Enrique Alí González Ordosgoitti[i]
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Índice
1.-Breve historia de la utilización del concepto cultura
1.1.-La posición etnocéntrica
1.2.-«Todo lo que el hombre hace es Cultura»
1.3.-Funcionalidad y Relatividad de las Culturas
1.4.-La importancia de lo Diferente en las Culturas
1.5.-Recapitulando
2.-La definición de Cultura
3.-Esquemas
3.1.-La utilización del término Cultura en la comparación entre diversas sociedades
3.2.-La dimensión asignada al término cultura
3.3.-La relación entre Cultura y Sociedad
Bibliografía
Pareciera no tener relevancia el hecho de presentar algunas observaciones acerca del uso del concepto cultura, cuando en apariencia dicho concepto presenta unívoca utilización. Nada más lejos de la realidad, el término cultura se asemeja al horizonte: una misma línea demarca diversas geografías. Al igual, bajo el rótulo cultura se encuentran distintos significados planteados por autores diferentes.
Es difícil encontrar un término que se preste a tan variados contenidos en las ciencias sociales. Desde el siglo XIX, los desarrollos alcanzados por la ciencia antropológica no han logrado aún cristalizar un concepto aceptado por todas. Igual ocurre en el campo de la ciencia histórica, política, en el pensamiento filosófico y aún con más fuerza, esta confusión y diversidad de acepciones del término cultura se consigue en las teorizaciones acerca del arte.
Es producto de una necesidad real que nos sentimos obligados a reflexionar y tratar de definir el término cultura -partiendo de la Antropología- para así delimitar su campo de acción.
1.-Breve historia de la utilización del concepto cultura
1.1.-La posición etnocéntrica
Esta posición puede resumirse en: una sociedad que se define como superior culturalmente a otra sociedad; o sectores de una misma sociedad en relación con otros sectores.
Esta visión etnocéntrica ha sido elaborada de diferentes maneras según la época y las situaciones y consistía en hacer ver que determinada sociedad (caracterizada por un deseo hegemonista, guerrerista y por un afán de colonizar otros territorios), era la portadora de cultura y que los otros pueblos (a quienes se quería colonizar), eran «salvajes» (entendiéndose por esa expresión que carecían de cultura), a los cuales había que ayudar, sometiéndolos a la autoridad de un pueblo «superior en cultura».
Tal acepción conservó y conserva aún plena vigencia en sectores importantes de nuestras sociedades, por lo cual se hace permanentemente necesaria una lucha contra tales supuestos.
Nos parece que dicha actitud descansa sobre una reacción común de las diversa sociedades humanas: el rechazo y/o la desconfianza hacia todo lo extraño, hacia lo que es diferente. De esa reacción, a tratar de justificar un grado de inferioridad en la otra sociedad, siempre media poca distancia.
Un claro ejemplo de lo que hemos venido anotando, se da en el desarrollo de la ciencia antropológica en el siglo XIX, con la teoría evolucionista de las sociedades sostenida por Lewis Morgan en sus estudios realizados acerca de los indígenas norteamericanos y basado en la teoría del Origen y Evolución de las Especies, de CH. Darwin.
La teoría de Morgan (hecha suya después por Engels), postula que la humanidad evoluciona siguiendo el impulso del progreso y que la historia humana podía ser clasificada en tres (3) grandes etapas: Salvajismo, Barbarie y Civilización. Esta última sería tope de la evolución y estaría representada por aquellas sociedades que marchaban a la cabeza del desarrollo del Capitalismo (entiéndase EEUU, Inglaterra, Francia y algunos otros países europeos).
En Morgan el etnocentrismo queda demostrado: es su sociedad la que representa el máximo de evolución al cual hay que llegar, es su sociedad la que debe servir de modelo. Si tal afirmación se quedara en el terreno de las teorías de las sociedades, nosotros daríamos por cumplido nuestro objetivo al develar su inexactitud; pero la historia demuestra que tales afirmaciones no cumplen sólo el papel de alimentar la teoría social, sino que dan base para empresas colonizadoras de esas sociedades.
Es el caso que esta visión etnocéntrica que analizamos ha servido para justificar agresiones hacia otros pueblos en nombre de un supuesto proceso civilizatorio: valgan los ejemplos de la conquista y colonización de España por parte de los musulmanes en un intento de expandir su particular cosmovisión del mundo; o lo realizado por España en América; o de Inglaterra y Francia en el continente africano a partir del siglo XIX, etcétera.
Pero también la teoría evolucionista (sistematizada o no, pero sí internalizada), ha justificado situaciones de desigualdad social aún entre un mismo pueblo. He aquí que el concepto cultura ha jugado un importante papel utilizando las nociones de cultura alta y cultura baja; atribuyendo la primera a las clases dominantes y las segundas a las clases dominadas, se apoyan y fortalecen situaciones de explotación y envilecimiento que encuentran su explicación en una supuesta superioridad de la cultura de las clases dominantes respecto a la cultura de las clases dominadas. O aún más, se llegan a extremos (bastante frecuentes por cierto), de negar toda posibilidad de cultura a las clases dominadas, llamándolas «incultas».
1.2.-«Todo lo que el hombre hace es Cultura»
A esta manera de entender la cultura como sólo depositada en algunos pueblos o en un sector de determinada sociedad, surgen respuestas desde la ciencia antropológica, la cual venía realizando estudios en sociedades diferentes al «modelo occidental» y comenzaba a llegar a conclusiones que reivindicaban el alto grado de desarrollo societario a que habían llegado otros pueblos, tales como los Mayas, Egipcios, Hindúes, Chinos, etc.
Tales respuestas, aunque de diferente índole y características, guardaban un parentesco común al afirmar que: todo lo que el hombre hace es cultura. La definición clásica de la misma fue formulada por el antropólogo inglés Edward Tylor (1871): «La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte , la moral , el derecho , las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad».
Esta afirmación constituyó un indudable avance en el pensamiento social. Se reivindicaban todas las acciones del hombre como hacedoras de cultura, de la misma manera se reconocía en todos los hombres capacidades creadoras.
1.3.-Funcionalidad y Relatividad de las Culturas
Con la afirmación de que todas las culturas son funcionales, se planteaba el hecho de que cada grupo humano genera acciones culturales que aseguran la satisfacción de determinadas necesidades colectivas. Por lo consiguiente, no podrían establecerse patrones de comparación entre diferentes culturas sobre la base de demostrar la superioridad o inferioridad de algunas de ellas, ya que cada cultura está conformada por un conjunto de respuestas ajustadas a sus propias necesidades.
Y lo observable en una cultura, es ver el grado de satisfacción de esas necesidades que obtiene a través de las respuestas que ejecuta y no si dichas acciones se parecen más o menos a las realizadas por otras sociedades, para así establecer criterios de progreso según se asemejen o diferencien de la cultura de la sociedad tomada como modelo a seguir.
Por lo tanto, cada cultura debe ser estudiada relacionándola con su contexto histórico y no comparándola con un supuesto «patrón ideal». La comparación entre culturas asumía así, un grado de relatividad que evitaba el adjetivarlas de «superior» o «inferior».
1.4.-La importancia de lo Diferente en las Culturas
De la relatividad de la cultura se avanzó un paso más hasta concluir que la característica esencial de las culturas es su diferenciación. Estas diferencias están en la base misma de las sociedades; a necesidades, contextos históricos, situaciones geográficas distintas sólo pueden corresponderle diferentes culturas. Esto produjo una afirmación cuyo contenido es de suma importancia para aquellos pueblos que luchan por su liberación nacional contra el colonialismo: todos los pueblos crean sus propias culturas y todas las culturas obtienen su validez de la sociedad que las crea, por lo tanto todas las culturas tienen derecho a ser diferentes.
1.5.-Recapitulando
A manera de recapitulación tendríamos que de una manera etnocéntrica de ver la cultura (se erigían una o varias culturas como el modelo o modelos a imitar), pasamos a una forma universal de concebirla: cada cultura es una totalidad en sí misma que debe ser analizada a la luz de sus propios requerimientos y no a través de esquemas que se le tratan de imponer.
Esto por supuesto no desdice de la importancia de tomar en cuenta las influencias que una determinada cultura ha ejercido sobre otra, pero las analiza como hechos históricos que son y no como necesidades del destino que debieron (o deberían), realizarse para ayudar al cumplimiento de supuestas leyes del «progreso».
2.-La definición de Cultura
Hemos visto como ha sido utilizada la noción de cultura para explicar las razones por las cuales una sociedad debía someter a otras sociedades a sus particulares características (visión etnocéntrica), o justificar el por qué cada sociedad debe ser dejada libre para que escoja su propio camino (el derecho a la diferencia). Pero hay que destacar que ambas direcciones presentan casi una infinitud de acepciones del término cultura, por lo que el problema que planteábamos al inicio de este escrito sigue aún sin resolver. Como no está en la intención de este trabajo discutir tales afirmaciones (aunque lo consideremos importante), daremos nuestra particular visión de lo que llamaremos cultura.
Traeremos un ejemplo a manera de ayuda, imaginemos a un grupo de nuestros antepasados que han cazado una pieza animal y han procedido a llevarla al lugar donde habitan. Analicemos la actividad: ¿por qué dieron muerte al animal? Porque se trataba de satisfacer las necesidades materiales de comer y vestir las cuales serán cubiertas con la carne y la piel del animal. A este tipo de actividades que realizan los hombres cuyo fin es el de satisfacer las necesidades materiales que aseguren la supervivencia, las llamaremos económicas.
Ahora bien; ¿cómo se distribuyeron las piezas del animal entre el colectivo?, ¿a quién o a quiénes les tocó la mejor parte y en base a cuáles criterios? Es decir; ¿cómo se manifestaron las relaciones de poder en el momento de distribuir la riqueza material obtenida? A estas actividades relacionadas con el ejercicio y distribución del poder, tanto en el momento de señalar el destino de la riqueza social como en el momento de conservarse y reproducirse dicho poder las llamaremos políticas, dichas actividades existen en las sociedades divididas en clases o no, con presencia o ausencia de aparatos estatales.
Igualmente ocurre que los hombres participantes en la caza del animal, tratarán de explicarse a sí mismos o a la comunidad, el por qué fue posible el éxito de dicha actividad. Unos podrán decir que tal posibilidad se realizó debido a que momentos o días antes de partir en la empresa, se había pedido orientación y destreza a determinado dios, prometiéndole ofrecer sacrificios en su honor si se obtenía el triunfo. Tendríamos así la presencia de elementos de fé que configurarían un pensamiento religioso.
Otros hombres afirmarían que el triunfo en la caza del animal se debió a que días antes, el brujo de la aldea, había dibujado en piedra o arena la figura de la pieza a cobrar rodeada de los expedicionarios y moribunda ante el acoso de las piedras y flechas. De esta manera, las fuerzas sobrenaturales dirigidas por el brujo ayudaron a que el animal fuera más fácil víctima de los hombres de la aldea. Se va conformando un pensamiento mágico.
Podríamos seguir enumerando ejemplos de cómo esos hombres se representaban a sí mismos y ante su comunidad las acciones que habían realizado. A esas actividades las llamaríamos culturales. Cultura sería: las diferentes maneras como el hombre y/o los hombres se representan a sí mismos y a la comunidad, las condiciones objetivas y subjetivas de su existencia en un momento histórico determinado.
Decimos se representan («… se hace presente una cosa con palabras o figuras». Diccionario Hispánico Universal, México, Editorial WM Jackson INC, 1968), y no se reflejan, para dejar bien sentado que no consideramos a la cultura como un mero reflejo de la realidad, tal como lo plantean ciertas posiciones mecanicistas para las cuales, la superestructura (incluiría lo que hemos llamado actividades políticas y culturales), es un reflejo de la estructura económica. Pensamos que la cuestión es mucho más compleja y que las representaciones que los hombres se hacen de su vida real, se conforman a partir no sólo de las condiciones objetivas de existencia sino también de las formas subjetivas con que el hombre o las comunidades se piensan a sí mismos.
Resumiendo, nos encontramos con que siendo la sociedad una totalidad (algo más que la simple suma de sus partes), la acción del hombre solamente puede ser vista como un hecho social total. En este hecho social total se pueden señalar tres direcciones fundamentales y extraerlas para sus análisis particulares (como recurso metodológico). Tales manifestaciones de la acción y pensamiento de los hombres son dirigidas unas veces a producir la riqueza material necesaria para asegurar la subsistencia física (actividades económicas), otras a participar en la distribución de las relaciones de poder en la comunidad (actividades políticas) y otras veces, tales acciones y pensamientos están dirigidos a representarse y explicarse la vida de dichos hombres en la sociedad (actividades culturales).
3.-Esquemas
3.1.-La utilización del término Cultura en la comparación entre diversas sociedades
Visiones. | Premisa. | Autor. |
Visión Etnocéntrica. | La cultura de mi sociedad es superior a la de otras sociedades. | La teoría evolucionista de las sociedades de Lewis Morgan. |
Visión Funcionalista.
| Todas las culturas son importantes y funcionales para su respectiva sociedad. | Bronislaw Malinowsky.
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Visión del Relativismo Cultural. | No existen culturas superiores ni culturas inferiores. | Paúl Rivet. |
Visión del Diferencialismo. | Todas las culturas son diferentes. | Miguel Acosta Saignes.
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Nota: El orden en que se presentan las proposiciones sobre cultura obedece a lo lógico y no necesariamente a lo cronológico, ya que todas esas concepciones coexisten simultáneamente entre los diversos enfoques de la ciencia antropológica.
3.2.-La dimensión asignada al término cultura
Definición de Cultura. | Alcance teórico. |
Está constituida por aquellos actos moralmente aceptados por la sociedad. Entonces fabricar armas de guerra, la pornografía, etc., no son cultura. | La Cultura aparece sólo limitada al terreno moral y por lo tanto vinculada al campo de la filosofía y de la teología.
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Sólo Bellas Artes. | La Cultura aparece sólo vinculada a un tipo de arte elitesco. |
Todo lo que hace el Hombre. | La Cultura amplía de tal manera su campo de acción que se hace muy difícil precisar su objeto, aunque contribuye a la democratización del concepto. Significa un progreso en relación a las concepciones elitescas anteriores. |
La manera como el hombre y /o los hombres se representan a sí mismos y a la comunidad, las condiciones objetivas y subjetivas de su existencia en un momento histórico determinado. | Este concepto, sin perder las virtudes democráticas del anterior, logra precisar mejor el campo de acción de la cultura y facilita un tratamiento científico de la misma. |
Nota: el orden de los conceptos es lógico pero no histórico.
3.3.-La relación entre Cultura y Sociedad
Bibliografía
García Canclini Néstor.-La Producción Simbólica, Teoría y Método en Sociología del Arte. México, Siglo XXI, 1979, pp. 168.
___________________.-Arte Popular y Sociedad en América Latina, México, Editorial Grijalbo, 1977, pp 292.
Kahn J. S.-El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales, España, Editorial Anagrama, 1975, pp. 256.
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[i] .-Enrique Alí González Ordosgoitti
-Doctor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Folklorólogo, Filósofo, Teólogo, Locutor, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB (2000-2016) y del Instituto de Teología para Religiosos-ITER (1991-2016). Miembro del Comité Directivo del Centro de Estudios de América (CEA), Vicerrectorado Académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV)
-Co-Creador y Coordinador General -desde 1991- de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE.
-Co-Creador y Coordinador -desde 1998- del Sistema de Líneas de Investigación Universitaria (SiLIU) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande.
-Co-Creador y Coordinador -desde 2011- de la Página Web de CISCUVE: www.ciscuve.org
-Para contactarnos: ciscuve@gmail.com; @ciscuve; ciscuve-Facebook; @enagor; enagor2@gmail.com; Skype: enrique.gonzalez35,
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[ii] .-Publicado en:
1) Boletín del Instituto Nacional de Folklore (INAF) (Venezuela) 1(1): 15-23, enero-diciembre 1982.
2) Con el título “Algunas consideraciones en torno al concepto de Cultura Popular en Antropología” Revista ININCO, FAHE-UCV (Venezuela) 2(3): 78-82, 1981 y
3) En mi libro Diez Ensayos de Cultura Venezolana, Caracas, Fondo Editorial Tropykos, Asociación de Profesores de la UCV (APUCV), 1991, páginas: 123-130 https://ciscuve.org/?p=4688
4) En la Revista Familia Cristiana Digital de Septiembre de 2015