera de orar y meditar les trae paz y tranquilidad, o a qué es debido que cuando se ven atenazadas por el temor realizan ciertos ritos mágicos, o qué es lo que deberían hacer si se les “aparece” un pariente fallecido, o en que consiste la tracción que un grupo neorreligioso ejerce sobre sus hijos, se quejan a menudo de que no dan respuestas satisfactorias a estas preguntas ni los médicos, ni los psicólogos ni tampoco los sacerdotes.” (p.12)

 

          Estas necesidades justificarían la existencia de disciplinas que como la psicología religiosa se dedicaría a la búsqueda de las respuestas. De esa manera Bernard Grom justifica la existencia de estos estudios y lamenta que estén concentrados fundamentalmente en los EEUU, mientras en el resto de los países, la disciplina presenta poco desarrollo. A continuación Grom nos resume muy brevemente la historia de la Psicología Religiosa en los EEUU:

“El “movimiento de psicología religiosa” iniciado en Estados Unidos a través de las investigaciones de G. Stanley Hall sobre el fenómeno de la conversión sucumbió en los años 30, víctima de su cada vez menor rigor científico y del espíritu del tiempo, reduccionista y marcado por el behaviorismo y el psicoanálisis. No obstante, hacia 1960 se inició una nueva fase del interés psicológico por el tema de la religión que sigue en auge en nuestros días. Apenas existe un método de observación o una teoría que no hayan sido aplicados a la investigación de lo religioso. En las escuelas superiores y en las universidades se imparten cursos de introducción a la psicología de la religión y se adjudican los temas correspondientes para trabajos científicos. Se han fundado organizaciones, que publican con frecuencia sus propias revistas especializadas en psicología religiosa.” (p.12)

 

                    Producto de esa experiencias la Psicología Religiosa ha arribado tanto a la necesidad de aceptar que lo religioso es una materia interdisciplinar, como a cuales son los contornos de dicho objeto acerca de los cuales puede reflexionar:

“En razón de su propia problemática y de sus métodos de investigación, la psicología es capaz de averiguar con los criterios de las ciencias experimentales las condiciones subjetivas –psicosociales e intrapsíquicas- de las vivencias, los pensamientos y los comportamientos religiosos fácticos.” (p.13)

 

          Otro elemento que Grom puntualiza es la propia diversidad implícita en la religiosidad:

“El presente trabajo no parte ni de un planteamiento teórico unitario ni de un concepto unitario de la religión. Su punto de arranque y su leitmotiv es la observación de que no existe “la” religiosidad, sino una múltiple variedad de actitudes, vivencias y conductas religiosas.” (p.15)

 

          Esa diversidad y multiplicidad de las expresiones religiosas han sido tratadas en la obra de la siguiente manera:

“(…) parece razonable explicar la multiplicidad en que puede expresarse lo religioso, por un lado, a partir de condicionantes básicamente psicosociales (parte primera) y, por otro, de condicionantes fundamentalmente intrapsíquicos (parte segunda). Es asimismo aconsejable entender estos últimos, en primera línea, a partir de la posible multiplicidad de los motivos intrínsicos (capítulo 3) y añadir, complementariamente, la pluralidad de formas de las emociones, tanto normales como perturbadas (capítulo 4) y los estados de la conciencia (del yo) modificados (capítulo 5).” (pags: 16-17)

 

Desde la “Parte Primera. La religiosidad bajo la forma “nosotros”:

Sus condicionantes básicamente psicosociales” (pags. 23-88).

          Esta parte está dividida en dos capítulos: el “Capítulo 1. La religiosidad en el campo de tensión entre socialización externa y autosocialización” y el “Capítulo 2. El grupo religioso intensivo y su líder carismático: Entre el estímulo espiritual y el menoscabo psíquico”.

 

          En el primero nos habla de cómo se va internalizando el aprendizaje religioso, distinguiendo muy bien entre la socialización primaria (la familia) y la socialización secundaria (la escuela, los medios de comunicación, los nuevos grupos de edad, etc). Cita numerosos trabajos empíricos en donde se evidencia la importancia de la iniciación religiosa en la socialización temprana y como ésta en gran medida determina la práctica religiosa del adulto, aunque a su vez dichos trabajos demuestran las limitaciones de esa formación temprana si luego no es continuada en la escuela y en las comunidades residenciales. Pensamos que los argumentos que se esgrimen acerca de la importancia de la socialización temprana, abonan material polémico para el desarrollo de las pastorales familiares, de niños y de adolescentes y para retomar la importancia del bautismo de los niños, entre otros temas.

 

          Asimismo, la influencia de la socialización secundaria en el mantenimiento, aparición o desaparición de la práctica religiosa del adulto, ofrece elementos para la reflexión desde una Pastoral de Conjunto y desde una Pastoral Juvenil, desde la importancia de las excursiones y paseos escolares, hasta los programas mediáticos que auspicien o denigren de la religión. Especialmente importante como insumo teórico consideramos los apartes I, II y III, acerca de los tipos de aprendizaje religioso.

 

          En el segundo Capítulo Bernard Grom reflexiona acerca de la vivencia de la religiosidad en el seno de un grupo religioso dirigido por un líder carismático. Aquí nos desgrana las consecuencias psicológicas de los adoctrinamientos compulsivos, en las llamadas sectas que procuran el control mental de sus miembros. Como repercute esa acción en la estructura psíquica de los miembros expuestos a esas técnicas, especialmente como se logra el menoscabo psíquico de los mismos para asegurar su docilidad a los designios del cuerpo directivo del grupo.

 

Desde la “Parte Segunda. La religiosidad bajo la forma “yo”:

Sus condicionantes básicamente psíquicos” (pags. 89-402).

          Esta parte segunda es el meollo del libro, por lo que se explica su mayor dimensión. Esta formada por tres Capítulos:

3.- Los diversos motivos intrínsecos de la religiosidad (89-267, 179 páginas)

4.- La religiosidad bajo las múltiples formas de las emociones normales y de las perturbadas (268-318, 61 páginas) y

5.- La religiosidad en las variaciones de los estados de conciencia modificados (319-402, 83 páginas).

 

          De los tres Capítulos, el tercero es el más extenso y donde el autor despliega con mayor amplitud el arsenal conceptual de lo que llama una psicología de la religión. Este Capítulo 3 está dividido en dos secciones. La “Sección Primera (91-125)”, está dedicada a realizar un análisis crítico sobre los principales seis autores que han tratado sobre el tema. Los mismos encabezados de los apartes ya dan a entender la actitud crítica medular de Grom, veámoslos textualmente:

“Sección Primera: Los intentos de explicación básicos y sus enseñanzas.

I.-¿Es la religiosidad una búsqueda instintiva de protección? (I.P.Pavlov).

II.-¿Es la religiosidad esperanza de inmortalidad? (B. Malinowsky).

III.-¿Es la religiosidad una obsesión y un deseo regresivo de la protección de un padre omnipotente? (S. Freud).

IV.-¿Es la religiosidad cobijo en un Dios paternal y maternal? (Psicología psicoanalítica del yo).

V.-¿Es la religiosidad una disposición a favor de explicaciones motivadas por la curiosidad, el autocontrol y la autoestima? (Enfoque de la teoría de la atribución).

VI.-La religiosidad: ¿Enraizada en deseos, en valores y en la pregunta sobre el sentido de la realidad total? (G.W. Allport).

 

          La selección de esos seis autores por parte de Grom obedece a lo siguiente:

“La exposición que sigue contempla en primer lugar los planteamientos que interpretan la religiosidad de una manera monocausal (esto es, a partir de un solo motivo) o como máximo bicausal (dos motivos). Se pasará a continuación a las teorías multicausales, es decir, las que recurren a tres o más motivos”. (p. 91)

 

          En la “Sección Segunda: Motivos que determinan las diversas características de la religiosidad” (126-259), Grom plantea su discurso alrededor de seis motivos que fungen como determinantes de las características de la religiosidad:

“I.-La disposición al autocontrol moral mediante la coerción interior y el miedo…

II.-La exigencia de control exterior sobre los acontecimientos más importantes de la vida y de control interior de la tristeza y el miedo…

III.-La aspiración a un sentimiento positivo de la propia valía…

IV.-La disposición a la gratitud y la veneración…

V.-La propensión a sentimientos y comportamientos prosociales…

VI.-El interés por el conocimiento conceptual y por la coherencia lógica…”

 

          En el “Capítulo 4. La religiosidad bajo las múltiples formas de las emociones normales y de las perturbadas”(268-318), Grom se pregunta ¿cuáles son las características de los sentimientos religiosos que los hacen diferentes de los otros tipos de sentimiento?, es decir qué es lo específicamente religioso de esos sentimientos. De las cinco partes en que está dividido este Capítulo, las últimas tres las dedica a interesantes reflexiones sobre el éxtasis, la depresión y la esquizofrenia en contextos religiosos.

 

          El “Capítulo 5. La religiosidad en las variaciones de los estados de conciencia modificados”(319-402), los dedica Grom al estudio de lo que en la literatura de la fenomenología religiosa se conoce como los ESTADOS ALTERADOS DE CONCIENCIA (EAC). Especialmente a las vivencias de revelación, vivencias de posesión y vivencias místicas de unión. Resalta lo importante de este capítulo para aquellos interesados en los fenómenos de la Nueva Era y del Espiritismo y de los cultos de posesión como la Santería Cubana, Maria Lionza, el Pentecostalismo, los Carismáticos, muy extendidos en Venezuela y América Latina.

 

Y finalmente los “Anexos y Bibliografía” (pags. 403-476).

          Los Anexos, Bibliografía e Índice Analítico ocupan una extensión considerable de páginas (74), por lo que recomendamos al lector que se detenga en los mismos. Los Anexos están divididos en cinco partes y cada una de ellas funciona como un breve ensayo sobre aspectos vinculados a otros enfoque sobre el hecho religioso, queremos destacar el II, dedicado a la visión sociológica y el V, en donde a partir de Jung hace una revisión indirecta de autores ligados a la fenomenología de la religión y a la psicología profunda.

 

          La Bibliografía se extiende a lo largo de 21 páginas (449-469), por lo que se convierte por si misma en una magnifica referencia para los estudiosos, sobre todo si quieren saber quienes son los principales autores estadounidenses, británicos y alemanes que trabajan el tema.

 

          Finalmente el Índice Analítico de seis páginas ayuda mucho a una lectura específica de puntos atrayentes para los investigadores particulares.

 

          En resumen, una obra que cualquier especialista en los temas de psicología de la religión, o de la psicología aplicada a la religión (por ejemplo acompañamiento) debería consultar, incluyendo aquellos que están interesados en la relación ciencia-religión, desde una perspectiva de crítica racional.

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