074-RFCD-1-2016-Febrero-Españoles-en-Venezuela

 

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Enrique-Ali-Gonzalez-Ordosgoitti-Cinerario-20170310-8

                                           Enrique Alí González Ordosgoitti[i]               

 

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Resumen

Las comunidades Étnicas Biculturales-Binacionales en Venezuela conforman cerca del 50% de la población Venezolana y hasta ahora han sido muy poco los estudios dedicados a las mismas, que intenten dar cuenta de los mecanismos de construcción de sus identidades culturales. En este trabajo hacemos un ejercicio de análisis acerca de una de las comunidades biculturales-binacionales más numerosa, los españoles-venezolanos. Analizamos su conformación interna de acuerdo a tres procesos migratorios: en el siglo XIX, 1900 a 1940 y de 1941 a nuestros días, ya que el impacto de las razones de su migración, sean estas económicas o políticas, aún hoy se evidencia. Hemos utilizado como unidad de análisis fundamental, a las asociaciones de agrupación voluntarias de los inmigrantes y sus descendientes, a través de los llamados Centros, cuyas funciones mixtas de existencialismo social y de recreación, justifican suficientemente la elección. Finalmente hemos pretendido contrastar un modelo teórico-metodológico, que pueda con el tiempo, facilitar la realización de un protocolo científico para el estudio comparativo de las comunidades biculturales-binacionales en Venezuela (“Lo Bicultural-Binacional en expansión. El caso de los Españoles-Venezolanos”: https://ciscuve.org/?p=407)

Palabras Clave: Emigración, Etnias Biculturales-Binacionales, Españoles-Venezolanos, Canarios-Venezolanos, Catalanes-Venezolanos, Gallegos-Venezolanos, Vascos-Venezolanos, Asociaciones Étnicas, Clubes, Deporte, Campo Cultural Académico, Educación, Familia Quintana Uranga, Fiestas, Futbol, Identidad Cultural, Identidad Étnica, Prensa, Venezuela, Caracas, Siglo XIX, Siglo XX,

 

Índice

1.-El regreso de lo Étnico

2.-En Venezuela

3.-Comunidades Étnicas Biculturales-Binacionales y no Colonias

4.-Los Españoles-Venezolanos

4.1.-La emigración a Venezuela: siglo XIX

4.2.-La emigración a Venezuela: siglo XX

5.-El papel de las Asociaciones Voluntarias en la Construcción de Identidades: la Necesidad de Aislarse

5.1.-Las Asociaciones Voluntarias de Inmigrantes (los Centros) como mecanismos de Construcción de identidades

5.2.-Los Centros Españoles-Venezolanos

5.3.-La Construcción de Identidades y la Comunidad de Origen

5.4.-La Construcción de Identidades y las razones de la inmigración de la Comunidad Étnica

5.4.1.-Razones políticas y la construcción de la identidad en los Vascos-Catalanes-Venezolanos: la Región

5.4.2.-Razones económicas y la construcción de la identidad en los Canarios-Gallegos-Asturianos-Venezolanos: la Nación

5.4.3.-Razones del tiempo incorporado en la Nueva Patria de la Comunidad Bicultural-Binacional y la construcción de la identidad en los Españoles-Venezolanos: la Comarca

5.4.3.-La Antigüedad de la Comunidad Bicultural-Binacional y la construcción de la identidad en los Españoles-Venezolanos

5.5.-La Construcción de Identidades y la Relación con la Comunidad Mayoritaria: la tensión entre lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder

5.5.1.-Lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder: Afiliación Multiétnica y Poder Igual

5.5.2.-Lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder: Afiliación Multiétnica y Poder Desigual

5.5.3.-Lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder: Afiliación Étnica

5.6.-La Construcción de Identidades y la relación entre diversos universos simbólicos

5.6.1.-Las Fiestas

5.6.2.-Los Deportes: Futbol vs. Beisbol

5.6.3.-La Educación Formal

6.-El Grupo Familiar de Inmigrantes como mecanismo de construcción de Identidades y de Invención de la Tradición (Hobswan). Los Hermanos Quintana Uranga (Todo este apartado es tomado de una Comunicación personal de la Dra. Sociólogo Carmen Dyna Guitián Pedrosa, 1944-2013)

6.1.-Búsqueda de una nueva tierra frente a esos paisajes del corazón

6.2.-La esperanza del regreso

6.3.-La búsqueda de una identidad

Conclusión

Cuadros

Cuadro N° 1.-Venezuela: Distribución de los Centros Españoles, según Entidad Federal. Año 1991.

Cuadro N° 2.-Venezuela: Centros Españoles por Comunidad de Origen, según Entidad Federal. Año 1991.

Cuadro N° 3.-Venezuela: Canales de Información utilizados por los Centros Españoles. Año 1991.

Cuadro N° 4.-Venezuela: Centros Españoles por Fecha de Creación, según Comunidad de Origen. Año 1991.

Cuadro N° 5.-Venezuela: Centros Españoles, según tipos de Eventos que conmemoran.

Año 1991.

Bibliografía

Notas

 

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1.-El regreso de lo étnico

Por paradójico que pueda parecer, a finales del siglo XX estamos retomando discusiones vertebrales del siglo XIX europeo: la identidad cultural y los procesos étnicos. Una Europa sacudida desde el XVIII por la idea de República derivará fácilmente hacia la idea de nación y de estado nacional y al plantearse las fronteras de los mismos, es decir su concreción material, apelará a la cohesión de los grupos poblacionales ya establecidos tradicionalmente en esos lugares y recurrirá a descubrir o a “inventar” (Hobsbawn) tradiciones históricas, antes que a justificar lealtades actuales.

 

La recomposición de las fronteras inducía a revalorar un pasado común  “supuesto” o no, por lo que viejos cuerpos de leyendas de tradiciones orales informales serán formalizadas, analizadas y empleadas como argumento de justificación de los cambios en marcha.

 

La idea de nación y nacionalismo será la bandera que guiará las guerras internas e  “internacionales”, en la Europa decimonónica. Ante esta arbitraria o legítima separación en estados nacionales, surgirán poderosas corrientes intelectuales que enfrentaran tales planteamientos descalificándolos moralmente -por insistir en la división de la humanidad– y sobre todo mostrando su carácter “retrógrado”, anti progreso y condenados a desaparecer en lapsos relativamente breves.

 

Impugnaciones globales como el anarquismo, el socialismo utópico y el socialismo científico, triunfarán en los circuitos de los campos culturales académicos del continente, logrando desterrar la temática hasta reducirla a niveles insignificantes.

 

A ese triunfo en los circuitos del saber formalizado se le unirán expresiones teórico – políticas como la unidad de la clase obrera y el internacionalismo proletario, con sus correlatos  organizativos del sindicato y el partido comunista.

 

A ese final del XIX  le sucederá un temprano siglo XX en el cual las utopías empezarán a concretarse con la Revolución Rusa, el partido Bolchevique, la creación de la Internacional Comunista y el anuncio del triunfo del proletariado sentido en numerosas vanguardias de otros países europeos y extraeuropeos, como propio.

 

A las dificultades de derrotar el capitalismo en su conjunto (habida cuenta de la derrota sufrida por la social democracia alemana – incluyendo a los espartaquistas y a los laboristas ingleses), se les respondió con la tesis del socialismo en un sólo país, de Stalin. Se comenzó entonces a construir  en la escala del antiguo imperio Zarista una fundación nacional nueva: La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por intermedio de la cual se accedería a la creación de la supranacionalidad soviética, lo que mostraría la posibilidad de crear una nación que representara lo internacional, a la clase obrera[iii]. Crear una nación por lo internacional era antinómico a como habían sido creadas anteriormente, por lo local. Primar el vínculo racional proveniente de la estructura económica; el trabajo, al contrario de los vínculos anteriores “subjetivos”; como la raza, religión y etnia.

 

Esta visión antagónica al capitalismo venía reforzada por una existente en el mismo seno capitalista, que suponía la internacionalización cada vez mayor del capital y del mercado, marchando cada vez más hacia un modo de vida unificado; que colocaba las antiguas diferencias nacionales en situación de poca influencia hacia el destino mundial. Ambas visiones -socialista y capitalista- partían de la misma base común de la racionalidad de la economía y de su definitiva beligerancia en el momento de dirigir los rumbos más importantes de la sociedad.

 

En el mundo de las ideas estas tendencias eran avaladas por un doble movimiento que siempre se perfiló como uno sólo: la vigencia de la razón técnica desplazando por completo a lo “irracional”: lo religioso, lo racial y las adscripciones étnicas. El mantenimiento en algunas áreas del planeta de estas condiciones eran  demostración de atraso, de no haber sido aún incorporadas a la fuerza indetenible del progreso.

 

Estas ideas lograron la hegemonía en las Ciencias sociales europeas, norteamericanas y latinoamericanas, aunque es bueno señalar que las estadounidenses, a partir de la lucha por los derechos de la minoría negra en los años sesenta, habían prestado atención creciente a la problemática de la diversidad racial y étnica.

 

Pero es a partir de los conflictos que la “Perestroika” de Gorbachov permite desarrollar en la URSS, cuando una parte importante del mundo académico toma conciencia de la importancia de estos temas. Es así como se vinculan en una misma red de reflexión: las minorías étnicas en los EEUU; los Católicos en Irlanda del Norte; los Corsos en Francia, los Vascos en España, los Húngaros en Rumania; los Musulmanes en Israel, etc. De esta forma los temas de la diversidad cultural, la transnacionalización y la construcción de identidades, alcanzan su actual vigencia.

 

2.-En Venezuela

Esos mismos temas necesitan un debate intenso y explícito en Venezuela, aunque la comunidad académica aún no los ha asumido con ese  carácter, razón por la cual este Simposium, precedido por el Seminario del Doctorado en Ciencias Sociales, abre un camino que hay que transitar. Pensamos que el considerar estos temas al margen de las preocupaciones centrales de las Ciencias Sociales, es debido a que no han constituido un estado conflictivo como en el de los países anteriormente mencionados. Pero a pesar de no presentar aspectos de enfrentamientos evidentes a la luz pública, las investigaciones realizadas en distintos lugares del país nos señalan algunos problemas, cuyas tendencias se vislumbran harto problemáticas, además están siendo cada vez más significativos en la estructuración de diversos aspectos de la sociedad venezolana (González Ordosgoitti, 1991-b).

 

En nuestro caso abordaremos los problemas étnicos excluyendo a los indígenas- debido a que sus problemas han merecido estudios importantes y existen instituciones especializadas en su temática- concentrándonos en aquellas agrupaciones étnicas relativamente poco estudiadas:  las comunidades étnicas biculturales-binacionales.

 

3.-Comunidades étnicas Biculturales-Binacionales y no Colonias

Definimos como Comunidades Étnicas Biculturales-Binacionales a: aquellos grupos humanos cuya etnicidad  recibe componentes de dos universos culturales perteneciente a dos estados nación contemporáneos. Las principales agrupaciones macroétnicas de los mismos en Venezuela son: nacionalamericanas, euroamericanas, asiáticoamericanas y afroamericanas saharianas (marroquíes) e insulares (canarios y madeirenses) (González Ordosgoitti, 1991-a).

 

En Venezuela estas comunidades han recibido el nombre de colonias, del cual discrepamos, porque da una idea de extranjeridad que no se corresponde  con su real inserción en la constitución societal del país. Igualmente esta noción supone una estadía potencialmente limitada, ya que estarían de paso, para retornar a sus países de origen cuando las condiciones que los volvieron inmigrantes hayan desaparecido.

 

La historia demuestra la falsedad de estos supuestos, por que no se dan esos regresos masivos sino selectivos y muy circunstanciales, especialmente cuando la vejez se ha adentrado.

 

La precariedad del término corrobora una precariedad de la personalidad cultural colectiva que es vista por la comunidad étnica, por las otras comunidades del país y aún por los propios individuos, como un estado de transición- que nunca termina- en el cual se dejaría la personalidad cultural inicial por la nueva personalidad cultural venezolana. Aunque esta transición dura toda la vida la polaridad sólo se alcanza circunstancialmente, cuando se cree  haber adoptado la nueva personalidad cultural del país donde se habita o definitivamente haber regresado a la personalidad cultural del otro país de donde se es originario. Esas circunstancias duran escaso tiempo y enseguida se devuelve el individuo a su primario desgarramiento.

 

Cuando se consideran “adaptados” a Venezuela, el término de “musiu” o extranjero manejado en su contra como agresión, los rechaza y devuelve a su plano inicial de ambigüedad. Igualmente en el  retorno a su otro país, se le llamará- o se sentirá- nuevamente extranjero retornado a su estado inicial. La sensación de no pertenecer por completo a una sola de las realidades culturales nacionales le atormenta, creando indudablemente problemas de identidad.

 

4.-Los Españoles–Venezolanos

Para este trabajo -debido a la brevedad requerida- vamos a referirnos a un ejemplo de estas comunidades étnicas biculturales-binacionales en Venezuela: los Españoles–Venezolanos  o Hispanos-Venezolanos, que  aunque  en esta categoría en estricto sensu entrarían los de origen portugués, la costumbre es incluir únicamente  a los de ascendiente español.

 

4.1.-La inmigración a Venezuela: Siglo XIX

En este aparte queremos referirnos a las necesidades de la inmigración por parte de un país que aún sufría las consecuencias de la guerra de secesión con España y cómo se instrumentaron un conjunto de políticas  que intentaban promover la inmigración hacia la Venezuela del siglo XIX, al respecto María Gabriela Ponce nos ilustra:

“La historia del siglo XIX venezolano, a partir de la constitución de Venezuela como República independiente hasta 1940…estuvo signada por la constante política del fenómeno de la inmigración como uno de los pilares fundamentales del desarrollo. El sustento de esta política estaba basado en la necesidad de poblar un amplio territorio un amplio territorio y atraer mano de obra productiva para superar los estragos que, desde el punto de vista económico, social y demográfico causaron las distintas guerras que asolaron al país y las precarias condiciones de la economía venezolana. Puede decirse que el tema de la inmigración contó con el consenso de todos los actores políticos que intervinieron durante el siglo en referencia”.  (Ponce, 1992: 1).

 

A pesar de esa importante preocupación gubernamental por el asunto, los resultados no fueron satisfactorios:

“Al tratar de aproximarnos a un balance de las políticas inmigratorias y los logros alcanzados en este aspecto durante  el siglo XIX, lo primero que  habría que introducir es que los datos oficiales son muy dispersos, algunos años no se encuentran reseñados y, en general no existen mayores posibilidades de calcular una cifra de inmigración para el período expuesto y menos aún resaltar con cierta precisión la composición y características socio- demográficas del contingente de extranjeros que vino a establecerse en el país. Sin embargo, puede afirmarse, en líneas generales que  Venezuela no fue exitosa para captar un conglomerado importante de extranjeros durante el período señalado. sus cifras con las salvedades enunciadas, se distancian de manera bastante significativas de la región como Argentina, Brasil y Chile y la comparación se hace aún mas desfavorable en relación a los Estados Unidos, principal país de las corrientes migratorias. Este fenómeno no puede ser explicado, en parte, por que Venezuela nunca logró las condiciones sociales, políticas y económicas que la hicieran atractiva como país receptor de grandes corrientes migratorias. Frente a una economía basada en el modelo agroexportador, en donde la participación de Venezuela era débil y limitada, cuyos beneficios era capitalizados por las clases dominantes, sin que se produjera ningún redistributivo hacia el resto de la población, continuamente golpeada por las sucesivas guerras y enfrentamientos que asolaron al país durante el siglo XIX, y a las condiciones de inestabilidad social y política que imperaban, los esfuerzos políticos y legislativos se diluían, situación que se mantuvo relativamente invariable para todo el período”. (Ponce, 1992: 8–9).

 

En los marcos de esa limitada  inmigración es importante destacar la presencia mayoritaria de los oriundos de España:

“Con todo, y a pesar de las consideraciones anteriores, fueron canarios y españoles los grupos de mayor afluencia que recibió el país, debido, entre otras cosas, a la preferencia oficial por este tipo de inmigrantes, que se reflejaba de manera reiterada en las distintas legislaciones emanadas, aunado a ello, las facilidades operativas de embarque, transporte, etc. coadyuvaron a este proceso. Algunos documentos de la época reflejan que, además, los   habitantes y potenciales emigrantes de las islas Canarias tenían un menor nivel de aspiraciones y exigencias, que poseían la misma lengua y religión; aspectos que facilitaban su integración. Una y otra vez se refleja en las opiniones de los voceros y en el ambiente político, la falta de adaptación  de los inmigrantes provenientes de otras naciones de Europa: franceses, u holandeses, etc. y la reiteración a la preferencia por la inmigración española–canaria. Estos factores redundaron en la superioridad numérica de los inmigrantes de estas zona”. (Ponce, 1992: 10).

 

4.2.-La inmigración a Venezuela siglo XX

Para analizar la población migrante en el siglo XX utilizaremos los censos de 1936, 1941 y 1981. Sobre el primero sigamos a Ponce:

“Para 1936 la población extranjera empadronada representaba un 1,40% de la población total del país, porcentaje que sufrió un ligero descenso cinco años después como lo demuestran las cifras arrojadas por el censo de 1941, aún cuando en términos absolutos se registro un incremento de 2.902 personas. En cuanto a su composición por nacionalidad e inserción demográfica se observa que para 1936 los colombianos ocupan el primer lugar con un 41,62 %  del total de extranjeros, de los cuales el 79 % se ubica en el Estado Táchira. Le siguen en orden de importancia pero con pesos bastante inferiores las categoría de otras repúblicas americanas, con una representación del 9,12 %, de las cuales aproximadamente la mitad se ubican entre las entidades Distrito Federal y Zulia con porcentajes relativamente similares (26 %), a continuación hallamos a los españoles con una proporción de  11,91 % del total, de los cuales una razón cercana a las tres cuartas partes  (73,79 %) está en el Distrito Federal”. (Ponce, 1992:15).

 

Este tercer lugar de la inmigración española en 1936 variará para el Censo de 1941:

“Esta estructura se ve modificada para el censo siguiente (1941) en la cual se continúa marcando la preeminencia de colombianos pero con proporciones considerablemente inferiores, aunque mantienen la tendencia a la concentración en el Estado Táchira, por razones de tipo fronterizo; los españoles incrementan su representación con un 13,67 % conservando su alta proporción en el Distrito Federal, le siguen los ingleses con una razón porcentual del 11,24 % ubicados prioritariamente en Zulia, Distrito Federal y  Bolívar.” (Ponce, 1992 :16) .

 

Este ascenso de la inmigración española al segundo lugar se mantendrá en 1948 constituyendo el 16,0 % de la inmigración total (italianos el 27,5 %) y en 1951 con 33,4 % (italianos 35,5%). Pero en 1955 ascenderán al primer lugar con 37,2 % y lo mantendrán tanto en 1958 con 41,3 % y 1961 con 26,1 % (ver Berglund y Hernández, 1985:49).

 

Lo anterior demuestra que la inmigración española ha sido de las más numerosas llegadas al país, de ahí que el intentar investigar cuáles han sido sus mecanismos para la construcción de sus identidades, significa algo importante para el conocimiento de la Venezuela actual.

 

5.-El papel de las Asociaciones Voluntarias en la Construcción de Identidades: la Necesidad de Aislarse

¿Cuáles son los procesos de psicología social que generan la organización en asociaciones voluntarias?:

“Cuando cierto contingente de individuos emigra hacia otro lugar, se les hace imperativo adaptarse, en mayor o menor medida, a la dinámica de la sociedad que los recibe. Para no ser rechazados y hacer posible la convivencia al establecerse en un medio distinto, se debe aceptar en un determinado grado, y no violentar, las normas y valores por lo que esa sociedad se rige. De manera éste es el primer escollo que debe  enfrentar el inmigrante al pretender insertarse en una sociedad distinta a la originaria, tiene que ubicarse en el lugar que, de acuerdo a la estructura normativa, le es permitido y adoptar gradualmente las pautas de comportamiento propias del nuevo ambiente. La integración del inmigrante a la sociedad receptora parece ser un proceso que no termina de completarse, este va aumentando su alcance en la medida que el individuo, de acuerdo con las circunstancias que le toca experimentar, se ve obligado a incorporarse a distintos ámbitos de la sociedad en los cuales se ve precisado a participar. Progresivamente el inmigrante va abriendo espacio en el lugar donde vive hasta formar parte del medio donde habita, como por ejemplo, la propia comunidad o barrio de residencia donde establece vínculos con los vecinos y otros miembros; además, entra en contacto con los integrantes de la comunidad educativa de las instituciones a las que asisten sus hijos, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, en ese proceso de adaptación que lleva a la aceptación de nuevos patrones de comportamiento, a incorporar dentro de sus esquemas originarios nuevos valores y elementos propios de una cultura que hasta ese momento le era ajena, el inmigrante parece precisar de cierta posibilidad de aislamiento que le permita compartir, con aquellos con quienes guarda una identidad común, ciertos valores y tradiciones propios de su lugar de origen. Tal mecanismo llega a presentar una válvula de escape mediante la cual se puede liberar las tensiones generadas por las exigencias de una integración absoluta.  Esa necesidad de proporcionar en la sociedad de acogida cierto aislamiento que permita a los inmigrantes mantener vivo sus vínculos con el lugar de origen y con ello reducir los conflictos que la presión por el proceso de integración pueda generarles, ha sido canalizada a través de la formación de asociaciones”. (Fernández, 1992: 1-2).

 

¿Cuándo surgen las asociaciones voluntarias de inmigrantes?:

“Puede decirse que en el caso particular de las asociaciones de inmigrantes éstas han surgido en los momentos en que se ha iniciado, en un país determinado, el ingreso, más o menos masivo, de dicha población, cuando la situación de soledad y desconexión de estas personas en un lugar extraño hace propicia la generación de lazos de solidaridad con sus coterráneos, pues al tomar contacto descubren que ese intercambio representa una ayuda y alivio mutuos en diversas facetas de la vida” (Fernández, 1992: 3).

 

¿Para qué surgen las asociaciones voluntarias de inmigrantes?:

“De esta forma las asociaciones han constituido instancias formales que brindan a los inmigrantes la posibilidad de estar organizados y, congregados para alcanzar objetivos comunes. En términos generales estas se han iniciado, en las primeras fases del proceso migratorio, principalmente como organizaciones de ayuda mutua, pero una vez que esa comunidades han logrado cierto nivel de asentamiento y adaptación a la sociedad receptora, algunas asociaciones han pasado a constituirse en “centros”, modelo asociativos cuyos objetivos son múltiples ya que llegan a combinar los objetivos recreativo de los clubes, los objetivos sociales de las sociedades benéficas y se preocupan además de la formación e integración de los inmigrantes”. (Fernández, 1992: 3-4).

 

5.1.-Las Asociaciones Voluntarias de Inmigrantes (los Centros) como mecanismos de Construcción de identidades   

¿Por qué pensamos que los Centros son los principales mecanismos colectivos para la construcción de las identidades de los inmigrantes en Venezuela, particularmente de los de origen español?:

“La decisión de escoger a los centros como unidad de análisis se debe a que generalmente los estudios de integración de los inmigrantes se han realizado desde la perspectiva de los individuos de manera que haría falta conocer las ventajas que estas instituciones ofrecen en virtud de una trayectoria que ha probado la capacidad  que tienen para captar un gran número de miembros y constituir núcleos que organizan la población inmigrante alrededor de objetivos comunes. Aunque los centros o asociaciones no llegan a afiliar a todas las personas originarias de España que residen en el país la imagen, la proyección y la afirmación de los mismos, los convierte en punto de referencia para ese grupo que no participa en la organización, ya que en su política está contemplado el propósito de mantener un canal o puerta abierta con quien manifiesten el deseo de pertenecer o servirse de ellos”. (Fernández 1992: 4).

 

Observamos en el párrafo anterior como los Centros sirven para la construcción de la identidad de los inmigrantes españoles a través de tres mecanismos:

-la afiliación directa,

-la posibilidad latente de afiliarse y utilizar sus recursos e instalaciones en algún momento

-y la imagen que el Centro transmite  a la comunidad nacional en la cual se prestigia (o no) el otro origen nacional, ayudando a crear una imagen que la comunidad nacional devuelve sobre toda la comunidad étnica bicultural–binacional, independientemente de que estén o no afiliados al Centro.

 

5.2.-Los Centros Españoles–Venezolanos

Quisiéramos revisar brevemente la presencia de los Centros de españoles- venezolanos, en nuestro país. Comenzaremos por preguntarnos, ¿cuántos son y dónde están?: “Según los registros de la Federación de Centros Españoles de Venezuela (FECEVE), en el país existe un total de 68 centros españoles”. (Fernández, 1992: 4).

 

Los cuadros 1 y 2 nos permiten señalar la presencia de Centros Españoles–Venezolanos en 17 (diecisiete) de las 23 (veintitrés) entidades Federales del país, sólo están exceptuadas: Amazonas, Delta Amacuro, Sucre, Mérida y  Apure, lo cual se corresponde con la escasa implantación de los inmigrantes de España a lo largo del siglo XX, en estos estados.

 

Tal número de centros (68), demuestra la eficacia de ese tipo de organización para la construcción de la identidad de las comunidades étnicas españolas–venezolanas:

“Esta tendencia de organizarse según la comunidad de origen puede ser considerada como el más evidente hecho de integración que presenta esta población. Sus Centros independientemente de la región de España que presentan, han constituido el espacio requerido por el inmigrante para reducir las tensiones que le habría generado un total desarraigo, de manera que éstas, en su mayoría (71%), han propiciado la celebración de eventos (foros, conferencias, etc.) permitiendo la participación de personalidades a través de las cuales se ha brindado conocimiento y discutido las acciones y proyectos de intereses relacionados con las comunidades de origen respectivas”. (Fernández, 1992:7).

 

En la profundización de la creación de los mecanismos de identidad con las comunidades de origen, los Centros hacen hincapié en diversos canales de los medios de difusión masiva:                                                                                                              “De igual modo, en una frecuencia notable (87%), las asociaciones representantes de las diferentes comunidades han entendido la importancia de constituir la instancia donde el inmigrante encuentre un punto de contacto natural que le aísle momentáneamente del ambiente al cual se ha ido incorporando, para vincularlo con los acontecimientos sociales, económicos, culturales y deportivos de su localidad. A fin de cumplir tal objetivo dichos centros han tratado de mantener vivo un flujo de información a través de la recepción de publicaciones periódicas y de otros documentos impresos (cuadro 3)”. (Fernández, 1992:7-8).

 

5.3.-La Construcción de Identidades y la Comunidad de Origen

Uno de los mecanismos más inmediatos que poseen los inmigrantes para reconstruir sus identidades es el apego al recuerdo de su lugar de origen, entendido como el espacio habitable en el cual desarrollaron gran parte de su ciclo vital y cuyo recuerdo lo ata a él, a través de sus anteriores vivencias y a sus descendientes, a través de la transmisión que él hará de las mismas. Ese pensar en el lugar adquirirá dos dimensiones en el caso de los miembros de la comunidad étnica española–venezolana: la identificación con España y/o la identificación con la Región de Origen, la asociación en uno u otro sentido dependerá fundamentalmente del número de miembros que en el lugar, posea la comunidad étnica.

 

Cuando la composición numérica es baja se formarán Centros Hispanos cuando es alta se crearán Centros por región:

“Los españoles, a diferencia de otras corrientes migratorias que se han asentado en Venezuela como la italiana o la portuguesa, se han caracterizado por la expresión de una identidad fundamentada en un particularismo geográfico, cuyos orígenes, como bien se pudo recoger a partir de las declaraciones de las personas entrevistada, se deben a factores históricos, políticos y culturales. Esa fuerte identificación con la tierra de origen, al punto de seccionar la constitución de asociaciones según la comunidad de pertenencia, tiene raíces ancestrales que evocan la condición de Estado soberano que alcanzaron sus comunidades aún después del proceso de unificación de España. Por otro lado, incide el componente cultural, el cual da cuenta de regiones ampliamente diferenciadas en sus tradiciones, costumbres e incluso, en algunos casos, en su manifestación idiomática, hecho que ha tornado compleja, aunque no imposible, la congregación en asociaciones que representen una unidad nacional española, es decir, se encuentra en Venezuela una “aparente contradicción”, pues actualmente se registran a nivel nacional 31 centros representantes de dicha unidad bajos la denominación de centros hispanos, los cuales están situados en zonas de Venezuela donde la población española es numéricamente reducida, circunstancia que propicia en distintos grupos la voluntad de unirse bajo la identidad hispana, esto significa que el volumen de población inmigrante en un determinado lugar puede facilitar o no la integración de los españoles en comunidades o como unidad hispana”. (Fernández, 1992: 6-7).

 

La acentuación de la construcción de identidades basada en una unidad geográfica regional y no nacional está directamente ligada al número de miembros de la comunidad étnica, como se observa en el Distrito Federal:

“(….) en las regiones de Venezuela donde la densidad de la población española es mayor, las fuerzas representativas de las diversas comunidades es tal, que ha ayudado a la formación de varias asociaciones de una misma comunidad. En el Distrito Federal, la comunidad canaria ha formado 7 asociaciones y 4 la gallega. Otras comunidades (asturiana, vasca, catalana, andaluza y riojana), minoritarias en volumen de inmigrantes, solo cuenta con una asociación a nivel nacional, todas ubicadas en Caracas” (Fernández, 1992: 7)

 

5.4.-La Construcción de Identidades y las razones de la Inmigración de la Comunidad Étnica

Los procesos de construcción de identidades en las diferentes comunidades étnicas biculturales-binacionales, serán signados por las razones que originalmente alentaron la inmigración especialmente las políticas y las económicas, para el caso de las comunidades españolas–venezolanas.

 

5.4.1.-Razones políticas y la construcción de la identidad en los Vascos–Catalanes–Venezolanos: la Región

En los procesos de inmigración de los españoles a Venezuela podemos distinguir claramente dos períodos: la postguerra española (1936) y la década de los sesenta.

 

Entre los refugiados provenientes de España luego de finalizada la guerra civil, destacaran los vascos y catalanes, comunidades que habían soportado el mayor peso de la contienda y que eran consideradas como republicanas mayoritariamente, potencialmente  “anarquistas y comunistas” por las autoridades oficiales de la Venezuela de entonces. Esta característica política de estos contingentes migratorios va marcar no solo su entrada, sino también su posterior acomodo dentro del país, influenciando desde su inicio la afiliación gregaria en los Centros.

 

Acerca de la calificación política de la inmigración vasca veamos las siguientes consideraciones:

“Entre los años 1936  a 1939 se desarrolló en España, la denominada Guerra Civil; ello trajo como consecuencia una ola emigratoria de exiliados españoles que se instalaron mayoritariamente en territorio mexicano y en menores proporciones en otros países latinoamericanos. La corriente de emigrados de esta índole que se dirigió a Venezuela fue relativamente pequeña al temor de que ingresaran al país corrientes de pensamiento anarquistas y comunistas -en especial proveniente de la población vasca– viejas reminiscencias del período gomecista. Con todo, durante este período llegaron al país algunos refugiados vascos que se encontraban en Francia por efecto de la guerra, lo cual generó una polémica que ocupó lugar en la prensa de entonces y movilizó a las fuerzas viva, puesto que muchos de ellos eran militantes o simpatizantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV)”. (Ponce, 1992: 14-15).

 

Los vascos y catalanes venidos en esta oleada inmigratoria formarán tempranamente sus asociaciones voluntarias de inmigrantes, los Centros:

“La formación de los centros se relaciona con tres momentos en la historia de estos inmigrantes. En la época anterior a los años 50, como una consecuencia de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, llegan a Venezuela refugiados políticos que dieron origen al centro vasco y al catalán, ambos de tamaño “mediano” (cuyo número de miembros oscila entre 1.000 y 4.000), ya que su población no llegó a adquirir magnitudes como las que más tarde alcanzarían las comunidades canarias y gallega”. (Fernández, 1992: 8).

 

Esa formación temprana de los Centros marcó hasta hoy en día su cualidad regional y política:

“Estas condiciones de tamaño y carga ideológica de los centros fundados en este primer momento, han dado lugar a que se hayan mantenido vigentes, entre sus objetivos, el “compartir ideales políticos”.  Este interés común, que establece una diferencia importante respecto a las asociaciones creadas en las décadas siguientes, refuerzan los sentimientos de identificación y pertenencia, hasta el extremo de manifestar, en ambos casos, el deseo de ser vistos como inmigrantes de naciones independientes de España. Lo que indica una acentuada conciencia de integración comunitaria que al mismo tiempo pone en desventaja la posibilidad de integración con las otras comunidades españolas en Venezuela, de hecho ninguna de estas asociaciones son miembros de la FECEVE, sintiéndose definitivamente diferentes, y aunque sí admiten las buenas relaciones con España no se sienten parte de ella”. (Fernández, 1992: 9).

 

5.4.2.-Razones económicas y la construcción de la identidad en los Canarios–Gallegos–Asturianos-Venezolanos: la Nación

Las motivaciones económicas de la inmigración española hacia Venezuela en la década de los cincuenta y sesenta apelarán a otros mecanismos de construcción de identidades:

“(…) durante los años cincuenta y sesenta, cuando la inmigración española entra masivamente al país, motivada por razones económicas, se funda el 38,7% de los centros, los cuales representaban a las comunidades canaria, gallega, asturiana y los primeros centros hispanos (cuadro 4). Estos centros coinciden en ser miembros de la FECEVE y poseen sentimientos de identidad española, esta unidad, en cierta medida, puede hallar su origen en que fueron parte de una misma emigración, gente obligada a abandonar las diversas regiones de España agotadas por la guerra y sin capacidad para absorber a la población sin empleo. Al llegar a Venezuela se encuentran bajo las mismas condiciones y necesidades que motivan la creación de los centros, y aunque el sentimiento hacia la comunidad de origen está primero, existe un espacio para su identificación con España y como españoles. En este sentido la FECEVE representa la unión de los diversos centros y su labor se concentra en mantener la integración de los mismos”. (Fernández, 1992: 9-10).

 

5.4.3.-Razones del tiempo incorporado en la nueva Patria de la Comunidad Bicultural-Binacional y la construcción de la identidad en los Españoles–Venezolanos: la Comarca

El tiempo de vivencia en la nueva patria plantea los mecanismos de la construcción de la identidad con la patria de origen, especialmente en lo referido al espacio habitable que se añora y por lo tanto convoca a la membrecía en las asociaciones:

“En un tercer momento, que puede situarse en los años setenta y ochenta, cuando el proceso de integración de los españoles a la sociedad venezolana expresa una amplia incorporación de éstos en distintos ámbitos y los centros sociales han trascendido el carácter asistencial que prevaleció en la etapa anterior, surge un tipo de organización con el propósito de responder a una exigencia de mayor representatividad de las manifestaciones culturales a nivel local, la cual no se percibía satisfecha por la gestión de los grandes centros. Son un intento por incorporar e integrar a paisanos que, o bien no participan en estas organizaciones, o que a pesar de ser miembros de las mismas no satisfacen sus necesidades gregarias.  Así se fundan las denominadas “asociaciones comarcales”, instituciones que congregan a personas procedentes de ciertas localidades ubicadas en la región que representa el centro que la acoge. Estas, por lo general, no tienen sede propia y funcionan prácticamente amparadas en los centros mayores. Su labor consiste en ofrecer un servicio a pequeña escala, a paisanos de la misma localidad, tales como ayudas a los que están en situación de indigentes, obtención de seguros colectivos, donaciones circunstanciales, entrega de becas, rescate cultural, luchas por obtener seguridad social, y otros. Estas acciones, fundamentalmente sociales, constituye una respuesta solidaria frente al deterioro que se presenta en la calidad de vida de algunos inmigrantes, especialmente los menos favorecidos económicamente y en estado de invalidez, abandono o vejez.” (Fernández, 1992: 10).

 

5.5.-La Construcción de Identidades y la Relación con la Comunidad Mayoritaria: la tensión entre lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder

Aunque los centros surgen para satisfacer la necesidad de aislarse, en el transcurso del tiempo esa necesidad va a ser sometida a tensiones, especialmente cuando se presente la relación con el “extraño” en el interior de la Asociación:

“En el proceso de integración, los centros sociales vienen a constituir ese espacio aislador que necesitan los inmigrantes para continuar vinculados a las costumbres, tradiciones y valores que los identifican con su comunidad de origen, por tal razón es natural que sus miembros traten de mantener una participación limitada de otras personas ajenas a esa identidad, especialmente en la dirección del centro. Ello obedece a la necesidad de poseer un lugar donde predominen sus elementos culturales, que por motivos de tiempo y espacio que estén expuestos a debilitarse o perderse” (Fernández, 1992: 11).

 

Uno de los referentes empíricos que permiten objetivar la relación entre el propio (comunidad étnica bicultural-binacional) y el extraño (comunidad criolla), es la posibilidad de que miembros de esta última tengan acceso a pertenecer al centro y sobre todo a los cargos directivos:

“(…) se partió del supuesto que el grado de integración de inmigrantes procedente de las distintas comunidades españolas respecto a la sociedad receptora debía estar relacionado con el nivel de apertura que mostraban los centros respectivos en cuanto a la afiliación de miembros de otras nacionalidades, especialmente venezolanos, es decir, en la medida que se incorporen a los centros mayor número de afiliados de otra nacionalidad, especialmente venezolanos, y la participación de estos dentro de la organización se extienda más, en esa medida podrán considerarse a los centros con un mayor o menor nivel de apertura. Detrás de dicho supuesto subyacía la idea de que una mayor apertura hacia la participación de venezolanos en iguales condiciones, podía facilitar esa otra faceta del proceso de integración donde el inmigrante requiere incorporar valores y costumbres de la sociedad receptora, dinámica que en el contexto acogedor de un centro social podría ser menos conflictiva”. (Fernández, 1992: 11-12).

 

En los resultados de la investigación de Fernández se evidencia la existencia de tres modalidades de relación entre lo propio y lo extraño, en cuanto a la posibilidad del extraño, de acceder a los cargos directivos:

a.-Cuando existe la afiliación multiétnica y explícitamente se establece que todos pueden acceder a los cargos directivos.

a.1.-cuando los españoles–venezolanos constituyen aproximadamente el mismo número de los otros miembros.

a.2.-cuando los españoles–venezolanos constituyen la inmensa mayoría de los miembros.

 

b.-Cuando existe afiliación multiétnica y explícitamente se establece que sólo pueden acceder a los cargos directivos los españoles–venezolanos.

 

c.-Cuando sólo existe afiliación étnica y por supuesto sólo pueden acceder a los cargos directivos los españoles–venezolanos.

 

5.5.1.-Lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder: Afiliación Multiétnica y Poder Igual

La primera modalidad -de mayor apertura– nos habla de los Centros que permiten la afiliación multiétnica:

“(…) los de mayor apertura son los que afilian a sus miembros, de cualquier procedencia, por acciones en propiedad. En esta categoría se distinguen dos tipos, por un lado, a los que están ubicados en el interior, donde la reducción de la población española obliga a estas instituciones a incorporar numerosos afiliados de procedencia distinta a la comunidad de origen, con derecho a optar a la dirección del centro que las acciones en propiedad le confieren, hecho que estimula una mayor participación y por ende integración de diferentes grupos, y por otro lado, están los centros cuyos accionistas mayoritarios son inmigrantes y descendientes, por tanto los grupos minoritarios, aunque poseen el derecho, tienen escasa posibilidad para optar a la dirección.” (Fernández, 1992: 12).

 

5.5.2.-Lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder: Afiliación Multiétnica y Poder Desigual

En la segunda modalidad de afiliación multiétnica, la exclusión de las otras comunidades étnicas no española–venezolana de poder dirigir el Centro, es explícita:

“(…) los centros donde los miembros de la comunidad de origen poseen acciones con derecho de propiedad, y los demás afiliados poseen acciones que sólo dan derecho a la utilización de las instalaciones”. (Fernández, 1992: 12).

 

5.5.3.-Lo Propio y lo Extraño en la esfera del Poder: Afiliación Étnica

El tercer caso es el de aquellos Centros que solo aceptan afiliación étnica, por supuesto que la relación entre lo propio y lo extraño se resuelve por la vía expedita de la exclusión:

“En tercer lugar se encuentran las asociaciones más cerradas, y corresponden a las comarcales, donde se aceptan solo miembros procedentes de la comarca específica salvo rarísimas excepciones” (Fernández, 1992: 13).

 

5.6.-La Construcción de Identidades y la relación entre diversos universos simbólicos

5.6.1.-Las Fiestas

Acerca de la importancia de la Fiesta como manifestación cultural colectiva se ha escrito bastante en la antropología, por lo tanto no vamos a insistir en la misma, solamente queremos señalar la participación de los Centros en las realizaciones festivas:

“(En los centros) se realizan fiestas típicas de la comunidad de origen en las que se rememoran ritos y costumbres, posibilitando la manifestación de sentimientos y expresiones propias de los grupos integrantes. Es una forma de satisfacción espiritual donde las personas pueden evocar viejas tradiciones heredadas por generaciones. A su vez este ejercicio tiene como función transmitir a los hijos cierta sensibilidad hacia estas expresiones que son parte del reservorio cultural que poseen. En la encuesta se registró que casi ocho de cada diez centros llevan a cabo estas celebraciones por lo menos una vez al año, complementándola con la preparación de platillos típicos de la comunidad de origen y su música, pero al mismo tiempo se combina tanto con menú como con música típica y popular de Venezuela. El 90,3% de los centros utilizan en sus celebraciones, en mayor o menor medida, música latina, práctica que manifiesta una asimilación que acerca el gusto musical de los inmigrantes al que prevalece en el país. Las personas designadas para organizar estos eventos de celebración y conmemoración, tienen como norma proyectarlos hacia los diversos sectores de la sociedad a través de invitaciones directas a personas no afiliadas al centro (96% de los centros) y la difusión por los medios de comunicación masivos como radio y prensa (77,4 %). Desde el punto de vista institucional los centros participan en los eventos propios de Venezuela, pues aunque éstos se llevan a cabo fuera de la sede, una comisión  representante del centro del centro asiste, por invitación, a los actos programados por otras instituciones donde se conmemoran o celebran fechas significativas patrióticas y sociales”.  (Fernández, 1992: 13).

 

5.6.2.-Los Deportes: Fútbol vs Beisbol

Así como la celebración de las Fiestas puede ser un indicativo de la tendencia del Centro a tener sólo relación con su propio universo simbólico o con un universo simbólico multiétnico, lo mismo ocurre con la esfera del deporte:

“Ciertas actividades deportivas que realizan los centros con sede, han resultado ser un indicativo de cómo la circunstancia de la composición de los asociados y del lugar geográfico donde se encuentran, afectan las preferencias de los afiliados. Se destaca el 47,6% que cuenta con campo de fútbol, porcentaje que resulta bajo, considerando que éste es el deporte preferido por todas las comunidades españolas, en comparación con el 33,3% de asociaciones que practican el béisbol, con la particularidad de que este último porcentaje esta representado, en su totalidad, por los centros que se localizan fuera de Caracas y, que en la mayoría de los casos, las instalaciones destinadas para ese propósito o bien se improvisan o se encuentran fuera de la sede. Aunque este hecho se relaciona con los costos que supone acondicionar un área para la practica de dichos deportes, no cabe duda que este detalle confirma, como los centros del interior del país, que albergan a toda la población española sin distingo de comunidad de origen, y debido a la disminución de españoles por envejecimiento y retornos, presentan una mayor participación de venezolanos y de otras nacionalidades, las cuales han ido incorporando una actividad deportiva tan propia de Venezuela”. (Fernández, 1992: 14).

 

5.6.3.-La Educación Formal

Uno de los mecanismos más importantes para la transmisión de la tradición y la construcción de identidades es el sistema de educación formal, encontramos que para el caso de los Centros Españoles, esta variable tiene poca importancia debido a la integración de los españoles–venezolanos en el sistema educativo oficial de Venezuela:

“Entre los centros sólo uno de la muestra, representado por La Hermandad Gallega en Caracas, cuenta con instalaciones donde se proporciona educación preescolar, primaria y secundaria. Por otro lado el centro vasco también tuvo primaria, pero la eliminó debido a dos razones principales: una fue la expansión urbana experimentada en Caracas, hecho que llevó a complicar el traslado diario que los niños tenían que recorrer a través de largas rutas, aumentando así los costos de transporte y requerimientos de tiempo; y la otra fue, una reducción de la población infantil en esta comunidad, motivo que estrechaba cada vez más la posibilidad para solventar dicha actividad. La pequeña proporción de centros que tienen o tuvieron instalaciones para dicho propósito pone de manifiesto que el sistema educativo en Venezuela ha tenido la capacidad y ha ofrecido las facilidades suficiente para cubrir las necesidades educativas de la población española incorporándola como una parte más de la sociedad global venezolana”.(Fernández, 1992: 14-15).

 

6.-El Grupo Familiar de Inmigrantes como mecanismo de construcción de Identidades y de Invención de la Tradición (Hobswan). Los Hermanos Quintana Uranga (Todo este apartado es tomado de una Comunicación personal de la Dra. Sociólogo Carmen Dyna Guitián Pedrosa, 1944-2013)

“Valga el ejemplo de los hermanos Quintana Uranga. Dentro del panorama de la cultura del exilio vasco, el ejemplo de los Hnos. Quintana es a un mismo tiempo tan representativo como excepcional.

 

Por una parte, protagonizan en sus propias experiencias las angustias y esperanzas de un colectivo humano zarandeado por la guerra, la búsqueda de una nueva tierra y el asentamiento posterior…

 

6.1.-Búsqueda de una nueva tierra frente a esos paisajes del corazón

Alatz (Bilbao, 2 de febrero de 1932), Agricia (Bilbao, 29 de diciembre de 1933), Lander (Bilbao, 10 de agosto de 1935) y Miren Begoa (Maracaibo, 3 septiembre de 1942) son los hijos del matrimonio Víctor Manuel Quintana y Margarita Uranga.

 

Por las fechas de nacimiento, se puede decir que los tres mayores tuvieron vivencias de destrucción y muerte. Después llega el miedo y las privaciones. Finalmente encontraron la paz y la esperanza en la nueva tierra de Venezuela. Allí nació la cuarta hija, sumándose a los sueños y nostalgias de la familia…

 

Los únicos recuerdos que poseían del País Vasco durante los años de juventud y madurez eran memorias borrosas y estampas fragmentadas de unas vivencias infantiles. A estas evocaciones se añadieron las imágenes que ofrecían unos padres que, según iba pasando el tiempo, iban idealizando cada vez más su tierra, de forma que más que una exposición veraz del país, reproducían las añoranzas y sentimientos que fomentaban los recuerdos nostálgicos de su patria y de su pueblo.

 

De esta manera, vivieron con la presencia de un país que nunca existió pero que los conformó humana y espiritualmente. Frente a esos paisajes del corazón, se les impuso con claridad y desde un principio la realidad de Venezuela. Venezuela les recibió con los brazos abiertos, cuando no tenían un lugar donde vivir. Frente a la barbarie de una guerra fratricida, les dio paz y libertad. Frente a los miedos y privaciones, allí se encontraron la tranquilidad y la esperanza. Venezuela representa su vida, su trabajo y su actividad cultural. Por eso por gratitud y por deuda, los Hermanos Quintana llevan con orgullo el estandarte de su vasco-venezolanismo, porque no en balde Euskadi representa el paisaje de sus corazones, pero Venezuela significa el paisaje de sus vidas.

 

6.2.-La esperanza del regreso

El asentamiento de la familia Quintana en Venezuela, aunque trágico por lo que suponía de desposesión y ruptura, se hallaba suavizado con la ingenua creencia de una vuelta inminente. Existía entre la colonia de los exiliados la firme convicción, de que el régimen de Franco no podía durar mucho tiempo.

 

Esta creencia estaba tan fuertemente enraizada entre los Quintana, que la madre organizó en su propia casa una escuela particular para sus hijos, siendo ella la profesora de todas las disciplinas. Allí estudiaban los programas de enseñanza española con la firme esperanza de recuperar los años académicos perdidos, como consecuencia de la marcha. Tuvieron que estudiar Historia de España con toda la lista de los reyes godos, igualmente la Geografía de España con el largo listado de sus ríos y afluentes. En Venezuela preparaban seriamente la reválida española.

 

La casa era la vivienda, la escuela, el recreo, todo su espacio vital. La estancia de tantos años en Venezuela les hace sentirse venezolanos. En 1944, los tres niños mayores, después de una pequeña revolución casera, logran que sus padres les matriculen en colegios normales para así poder desarrollar la misma vida que hacían los demás niños de su entorno. La escuela será el primer pero definitivo paso de integración en la nueva tierra de residencia.

 

Después llega la universidad, donde se formaron profesionalmente. Allí se fragua la entrega personal y con sus respectivas aportaciones se convirtieron en auténticos puntales de la cultura vasca del exilio. Y a la vez asumieron un compromiso tan profundo con el futuro de este país que los dos hermanos hicieron carrera universitaria, dedicados a formar futuros arquitectos y, uno de ellos ha tenido una destacadísima labor en el campo de la vivienda de interés social, hasta el punto que la historia de ese campo no puede escribirse en Venezuela, sin que se incluya su aporte, tanto en lo que se refiere al diseño y la investigación del problema de la vivienda, como en lo que se refiere a las políticas y programas que se han adelantado. Llega hasta a ocupar el cargo de presidente del Instituto Nacional de la Vivienda y es reconocido en América Latina y España, como uno de los más importantes expertos venezolanos en la materia.

 

6.3.-La búsqueda de una identidad

Como la gran mayoría de los niños del exilio, los Hermanos Quintana presentan un problema de identidad personal que, aunque no les impide llevar una vida regular y ser en la actualidad unas personas bien situadas y reconocidas socialmente, se sienten humanamente condicionados por sus convicciones, sus sueños y su forma de ser. Se sienten vascos hasta la médula, pero la estancia de tantos años en Venezuela casi toda la vida, les hace ser y sentirse venezolanos, de manera que la resultante de este encuentro de sentimientos e identificaciones les hace ser unos seres híbridos, que le impide identificarse plenamente tanto con los de allí, su tierra de origen, como con los de aquí, su tierra de residencia. Viven entre dos orillas, añorando siempre la tierra ausente. Por eso, a diferencia de las otras generaciones del exilio, la añoranza permanentemente vivida es su signo de identidad más característico. Se puede afirmar que el exilio exterior revitaliza en ellos, la tragedia humana de un exilio interior nunca superado».

 

Conclusión.

Hemos procedido en este breve trabajo a revisar los mecanismos de construcción de identidades culturales en las comunidades españolas–venezolanas, con el fin de tratar de determinar cuales son los principales y a partir de allí, intentar presentar una aproximación al estado actual de dichas identidades, tomando como principal unidad de análisis las Asociaciones Voluntarias de los Migrantes y sus descendientes, llamada por ellos: Centros.

 

-Observamos poco o ningún grado de conflictividad colectiva, debido a que la permisividad existente propicia la libre producción de los caracteres étnicos específicos.

-Consideramos que el esquema teórico de ítems aquí presentado, pudiera servir para realizar estudios comparativos con otras agrupaciones biculturales-binacionales existentes en Venezuela y así profundizar más en nuestra multietnicidad.

-Creemos que en aquellas comunidades étnicas que posean religiones no cristianas, tenderá a manifestarse una situación de mayor esfuerzo dedicado a preservar su diferencia, como sería el caso de los judíos–israelíes –venezolanos y de los musulmanes–árabes (palestinos, sirios y libaneses) venezolanos.

 

 

 

Cuadros

Cuadro N° 1.-Venezuela: Distribución de los Centros Españoles, según Entidad Federal. Año 1991. (Fernández, 1992: 5)

 

Entidades Federales.                                                      FECEVE
Anzoátegui.04
Aragua07
Barinas.01
Bolívar.04
Carabobo.03
Cojedes.01
Distrito Federal.22
Falcón.02
Guárico.05
Lara03
Miranda.05
Monagas.02
Nueva Esparta.01
Portuguesa.03
Trujillo.01
Yaracuy.01
Zulia.03
Total.68

 

Fuente: CEDEAL–IIES –UCAB. Encuesta de Centros Españoles. Proyecto: España a través de sus emigrantes: Venezuela. (1) Registro de la Federación de Centros Españoles de Venezuela (FECEVE).

 

 

Cuadro N° 2.-Venezuela: Centros Españoles por Comunidad de Origen, según Entidad Federal. Año 1991. (Fernández, 1992: 5)

 

Centros por Comunidad de Origen.FECEVE%
CANARIOS.2029,4
GALLEGOS.1116,2
HISPANOS.3145,6
ASTURIANO.11,5
VASCO.11,5
CATALAN.11,5
ANDALUZ.11,5
RIOJANO.11,5
ARAGONES.11,5
    Total.                                                                                            68100

 

Fuente: CEDEAL–IIES–UCAB. Encuesta de Centros Españoles. Proyecto: España a través de sus emigrantes: Venezuela. (1) Registros de la Federación de Centros Españoles de Venezuela (FECEVE).

 

Cuadro N° 3.-Venezuela: Canales de Información utilizados por los Centros Españoles. Año 1991. (Fernández, 1992: 8).

 

Publicaciones Periódicas.                     Centros que cuentan con estos canales de información.
Publicaciones Oficiales.5
Radio y TV.1
Publicaciones Impresas.17
Publicaciones Periódicas,  Impresas y Oficiales.4
No respondió.4
Total.31

 

Fuente: CEDEAL–IIES–UCAB. Encuestas de Centros Españoles. Proyecto: España a través de sus emigrantes: Venezuela.

 

 

 

Cuadro N° 4.-Venezuela: Centros Españoles por Fecha de Creación, según Comunidad de Origen. Año 1991. (Fernández, 1992: 9).

 

Centros por Comunidad de Origen.                                             Fechas de Creación.     
-19501950-591960-691970-79+1980Total % (1)
Canarios.12641341,9
Gallegos.24619,4
Hispanos.151722,6
Asturiano.113,2
Vasco.113,2
Catalán.113,2
Andaluz.113,2
Riojano.113,2
Total (Canales de Información)23961131
%6,59,729,019,435,5100

 

Fuente: CEDEAL-IIES–UCAB. Encuestas de Centros Españoles. Proyecto: España a través de sus emigrantes: Venezuela. (1) El total excluye a las asociaciones benéficas y a la FECEVE.

 

 

Cuadro N° 5.-Venezuela: Centros Españoles, según tipos de Eventos que conmemoran.

Año 1991. (Fernández, 1992: 13)

 

 Fiestas Patrióticas.Fiestas Religiosas. Ferias. Otras Fiestas.
Centros que organizan eventos de la comunidad de origen.51,677,451,651,6
Centros que organizan eventos relacionados con Venezuela.22,69,76,53,2

 

Fuente: CEDEAL–IIES–UCAB. Encuesta de Centros Españoles. Proyecto: España a través de sus emigrantes: Venezuela.

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Bibliografía.

Ascunce, José Ángel (1993).-“El Exilio: la otra Cultura Vasca (65.1). Los Hermanos Quintana Uranga: una entrega plural”. El Diario Vasco. España, martes, 26 enero 1993, páginas 2-3.

 

Bafile, Mauro (1990).-Los hijos de los inmigrantes y el modelo económico venezolano. Caracas. Academia Nacional de Ciencias Económicas. pp. 490.

 

Berglund, Susan y Humberto Hernández Caliman (1985).-Los de Afuera. Un Estudio Analítico del proceso migratorio en Venezuela 1936-1985. Caracas. CEPAM. pp. 152.

 

Fernández,  Eulalia (1992).-“Las Asociaciones de Inmigrantes Españoles como medio de integración entre sus comunidades y con la sociedad venezolana”. Caracas, mimeo, Seminario: La Inmigración Española en Venezuela. UCAB. Centro Español de Estudios de América Latina. Comisión Nacional V Centenario. Dirección General de Migraciones (España). Ateneo de Caracas. Agencia Española de Cooperación Internacional. CONAC (Venezuela). pp. 16.

 

Freitez  L. Anitza (1992).-“Balance y Perspectivas de la Inmigración española en Venezuela”. Caracas, mimeo, Seminario: La Inmigración Española en Venezuela. UCAB. Centro Español de Estudios de América Latina. Comisión Nacional V Centenario. Dirección General de Migraciones (España). Ateneo de Caracas. Agencia Española de Cooperación Internacional. CONAC (Venezuela). pp. 15.

 

González Ordosgoitti, Enrique Alí (1991-a).-Diez Ensayos de Cultura Venezolana. Caracas. Fondo Editorial Tropykos. Asociación de Profesores de la UCV. pp. 174. (Puede ser descargado gratuitamente en: https://ciscuve.org/?p=4688

 

___________________________. (1991-b).- En Venezuela TODOS somos Minoría. Nueva Sociedad (Venezuela) 111: 128-140, enero – febrero. (Puede ser descargado gratuitamente en: https://ciscuve.org/?p=534

 

Ponce, María Gabriela (1992).-“La Inmigración Española en Venezuela (1830–1941)”. Caracas, mimeo, Seminario: La Inmigración Española en Venezuela. UCAB. Centro Español de Estudios de América Latina. Comisión Nacional V Centenario. Dirección General de Migraciones (España). Ateneo de Caracas. Agencia Española de Cooperación Internacional. CONAC (Venezuela). pp. 18.

 

Universidad Simón Bolívar (1984).-Migraciones Latinas y Formación de la Nación Latinoamericana. Caracas. USB. Instituto de Altos Estudios de América Latina. pp. 544.

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Notas

[i].-Enrique Alí González Ordosgoitti 

-Doctor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Folklorólogo, Filósofo, Teólogo, Locutor, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB (2000-2016) y del Instituto de Teología para Religiosos-ITER (1991-2016). Miembro del Comité Directivo del Centro de Estudios de América (CEA), Vicerrectorado Académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV)

-Co-Creador y Coordinador General -desde 1991- de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE.

-Co-Creador y Coordinador -desde 1998- del Sistema de Líneas de Investigación Universitaria (SiLIU) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande.

-Co-Creador y Coordinador -desde 2011- de la Página Web de CISCUVE: www.ciscuve.org

-Para contactarnos: ciscuve@gmail.com@ciscuveciscuve-Facebook; @enagor;  enagor2@gmail.com; Skype: enrique.gonzalez35,

-ivoox-Enrique Alí González Ordosgoitti

-ivoox-Ciscuve

YouTube-Enrique Alí González Ordosgoitti

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-Si desea conocer otros Artículos, Audios, Álbumes de Fotos Etnográficas y Videos de Enrique Alí González Ordosgoitti, entre en la siguiente URL: https://ciscuve.org/?cat=4203  

 

[ii].-Itinerario de este Artículo

1.-Este Artículo fue publicado en: Enrique Alí González Ordosgoitti (1993).-“Lo Bicultural–Binacional en expansión” (páginas: 35-60). Publicado en: Daniel Mato (Coordinador).-Diversidad Cultural y Construcción de Identidades: Estudios sobre Venezuela, América Latina y el Caribe. Caracas. Fondo Editorial Tropykos, CEAP, FACES, UCV, pp. 248).

2.-Para esta edición en Revista Familia Cristiana Digital de febrero de 2016, hemos realizado sólo correcciones de estilo y se han agregado nuevas notas de comentarios, pero sin afectar el texto original.

3.-Fue publicado en la Página Web del Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela (CISCUVE): www.ciscuve.org, el  (28.11.2011), con la siguiente URL:  https://ciscuve.org/?p=407

 

[iii] .-Esta visión propagandística de la idea de la URSS, como un país “internacionalista”, sin diferencialidades étnicas, será desmentida por la puesta en práctica de la hegemonía rusa, sobre las otras etnias soviéticas. Este asunto lo trabaje en: -Los problemas Nacionales-Étnicos en la URSS. Una aproximación epistemológica e histórica. https://ciscuve.org/?p=618

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