EAGO-08.09.12-5

Enrique Alí González Ordosgoitti

(Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB, del Instituto de Teología para Religiosos-ITER, del CEJ y de la SVAJ, Coordinador del Sistema de Líneas de Investigación (SiLI) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande y Coordinador General desde 1991 de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE, ciscuve.org/web; ciscuve@gmail.com; @ciscuve, ciscuve-Facebook)

(Publicado en: 1) Tierra Firme (Venezuela) 25: 57-61, enero-marzo 1989 y 2) Enrique Alí González Ordosgoitti (1997).-El Laberinto Cultural Venezolano (Otros Tapices. Recordando a Don Mario Briceño Iragorry). Ensayos. Caracas, Fondo Editorial Tropykos, Dirección de Desarrollo Regional del CONAC, Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela (CISCUVE) (ciscuve.org; @ciscuve; ciscuve@gmail.com), Colección Dimensión Cultural, Nº 2. Páginas: 177-182).

 

 

La ciudad me aborda

me piensa parte de ella:

una breve cascada en las alcantarillas

una luz presentida en la esquina

una calle sólo vuelta pasos a esta hora.

 

Sombra que traspone la puerta

                                 la arenita

y sobre la mata escarba juegos

horizontes ampliados

cueva de años.

Capturas las voces que te nombran

que aún te nombran

y sólo así te entregas

a esta piel que duele tanto.(17.03.97)

 

 

                                 Si quisiéramos sintetizar en una sóla palabra lo que sucedió durante el mes de febrero pasado, la más adecuada sería: saqueo. El término saqueo ilustra con precisión en la mentalidad de los venezolanos el febrero blanco de 1989. Cantidades de imagenes y de palabras brotan al sólo oirla. Pero es adecuado tratar de organizar sus significados con el objeto de realizar un análisis minucioso de sus repercusiones sociales. Se efectuaron cinco tipos de saqueo: el saqueo a la esperanza, el saqueo a los bolsillos, el saqueo a quienes tienen más (en todas las gradaciones posibles), el saqueo a la vida y el re-saqueo a los sectores populares.

 

8.1-El Saqueo a la Esperanza.

                                   Está representado en el conjunto de acciones que tuvieron su punto máximo en el momento cuando el Presidente Carlos Andrés Pérez se dirigió al país para informarle: «Hemos aumentado los precios de la gasolina una primera vez, pero vendrá una segunda y una tercera este mismo año. Por supuesto que hemos tenido que aumentar el 30% de las tarifas del transporte. Se imaginarán que también aumentaremos el precio del pan, las pastas, las carnes y los huevos porque el Estado venezolano no puede seguir subsidiando los malos hábitos alimenticios de los ciudadanos atosigados por los carbohidratos y el colesterol. También les informo que las discusiones con FEDECAMARAS no han arrojado resultados concretos, pero pensamos que algún día lo haran. Yo les pido a ustedes, pueblo que votó por mi como EL LIDER y a los que no lo hicieron, igual, que durante este año aporten sangre, sudor y lágrimas, pero sólo por este año ya que en 1990 no será necesario (en voz bajita que no se oyó por TV pero se le leyó en los labios: porque en 1990 ya ni siquiera tendrán sangre, sudor y lágrimas porque el paquetazo los habrá convertido en zombies,rrr- Heydra corta la imagen).

 

8.2.-El Saqueo a los Bolsillos.

                                 El Sindicato de las Roscas (carne, leche, pastas, trigo, jabón, harina PAN, y afines) se había decidido a seguir el ejemplo de las hormigas y guardaban todos los artículos posibles en sitios muy escondidos, esperando la buena nueva de liberación de precios para proceder a remarcar los PVP antiguos y así ganar exponencialmente.

 

8.3.-Saqueo a Quienes Tienen Más.

                                 Vino el 27 de febrero y corrió la consigna: a emparejarse todo el mundo, redistribución de bienes sin ningún papeleo ni trámite burocrático. Quien estaba cerca de un Centro Comercial procedió a hacer efectiva su herencia social, lo mismo ocurrió en casi todos los medianos y pequeños negocios de portugueses, italianos y chinos. El 28 y 01 quienes se habían enterado tarde, bajaron más aún el alcance sociogeográfico y se plantaron barrios contra bloques, bloques contra urbanizaciones «acomodadas», haciendo caso omiso a eso que los sociólogos y economistas llaman clases sociales; en palabras de un habitante de un barrio del oeste cuando argumentaba el porqué saquear en los Bloques de Casalta, decía: «Ellos tienen lavadoras y nosotros lavamos a mano. Ellos tienen televisores de colores y nosotros en blanco y negro».

 

8.4.-Saqueo a la Vida.

                                 Ante tal magnitud de saqueos, otros sectores se consideraron con luz verde para saquear las vidas: los malandros y las fuerzas de seguridad del Estado.

 

                                 Los malandros (gran porcentaje de los mismos debidamente organizados y pertrechados por su vinculación al narcotráfico), aprovecharon para ajustar cuentas entre ellos sin «necesidad de pagar muertos» (caso Barrio Bruzual en El Valle según la prensa), o se encapucharon para asaltar y violar a los habitantes de los barrios que habían obtenido su cuota de artefactos en los primeros saqueos (caso de algunas zonas de Catia).

 

                                 Los soldados (¿por inexperiencia o por orden expresa de los mandos superiores?), sustituyeron al IMAU y barrían (con plomo), los barrios y los bloques de las zonas populares causando muertes, heridos y daños materiales incalculables, sobre los cuales el Gobierno se viene haciendo el loco y no ha hablado de cómo va a hacer para ayudar a reparar esos daños, ¿o es que no lo piensa asumir?. Por que si hay crédito y ayuda para los comerciantes, porqué no la hay para las vidas y viviendas de los sectores populares atropellados por los malandros y los soldados. ¿Es qué se va a seguir actuando favoreciendo sólo a un sector de la población, como en la Venezuela de antes del 27-F?

 

8.5.-Re-saqueo a los Sectores Populares: Razzias.

                                 A partir del 02 de marzo comenzó la operación rescate de artefactos sustraídos de los locales comerciales. Pero ¿qué pasó en los sectores populares?. Allanaban las casas y se pedía factura por todo utensilio doméstico, independientemente de su tiempo de uso, si no la había el artefacto era decomisado y no en pocos casos (según versiones)  el representante de las fuerzas de seguridad del Estado (léase PM, GN y DISIP), rompían las facturas e igualmente decomisaban el objeto (¿qué pasó con los dolares incautados a los jesuitas en La Vega?).

 

                                 ¿Cuántas personas no sufrieron injustamente esta incautación de propiedades bien habidas?. He aquí un terreno abonado para tratar de recuperar por cualquier vía aquellas cosas que el Estado le despojó.

 

8.6.-¿Esto volverá a ocurrir?

                                 Todo el mundo piensa que esto volverá a ocurrir, que fue la primera pero no la última, sin importar la posibilidad real de que ocurra o no. En la mente de quienes viven en Venezuela (especialmente en las ciudades en donde ocurrieron disturbios), la conclusión es determinante: sí volverá a ocurrir. Esta sensación origina un cambio en sus espectativas y conductas que es necesario estudiar para saber cuál es la vida real del país después del febrero blanco. Si todos piensan que va a volver a suceder, todos a su vez se están preparando para salir mejor que como salieron esta vez: los organismos de seguridad, acusados de ineptitud por no haber captado los síntomas de la sublevación, incrementarán la represión masiva y selectiva sin medir lo que tales acciones significarán como cercenamiento del estado de derecho. Las urbanizaciones y bloques que fueron dañadas y/o amenazadas por otros sectores de la población, se armarán para un enfrentamiento que consideran sangriento. Los comerciantes y empresarios invertirán en más multi-lock, vigilancia privada y armamento propio. Los sectores populares que fueron víctimas de los malandros y de las fuerzas de seguridad del Estado, se armarán también. Resultado: estamos en las puertas de una colombianización de Venezuela, con un gigántesco crecimiento de la violencia vertical y horizontal.

 

8.7.-Síntomas del Cambio Cultural.

                                 Nos encontramos con la aparición y rápido desarrollo de síntomas que estan presionando sobre la estructura cultural de la mentalidad colectiva: el miedo (al peatón si uno va en carro o viceversa; al vecino de otra urbanización; al ejército; PM; GN; a cualquier extraño; a que las ocho de la noche nos sorprenda fuera de la casa), la desconfianza (cualquiera es tu enemigo a menos que demuestre lo contrario), la no credibilidad (la versión oficial de cualquier suceso es puesta en duda por acto reflejo, el concepto de oficial abarca por igual al Gobierno, DISIP, FFAA, CTV, FEDECAMARAS, Partidos Políticos: la Sociedad Civil creó la incredulidad como mecanismo de defensa ante la Sociedad Política), la discriminación racial, social y connacional salió robustecida (quien más tiene agredirá a quien menos tiene y viceversa en todos los grados imaginables, los estereotipos de niche, tierrúo, indio, marginal, colombiano, ecuatoriano despertaron con toda su carga peyorativa).

 

                                 Estos síntomas reposan sobre causas culturales objetivas que los realimentan contínuamente: el paquetazo (ahonda la grieta social y bipolariza a la sociedad venezolana entre los que casi no tienen nada y quienes casi nada les falta), la impunidad (¿si han recuperado artefactos domésticos saqueados, porqué no recuperan los 3.000 millones de dolares de exceso otorgados por RECADI sólo en 1988?), la ostentación (la boda del siglo y la Coronación) y la violencia simbólica (la acción permanante de los Medios de Difusión Masivos para incentivar un consumo suntuario imposible de satisfacer).

 

                                 El Cambio Cultural que se está produciendo en Venezuela no apunta precisamente hacia la construcción de un país desarrollado y moderno, donde los habitantes tengan garantizadas las condiciones para el cultivo de sus potencialidades tal y como lo plantea la COPRE. Pero la tendencia puede invertirse si empezamos por condenar los cinco tipos de saqueos efectuados; ¿está usted Señor Presidente dispuesto a  dar el primer paso?

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